Mientras que con la llegada de septiembre muchos están deshaciendo sus maletas, otros están pensando en aquello que añadir para, por fin, irse de vacaciones. El octavo mes del año supone eso, la vuelta a la rutina de miles de españoles y el momento de desconexión de otros muchos, que eligen el final del verano a propósito.
Quienes se van de vacaciones es posible que ya tengan su destino en mente; sin embargo, todavía hay quienes se esperan al último momento. En España eso no constituye ningún problema, ya que, incluso para quienes solo tienen un finde semana, existen opciones únicas e impresionantes.
A pocas horas de la capital y muy cerca a otros lugares de gran interés como la ciudad de Bilbao, encontramos Tobera, un pequeño pueblo de apenas 20 habitantes que guarda un cuento de hadas en su interior: rodeado de naturaleza, piedra y cascadas.
Tobera, el pueblo de las 'mil cascadas'
Tobera es un pequeño pueblo situado en la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León, España. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2020 contaba con apenas 23 habitantes; sin embargo, son muchos los motivos que lo convierten en especial para una escapada.
Debido a la abundancia de saltos de agua y arroyos que adornan su entorno natural, Tobera ha pasado a ser conocido como 'el pueblo de las mil cascadas', uno de los grandes motivos por los que su belleza es aclamada alrededor de Castilla y León e, incluso, alrededor de España.
Lo que hace de Tobera un lugar único y especial es la presencia del río Molinar, que atraviesa el pueblo creando diversas cascadas a su paso. El sonido relajante del agua al caer y la sensación de frescura que se respira hace que, en verano, una parte de los turistas acudan a huir del calor.
El río Molinar nace en las cercanías y fluye a través del pueblo, descendiendo por la estrecha garganta en la que se enclava Tobera. En su recorrido, forma una serie de saltos de agua y cascadas que, dependiendo de la época del año y del caudal del río, varían en tamaño e intensidad.
Las cascadas de Tobera no solo son un espectáculo natural, sino que también han sido aprovechadas históricamente para actividades como la molienda de grano, lo que añade un componente cultural e histórico al atractivo del lugar.
El punto más conocido donde se pueden admirar las cascadas es el entorno que rodea el puente románico de Tobera. Este puente, que cruza el río Molinar, ofrece una vista espectacular de una de las cascadas más grandes y fotogénicas del pueblo. También, diferentes comercios han aprovechado los espacios y ofrecen terrazas con vistas a los saltos de agua.
Justo al lado del puente se encuentra otro de los mayores atractivos del lugar, la ermita de Nuestra Señora de la Hoz. Se trata de una pequeña construcción religiosa que parece incrustada en la roca, y que crea una postal digna de una película de Disney.
La ermita de Nuestra Señora de la Hoz es uno de los símbolos más icónicos de Tobera. Su origen se remonta al siglo XIII, aunque ha sufrido varias reformas a lo largo del tiempo, la más importante en el siglo XVII, que le dieron el aspecto que presenta hoy.
El nombre "de la Hoz" hace referencia a la hoz o desfiladero donde se encuentra, que no solo le proporciona su encanto visual, sino que también refuerza el sentido de recogimiento y espiritualidad del lugar. La ermita está dedicada a la Virgen de la Hoz, una advocación mariana que goza de gran devoción en la comarca.
La construcción presenta una sencilla arquitectura de estilo gótico tardío, con una nave única cubierta por una bóveda de cañón. A sus pies corre el río Molinar, cuyas cascadas y remansos de agua añaden un constante ambiente de película.
Junto a la ermita se encuentra el puente románico, que data de la Edad Media y era una parte esencial de los caminos que unían distintos pueblos de la comarca y servía como paso para los peregrinos que acudían a la ermita en busca de la protección de la Virgen.
La tranquilidad que se respira en Tobera, combinada con la belleza de sus cascadas, lo convierten en un lugar ideal para realizar caminatas y rutas de senderismo. Las sendas que rodean el pueblo permiten a los visitantes adentrarse en la naturaleza desde lo más profundo y descubrir rincones únicos.
Durante las diferentes estaciones del año, el paisaje de Tobera cambia de manera espectacular, ofreciendo una variedad de colores que se funden con el siempre azul de las cascadas.
Tobera forma parte del municipio burgalés de Frías, una localidad que destaca por su impresionante conjunto medieval y que ha conquistado incluso a la prensa británica. En el caso de que busquemos una escapada, siempre es bueno saber que alrededor contamos con otros lugares únicos.