La zona del contorno del ojo, cuenta con la piel más frágil de todo el rostro, hasta tres veces más fina. Sometida a la tensión de 22 músculos en constante movimiento, y más de 10.000 parpadeos por día, se trata de una piel pobre en glándulas sebáceas y en fibras de colágeno y elastina.
Con una escasa función barrera, debido a la baja producción de lípidos, el contorno de ojos es una zona frágil que necesita de cuidados específicos. Puede deshidratarse muy fácilmente, y también es la primera zona que muestra signos de envejecimiento.
A esto hay que añadirle que hoy, debido al trabajo con los ordenadores, móviles y las tabletas, sometemos a la vista y a su contorno a una excesiva sobreexposición a las pantallas.
Como consecuencia, todas las capas de la piel que constituyen el contorno del ojo sufren un envejecimiento prematuro. Un estudio realizado por Dior desvela que tras un día delante de la pantalla fruncimos el contorno del ojo un 42% más, se acelera también la frecuencia de veces que fruncimos las cejas, y aparece la fatiga ocular que afecta visiblemente al conjunto de la zona de la mirada.
Las bolsas y ojeras son más evidentes y la expresión de cansancio aumenta hasta un 10%. También hay que tener en cuenta, la acción nociva de la luz azul de los dispositivos electrónicos. Una luz que genera un mecanismo de envejecimiento prematuro comparable al de los UVA. Tras dos horas de exposición a la luz azul, puede aumentar la oxidación celular hasta un 156%.
Para mejorar esta delicada zona, los nuevos productos cosméticos incorporan activos e ingredientes, la mayoría de origen natural, que recuperan y fortalecen su frágil barrera.