Andalucía es una de las comunidades más valoradas por los españoles. Su belleza radica en la combinación perfecta entre naturaleza, costumbres, patrimonio, tradición y gastronomía, elementos que han hecho del sur de España un lugar querido y valorado incluso internacionalmente.
No son pocas las publicaciones de periódicos internacionales que hablan sobre los maravillosos rincones existentes en Andalucía. Las grandes ciudades son las responsables de cargar con todo el peso de su popularidad; sin embargo, existen pequeños municipios como Mijas, que llevan varios años batiendo récords de turismo, pero que todavía hay quien no conoce su encanto.
A tan solo diez minutos de las mejores playas de la Costa del Sol, Mijas, en la provincia de Málaga, es uno de esos pequeños pueblos impregnados de blanco y con una combinación única de tradición, historia y belleza natural.
Mijas, Málaga
Situado en la Costa del Sol, Mijas es un pintoresco pueblo blanco que, a pesar de su encanto y rica historia, aún no ha sido completamente descubierto por los turistas. Con sus calles empedradas, edificios encalados y tradiciones arraigadas, ofrece una experiencia que sumerge a los visitantes en la cultura andaluza.
Su historia se remonta al siglo VIII, a la ocupación musulmana que supuso la fortificación del pueblo. Durante este periodo, se construyeron muchos de los edificios encalados y las calles estrechas que aún se conservan hoy en día. De hecho, el propio nombre de Mijas proviene de la palabra árabe Mixa, reflejando la profunda influencia musulmana en la región.
A pesar de numerosos intentos de reconquista, Mijas permaneció bajo dominio musulmán hasta 1487, cuando fue finalmente conquistada por los Reyes Católicos. En ese momento, el pueblo experimentó diversas transformaciones adaptándose a las dinámicas cambiantes de España. Amplió sus actividades agrícolas y pesqueras y se convirtió con el paso de los siglos en una comunidad próspera.
En el siglo XX, con el auge del turismo en la Costa del Sol, Mijas comenzó a atraer a veraneantes, todo mientras mantenía su auténtico encanto andaluz. En la actualidad, se considera como una de las joyas de Málaga, que, además, por su estética parece transportarnos a Santorini.
Mijas.
El pueblo está declarado conjunto histórico-artístico desde 1969. En el propio texto que efectuaba la titulación se señalaba la importancia de Mijas, sus pintorescas calles y plazas, la sencillez de sus edificios blancos, con rejas y balcones repletos de flores y su ubicación: enclavada en medio de un soberbio panorama, con la montaña cubierta de pinos a la espalda y frente a una espléndida extensión del mar.
Su gastronomía no es más que una continuación de todo lo que tiene por decirnos Andalucía. Su cocina tradicional está basada, sobre todo, en ricos y variados primeros platos, por la gran variedad de sopas. Destacan el salmorejo, los maimones, las y el gazpachuelo; y dulces típicos como los buñuelos y los hornazos, todos ellos heredados de la época.
Qué hacer en Mijas
Quienes visitan Mijas, pueden decidir entre el Pueblo y la Costa. En el primero de ellos encontramos uno de los grandes atractivos turísticos del lugar, la muralla y mirador de los cuales todavía quedan restos. La antigua fortaleza que rodeaba la ciudad es ahora un lugar único, rodeado de unos jardines diseñados para que los visitantes puedan la flora durante todo el año, que se complementan con vistas al mar, a Fuengirola y Benalmádena.
Además, en Mijas Pueblo podemos acercarnos más a la historia que la rodea, gracias a grandes ubicaciones como la Plaza Virgen de la Peña. Una plaza que es el centro neurálgico del pueblo, con una estatua de un burro de bronce y un mirador con vistas impresionantes del Mediterráneo. Además, se aprecian sus jardines, fuentes, y un quiosco de música que crean un ambiente perfecto para relajarse.
Mijas.
La Ermita de la Virgen de la Peña también es uno de los grandes atractivos de Mijas pueblo. Construida en el XVII, fue excavada en la roca por un monje Carmelita en la segunda mitad de siglo. Se trata de un importante lugar de peregrinación para los habitantes, quienes también se sorprenden al contemplar una ubicación dentro de una cueva y en un lugar de gran encanto.
Otra de las ubicaciones que no podemos perdernos en nuestro viaje es la Iglesia de la Inmaculada Concepción. Construida en el siglo XVI, destaca por su arquitectura y su campanario de estilo mudéjar.
Sin embargo, si lo que queremos es disfrutar de un ambiente más vacacional, con sol y playa, Mijas costa es una opción excelente. La zona costera del municipio ofrece una variedad de playas de arena dorada y aguas cristalinas.
Una de las más famosas es la playa de Calahonda, con más de 4 kilómetros de longitud, es ideal para nadar, tomar el sol y practicar deportes acuáticos como el jet ski y el paddle boarding. Además, cuenta con chiringuitos que ofrecen comida insuperable y un ambiente digno de Andalucía.