Hoy, 26 de septiembre, hace 43 años que nació la gran estrella de la raqueta del siglo XXI: Serena Williams, una mujer que ha batido todos los récords dentro de la pista, y que ha marcado un antes y un después en la historia del tenis.
A día de hoy, lejos queda ya esa pequeña niña que entrenaba hasta el anochecer junto a su hermana y que soñaba con ganar un Grand Slam. "Si fueras tenista, ¿a quién te gustaría parecerte?", le preguntó un periodista con tan solo unos pocos años de edad. "En ese caso, me gustaría que las demás se parecieran a mí", respondió con desparpajo.
Ahora, la "niña negra que solo quería jugar al tenis", como ella misma se definió en el día de su retirada de las pistas, ha conseguido hacerse un hueco en un mundo que era "solo para hombres blancos", y ha traspasado barreras que van mucho más allá de la pista, como la del sexismo o la del racismo.
Para celebrar su 43 cumpleaños, el equipo de Magas ha querido recordar esa lucha contra las injusticias sociales que ha aglutinado un legado que excede a los títulos deportivos. Para Serena, la violencia racista, el machismo, la brecha salarial o la conciliación laboral han sido cuestiones de vital trascendencia. A continuación te presentamos el lado más emocional, sensible y empático de la mujer con más fortaleza y poderío del tenis mundial.
Su legado en las pistas
Serena Williams nació, al igual que su hermana Venus, para ser la mejor con la raqueta. Como quinta de cinco hermanos, se crio en un gueto estadounidense de Compton (California) con mayoría negra, y su padre le inculcó valores como el de la familia, ambición y poder de superación.
Además, y aunque pocos lo sepan, la historia de vida de Serena y de Venus estuvo inspirada por otra mujer: la rumana Virginia Ruzici, a quien el padre de las Williams vio ganar el Roland Garros en 1978. En ese momento, decidió que sus hijas serían también grandes triunfadoras, aunque combinó sus entrenamientos con los estudios y las obligaciones religiosas.
Desde muy pequeña, la tenista estuvo enfocada en el deporte y a los cuatro años comenzó a entrenar. Una década después, con 14 años, debutó en el circuito profesional. En 1991, ya había conseguido 46 victorias (con solo tres derrotas); y su primer Grand Slam llegó en 1999, cuando Serena ganó el Open de Estados Unidos. Hasta ese momento, solo una jugadora negra se había hecho con este torneo: Althea Gibson.
Serena posee el récord de victorias en partidos individuales femeninos en Gran Slams, además de posicionarse en 2013 como la jugadora número uno con mayor edad a los 31 años.
Actualmente,, Serena Williams es considerada la reina de los Grand Slam y su palmarés está formado por 23 torneos de la WTA, siete Open de Australia, seis Wimbledon, seis US Open, tres Roland Garros, catorce títulos de dobles y dos de mixtos, además de triunfar en los Juegos Olímpicos. Finalmente, la tenista se retiró en 2022, semanas antes de cumplir los 41 años.
Contra el racismo y machismo
Además de todos sus logros en las pistas, ha sido capaz de formar un legado fuera de ellas gracias a su sensibilidad por las causas sociales y su carácter directo y sincero, que ha hecho que la tenista nunca se muerda la lengua ante las injusticias.
Ha luchado a lo largo de estos años para combatir el sexismo y el machismo, así como la violencia y discriminación racial entre los profesionales de la raqueta. También se ha unido a diferentes movimientos sociales como el Black Lives Matter.
En el centro de sus reivindicaciones siempre han estado las mujeres y la comunidad negra. De hecho, uno de los temas que más le ha preocupado ha sido la brecha salarial entre los hombres y las mujeres en el deporte y en otros sectores como la moda. De hecho, ha llegado a escribir un artículo en la revista Fortune titulado 'Cómo las mujeres negras pueden acabar con la diferencia salarial'.
Una de sus reivindicaciones más polémicas fue en la final del Open de EE. UU. de 2018, que disputó contra la japonesa Naomi Osaka. Durante el partido, el árbitro castigó a Serena por tirar la raqueta al suelo en un claro gesto de enfado. Ante esto, la tenista apuntó que reflejaba cierta desigualdad, ya que "un tenista masculino nunca habría sido castigado de la misma manera cuando expresan sus emociones".
Esto generó un gran debate a lo largo y ancho del planeta, no solo por los tintes sexistas, sino también por una cuestión de racismo, ya que un diario australiano publicó una caricatura de Serena que muchos señalaron de racista. Tanto fue así, que la Asociación Nacional de Periodistas Negros de Estados Unidos denunció que esta caricatura era "repugnante en muchos niveles".
Madre, solidaria y empresaria
Hoy, y desde que decidió poner fin a su carrera, Serena Williams sigue siendo una de las mujeres más icónicas del planeta, pues la deportista ha seguido vinculada al mundo del tenis, y ha explorado otros muchos campos como el de la moda, la empresa o el compromiso social.
De hecho, desde hace unos años, ha colaborado con diferentes causas sociales, abierto su propia línea de ropa y ha sido modelo de muchas campañas publicitarias. Además, se ha atrevido con el mundo de la cosmética al fundar su marca WYN Beauty, y hasta ha tomado clases de interpretación para convertirse en actriz.
Sin embargo, una de sus grandes apuestas ha sido Serena Ventures, la firma de capital de riesgo que fundó el pasado año 2019. Esta compañía invierte en empresas que promueven la diversidad, el empoderamiento y la igualdad de oportunidades, y respalda hasta a 30 empresas, algunas de ellas dirigidas por mujeres.
Por último, Serena también ha estado centrada en su faceta más personal: su familia. Tras casarse en 2017 con Alexis Ohanian, ha tenido dos hijas: Alexis Olympia y Adira Ohanian, a quienes se ha dedicado en cuerpo y alma. Además, ha admitido en varias ocasiones que no es fácil ser madre y deportista, pero anima a todas las madres a conseguir el equilibrio entre la crianza y el entorno laboral.