Existen épocas del año en las que nuestro cuerpo nos pide planear escapadas. El verano es una de ellas y, sin duda, cuánto más refrescante sea la escapada, mejor. Pero recuerda: no siempre tienes que decantarte por las zonas de costa españolas porque el interior del país esconde auténticas joyas perfectas para los meses más calurosos del año.
Claro ejemplo de ello es Málaga. La provincia andaluza, casi al límite con Cádiz, en plena Serranía de Ronda, aguarda un manantial de aguas sulfurosas ferruginosas enclavadas en un precioso paisaje. Un balneario que se ha sabido aprovechar desde la época romana que es una verdadera maravilla.
Se trata de los Baños Romanos de la Hedionda, en Casares. Un manantial a partir del cual se construyeron unas termas, cuyas obras comenzaron en el siglo XVII, aunque no se diera utilidad hasta el siglo XVIII.
Las propiedades de estas aguas termales no son lo único que hacen que este lugar sea tan especial. Alrededor de los baños encontrarás diversas construcciones cuyo fin era aprovechar las aguas procedentes del arroyo Manilva. Acequias, acueductos y puentes que se han ido levantando en los últimos siglos.
No es de extrañar que los Baños de La Hedionda fueran declarados Conjunto Histórico Artístico en el año 1978. Un espectacular plan para disfrutar de la belleza de este hermoso lugar.
Historia de los Baños de La Hedionda
Cuenta la leyenda que los Baños de la Hedionda fueron ordenados construir por el propio Julio César, cuando este era pretor. El militar y político romano padecía una enfermedad herpética que trato en las beneficiosas aguas de este balneario.
Dejando de lado las historias, sí es seguro que en La Hedionda se bañaron las tropas romanas del, por entonces, futuro emperador, mientras esperaban la guerra contra Pompeyo, para aliviar las enfermedades de la piel.
Estos baños con agua sulfurosas ferruginosas de origen romano, cuenta con una bóveda esférica de pechinas y dos bóvedas de cañón, que se sitúan bajo las aguas. Bañarse aquí es una mezcla de sensaciones increíbles.
Posteriormente, fueron remodeladas por los árabes, aprovechando los distintos niveles del caudal del venero. Estos ampliaron la estructura de los baños con muros y canalizaciones que externalizaron, encontrándose estos a la derecha del arroyo Albarrán.
Se dice que el olor a azufre de este mágico lugar proviene del mismo diablo, ya que fue aquí donde exhaló su último aliento cuando fue expulsado de Santiago. A pesar de ello, el Balneario de La Hedionda forma parte del patrimonio histórico y cultural del macizo de Utrera.
Balneario romano de Casares
Para llegar hasta el Balneario de La Hedionda nos debemos desplazar hasta Casares, a poco menos de hora y media desde Málaga capital y a una escasa media hora de Estepona, en plena Costa del Sol.
Aunque las últimas reformas de este balneario malagueño datan del siglo XVII, no es hasta el siglo XVIII cuando comienza a regularse la entrada a estas aguas termales, ganando popularidad en la provincia de Málaga.
La belleza del entorno y las propiedades de estos baños interiores están abiertas al público de manera gratuita. No obstante, en temporada alta, entre el 14 de junio hasta el 12 de septiembre aproximadamente, en horario de 12:00 a 19:00 horas, es necesario reservar la entrada para preservar el mantenimiento de los mismos.
Además, desde el 2016, el balneario cuenta también con piscinas naturales que cierran el círculo perfecto a este mágico lugar. Una mezcla perfecta de leyendas y hechos históricos que, sumados a las propiedades de sus aguas, hacen que este balneario se convierta en la escapada perfecta.