Cuando sufrimos cansancio o estrés, el flujo sanguíneo se ralentiza y esto provoca falta de nutrientes en la piel. También disminuyen los niveles de hidratación y se produce flacidez y falta de luminosidad.

Algunos trucos que conocemos todos pasan por dormir entre 7 y 8 horas diarias y beber entre 1 y 2 litros de agua. Pero, a veces, no sirven. Da igual que hayas dormido suficiente y hayas bebido agua en abundancia, que el cansancio no se va de tu cara.

Aquí van diez trucos para escapar de estas situaciones:

Refresca el rostro con agua fría

El agua fría mejora la circulación, purifica la piel y hace que se oxigene mejor. Además, activa la producción de elastina y colágeno. Esto tiene como resultado una regeneración de la piel y que esta se vea más suave, firme y tonificada.

Hidrata la piel

La hidratación de la piel del rostro la fortalece y la hace más resistente a sufrir imperfecciones. Hidratando el rostro combatimos la retención de líquidos que se acumula en los párpados, evita la aparición de imperfecciones y devuelve el brillo natural a la piel.

Al aplicar crema hidratante notaremos cómo la piel se tensa y recupera luminosidad, además, este gesto ayudará a fijar el maquillaje.

El truco de la cuchara

Una sencilla manera de revitalizar el rostro, reduciendo la hinchazón de los ojos, es con la técnica de la cuchara fría.

Si dejas una cuchara metálica por la noche en el congelador, por la mañana solo tienes que presionar cuidadosamente la cuchara en la zona hinchada durante 40 segundos.

Maquíllate con una base ligera

Una base de maquillaje ligera aporta jugosidad y puede ser igual o más cubriente que una base densa.

Si tienes la piel madura, recurre a una fórmula fluida y con un toque glow porque las bases mates acentúan más las arrugas.

Tápate las ojeras

Un truco muy práctico y común es utilizar un corrector para tapar ojeras e imperfecciones.

Un corrector puede ser milagroso y camuflar ojeras, bolsas e imperfecciones de manera muy efectiva, aunque si no lo aplicas bien puedes conseguir el efecto contrario.

Procura escoger el tono adecuado (uno o dos menos que tu tono de piel) y aplicarlo en su justa medida para que no se te vuelva en contra.

Ilumina tu rostro

La luz es uno de ls elementos que habitualmente no tenemos en cuenta a la hora de maquilarnos. Gracias al iluminador es posible llevar la luz a la zona del rostro que más lo necesite. Aplicarlo en la zona superior del pómulo aporta tensión y juventud.

Define las cejas

Igual que sucede con la melena, las cejas pierden densidad y van presentando calvas según pasa el tiempo. Esto acentúa el cansancio en los ojos y da sensación de dejadez.

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Si las definen y rellenas los huecos acabas rápidamente con esa sensación. Ahora bien, evita tonos muy oscuros y cejas muy finas. 

Date un toque de color

El colorete es un truco infalible para aportar un toque de frescura e inocencia al rostro.

Si quiere potenciar el efecto rejuvenecedor aplica un colorete rosa o coral, resulta más natural y aporta jugosidad.

Ponte un poco de gloss

Los tonos oscuros y potentes envejecen ya que endurecen los rasgos y marcan las arrugas de la zona. Sin embargo, los tonos más naturales con brillo aportan un aire más fresco y joven.

Hazte una coleta alta

Además de tratarse de un peinado sencillo, tiene un efecto lifting que es capaz de rejuvenecer al instante, que además llena el rostro de vitalidad.

¡Ya no tienes excusa para tener cara de cansada!

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