Era el secreto mejor guardado de la maison Chanel, hasta el punto de que el equipo implicado ha estado utilizando un nombre en clave (Pollux) para referirse a su proyecto más ambicioso de los últimos años. Ahora, al fin, el misterio se ha resuelto. Pollux es en realidad Nº 1, una nueva generación de tratamiento, maquillaje y perfume con la que se pretende replicar en 2022 el éxito que la diseñadora francesa Gabrielle Chanel logró, allá por 1921, al concebir el perfume más revolucionario de todos los tiempos, el Nº 5.
[5 cosas que a lo mejor no sabías sobre el perfume más conocido y vendido del mundo]
“Nos encontramos ante el lanzamiento de esta década”, admitía Assunta Jiménez-Ontiveros, directora de Relaciones Públicas de Chanel para España y Portugal, ante un grupo de periodistas españolas a las que recientemente presentó en primicia los nuevos productos durante una convocatoria celebrada en Madrid.
La línea Nº 1 es todo un lujo para los sentidos, con precios que oscilan entre los 45 y los 138 euros. Incluye una mousse limpiadora, una loción, un contorno de ojos, dos sérums (uno de ellos, en formato de bruma), una crema, una base de maquillaje, un bálsamo para dar color a los labios y las mejillas y, por último, un agua perfumada. A pesar de su innovación, los nueve productos que ahora llegan al mercado están repletos de guiños a la inolvidable Coco Chanel.
El más evidente de ellos es que el ingrediente principal que se ha utilizado es la camelia, la flor que siempre estuvo presente en el imaginario de la diseñadora. No se sabe muy bien de dónde surgió ese amor de Mademoiselle por dicha flor, aunque se cuenta que ella misma solía narrar cómo a los 13 años no pudo evitar emocionarse ante la interpretación de Sarah Bernhardt en La dama de las camelias.
"Las mujeres piensan en todos los colores excepto en la ausencia de color"
Sea como sea, el caso es que, desde que incorporó este elemento a un vestido de gasa en 1923, la camelia ya nunca dejó de aparecer en sus creaciones, generalmente en blanco o negro, sus dos tonalidades preferidas. “Las mujeres piensan en todos los colores excepto en la ausencia de color. El negro lo tiene todo; el blanco, también. Son la perfecta armonía”, declaró en 1946.
El renacimiento de la camelia
Un siglo después, la camelia renace no como accesorio de moda, sino en forma de ingrediente cosmético puntero. “Chanel ha decidido sublimar la increíble frescura de estas flores en un agua que se obtiene a partir de muchas variedades de camelias y que forma parte de la composición de su nueva línea de belleza”, explican desde el departamento de Comunicación de la maison.
Puesto que en esta compañía nada se deja al azar, las camelias del Nº 1 proceden del cultivo a cielo abierto que la marca tiene en la localidad francesa de Gaujacq, al igual que para elaborar el Nº 5 se emplean los jazmines y rosas que la propia firma recolecta en Grasse, también en Francia. En concreto, la variedad de camelia a la que se le ha otorgado más importancia para este lanzamiento es la conocida como El Zar, que no es blanca ni negra como prefería la diseñadora sino de tonalidad roja (de ahí que los envases de los nuevos productos se hayan teñido de este color).
“No es una flor como cualquier otra: concentra, en el corazón de sus pétalos, ácido protocatéquico, una molécula activa de eficacia revitalizante”, puntualizan desde el equipo de Innovación, Investigación y Desarrollo, dirigido por la doctora en Química Orgánica Nathalie Volpe. “Una piel bella es aquella cuyas funciones celulares trabajan a pleno rendimiento. Sin embargo, su calidad se ve afectada por el paso del tiempo y por las numerosas agresiones que recibe al vivir en un entorno urbano. Como consecuencia del estrés, los rayos ultravioleta y la polución, las células cutáneas van perdiendo poco a poco su vitalidad y aparecen los signos de la edad”, añade.
"Se trata de una nueva forma de cuidarse: en cuerpo y alma"
Para evitar ese deterioro, “la línea Nº 1, de texturas sensoriales, conserva el resplandor de la juventud, reactivando las fuentes de vitalidad desde la piel hasta la mente”, según los creadores de este hito cosmético. Y subrayan que “se trata de una nueva forma de cuidarse: en cuerpo y alma”. Tal vez por eso hayan incluido en el lanzamiento lo que han decidido clasificar como un agua de cuidado, algo así como un producto de belleza a medio camino entre el perfume y el tratamiento. Y aquí viene otro punto que conviene aclarar: L’Eau Rouge se basa, como el resto de las novedades, en la camelia japónica El Zar, que paradójicamente carece de olor.
Del mismo modo que Alberto Morillas creó hace dos décadas Flower by Kenzo, inspirada en la amapola (otra flor inodora), Olivier Polge –nariz oficial de Chanel desde que tomó el relevo de su padre, Jacques Polge– emplea la camelia como recurso imaginativo. Es decir, recrea el aroma que le inspira la estética y el tacto de dicha flor. “He partido de multitud de facetas florales (jazmín, rosa, flores blancas… todas ellas características de la casa), para luego asociarlas con notas de frutos rojos”, señala el perfumista. El resultado es un jugo que no sólo perfuma, sino que también refresca y revitaliza la piel. Un comodín multiusos muy apropiado para esta era post pandémica en la que todo pasa por la búsqueda del bienestar perdido.
Apuesta por la sostenibilidad
Está claro que la gama Nº 1 tiende muchos puentes con la tradición de la maison Chanel, pero también con el mundo que se avecina. Prueba de ello es la apuesta por la sostenibilidad, que en los últimos tiempos se ha convertido en el caballo de batalla de la industria cosmética, cuyos responsables son conscientes de que las consumidoras reclaman cada vez más productos que sean respetuosos con el medio ambiente.
"Las fórmulas tienen hasta un 97% de ingredientes de origen natural"
“Las fórmulas tienen hasta un 97% de ingredientes de origen natural. Además, estamos trabajando en aligerar nuestros envases, reduciendo la cantidad de materiales utilizados. Prestamos especial atención a limitar el uso de plásticos. Hemos retirado el celofán, mientras que los folletos han sido reemplazados por códigos QR”, resumen desde el equipo de Nathalie Volpe. Y añaden que “el envase de la crema de 50 mililitros es recargable”, al tiempo que para los envases se opta por cartón y papel reciclados procedentes de empresas certificadas.
Con todos estos mimbres, Chanel ha pergeñado una nueva generación de cosméticos al más puro estilo de Gabrielle, una mujer emprendedora cuyo triunfo se basó en la capacidad innata para reinventarse una y otra vez. Por eso el nombre de Nº 1, en claro homenaje a ese Nº 5 que fue el primer perfume abstracto de la historia y que 100 años después de su nacimiento sigue aupado a la lista de los aromas más vendidos, a pesar del empuje de otros más contemporáneos como el Sauvage de Dior.
Por cierto, que el hecho de bautizar a su perfume mítico con ese número se debió a que Mademoiselle eligió la quinta muestra que le presentó Ernest Beaux, por aquel entonces su maestro perfumista de cabecera. Pero hubo otro motivo: la diseñadora, que era tremendamente supersticiosa, estaba convencida de que el número 5 le daba suerte. A lo largo de los próximos años descubriremos si el número 1 tiene el mismo poder de atraer el éxito…