No podemos dejar de gesticular. Reímos, lloramos, hablamos… Y todas estas expresiones faciales tienen como consecuencia, la aparición de líneas en la frente y en la zona del entrecejo. Son arrugas de expresión, conocidas también como mecánicas, porque están vinculadas con la contracción repetida de los músculos responsables de fruncir el ceño y de la frente.
La doctora Gema Pérez Sevilla, cirujana maxilofacial y experta en medicina estética facial, recibe en su consulta diariamente a muchas mujeres, en ocasiones muy jóvenes, preocupadas por estas primeras líneas que aparecen en el rostro, a edades tempranas, ligadas a los movimientos que se repiten constantemente.
Pérez Sevilla propone diversas soluciones según el estado de las pieles, y sus necesidades. Por un lado, aconseja a sus pacientes, una serie de rutinas diarias para el cuidado de la piel, con el objeto de hacer frente a estas arrugas, de una manera preventiva y no invasiva. Por otro lado, recomienda la utilización de inyecciones de bótox y ácido hialurónico.
Tips para reducir arrugas
“Intenta fruncir el ceño lo menos posible, utilizando gafas de sol siempre que sea posible, para evitar así ese gesto que solemos hacer cuando estamos expuestos a los rayos UV”, asegura la especialista.
“Siempre que puedas, masajea los músculos que provocan las arrugas, los que se encuentran justo encima de las cejas, entre ellas y en el resto de la frente, hasta la raíz del pelo. Este gesto, ayuda a relajar los músculos y mejorar la microcirculacion de la zona”, confirma Gema.
“En personas con bruxismo, suele ser habitual levantarse con la zona muy contraída, y puede ser de ayuda, utilizar un parche de silicona rectangular justo sobre las arrugas. Esto tiene un efecto de cinta kinesiológica, que ayuda a la relajación y a la circulación linfática. Además, impide que el músculo, debido una contracción intensa y mantenida durante la noche, fracture la piel”, concluye la especialista en Cirugía maxilofacial.
Inyección de bótox
Según la experta en belleza, cuando la zona del entrecejo ya está hundida, la mejor opción es el ácido hialurónico, ya que puede levantar la piel, rellenando la zona deteriorada. Y para quienes prefieren una solución rápida y eficaz, Gema Pérez recomienda la aplicación de toxina botulínica.
“La toxina botulínica", confirma la cirujana, "es una sustancia que tiene la capacidad de producir una relajación de las fibras musculares de la zona en la que es inyectada, y nos permite controlar la excesiva contracción de los músculos que producen las arrugas en la gesticulación".
La toxina botulínica permite controlar la excesiva contracción de los músculos, que producen las arrugas de la frente y el entrecejo.
Asegura la especialista que su aplicación es muy sencilla y apenas dolorosa, debido al pequeño tamaño de la aguja que se utiliza durante la infiltración del producto. No suelen aparecer hematomas. Sólo una leve inflamación en el punto de inyección, que desaparece en unos minutos.
Y en cuanto a los resultados, "la relajación del músculo se suele prolongar alrededor de cuatro a ocho meses, dependiendo del paciente, y la eficacia se aprecia poco a poco, a partir sobre todo, de la primera semana de dicha intervención”, concluye. El coste de esta intervención oscila alrededor de 250€.
Ácido hialurónico
Por su parte, los rellenos con ácido hialurónico permiten atenuar las arrugas medias, finas y profundas de forma inmediata, y a la vez restituir la piel a largo plazo, favoreciendo su regeneración y mejorando su hidratación.
“En el caso de la frente y el entrecejo, aconsejamos este tratamiento cuando las arrugas son bastante profundas, ya que permite rellenarlas y conseguir así un aspecto más terso de la piel. La inyección es poco molesta, y sólo requiere anestesia tópica. El procedimiento es muy rápido, permitiendo la incorporación a la vida normal casi de forma inmediata”, asegura la doctora y añade que “aunque el producto se haya reabsorbido, el efecto de corrección perdura mucho más tiempo, debido a la regeneración del colágeno y del propio ácido hialurónico de la piel”. El tratamiento con ácido hialurónico tiene un coste aproximado de 400 €.