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"Con profunda tristeza, lamentamos la pérdida de Ana María Lajusticia, fundadora, mentora y líder de nuestra marca, a la edad de 100 años". De esta dolorosa manera comunicaban desde la cuenta oficial de Instagram de la marca homónima Ana María Lajusticia que la científica y pionera en nutricosmética fallecía habiendo alcanzado la centenaria cifra. 

Durante toda su vida, Ana María fue ejemplo de superación e inspiración con su trabajo constante que generó un cambio en el bienestar de muchas personas, empezando por el propio. Su ilusión era que la gente gozase de buena salud y felicidad, por lo que dedicó su existencia a crear suplementos de alta calidad y efectividad a raíz de un problema de salud. Pero para llegar a aquel éxito, hay que remontarse a una infancia entre la cotidianidad de antaño y la Guerra Civil. 

Ana María Lajusticia Bergasa (Bilbao, 1924) es hija de Jesús Lajusticia Alonso y Delfina Bergasa Goyenechea. Perdió a su padre a los 13 años y en ella surgió el pálpito irrefrenable de ser una buena estudiante para sacar adelante la economía familiar. Influenciada por su abuela materna, Felicidad Goyenechea Artaza, comenzó la licenciatura en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid, graduándose con méritos y siendo una de las pocas mujeres del año 47 en conseguirlo. 

La constancia, la disciplina y la curiosidad fueron los ingredientes de su éxito, características que la llevaron a ser nombrada Jefa de los Laboratorios MINERSA en Vizcaya con solo 24 años. También a no rendirse frente la adversidad. "He estado 21 años con corsé de varillas, sé lo que es estar enferma y sé lo que es estar bien" declaraba en algunas ocasiones al respecto de la prescripción médica que le hicieron en el 55. 

Ana María Lajusticia

A aquella rígida estructura se sumó un diagnóstico de diabetes tipo II, el cual enfrentó gracias a su formación como química. Investigó la raíz del problema y la descubrió: una alimentación deficiente, sin proteínas al desayuno ni alimentos ricos en vitamina C, pero muchos carbohidratos. El magnesio, por entonces, también era una notable carencia en su organismo. 

Enfrentar la pérdida muscular de aquel corsé, curarse y descubrir lo poderoso de una alimentación ajustada y adaptada hicieron que Ana María Lajusticia fuese la pionera gurú del magnesio, del colágeno y de mucho.

Primera gurú de bienestar

Confiando en sus conocimientos, así como en la propia experiencia adquirida por los diagnósticos médicos que le tocó superar en la edad adulta, Ana María creó su marca de complementos alimenticios y la bautizó con su propio nombre en 1980. Incluso le puso su cara. 

Dedicada desde entonces a divulgar sus conocimientos en dietética y nutrición con el fin de promover un estilo de vida saludable, ha escrito 12 manuales teóricos y prácticos que son referencia para profesionales y meros consumidores. La alimentación equilibrada en la vida moderna, La artrosis y su solución, Dietas a la carta, y por supuesto El Magnesio, clave para la salud, bestseller en su época y ahora.

 Mujer emprendedora y enérgica donde las haya, formuló los productos que estaban a la venta hasta hace apenas 2 años, a los 98, cumpliendo con su encomiable misión de mejorar el bienestar de las personas. El testigo recogido por su nieta Lara Feliu lleva consigo una responsabilidad para con el legado que esta longeva y reconocida química construyó desde un herbolario en la calle Laforja, en Barcelona. 

Su pérdida a los 100 años de edad es un motivo de pesar para familiares, allegados y seguidores de la industria.