La vitamina C es un antioxidante natural que ayuda a la piel a protegerse de los factores externos y como consecuencia, a reducir las líneas de expresión que se van formando con los años. Esta vitamina posee una potente acción antiinflamatoria y tiene capacidad para incrementar el colágeno de la piel.
Aunque este poderoso activo para la dermis tiene un pequeño inconveniente: su alta oxidación es precisamente una de las dificultades con las que se encuentran las casas cosméticas para fabricar sus formulaciones. Lo cierto es que esta sustancia es fotosensible y al contacto con el aire y la luz se oxida, pasando de ácido ascórbico a ácido dehidroascórbico, perdiendo su eficacia.
Vitamina C encapsulada
Los expertos aconsejan realizar una buena conservación de los tratamientos, y elegir productos que contengan vitamina C encapsulada -más estable y que no se oxida con facilidad-. Si se adquiere un derivado de vitamina C, es mejor optar por aquellos con bajo peso molecular -para una mayor penetración en la piel-, como el Ascorbyl-Palmitate que no es es irritante y es muy estable, el Magnesium Ascorbyl Phosphate, muy estable y despigmentante, o las nuevas generaciones de vitamina C, como el 3-0 Ethyl Ascorbic Acid, soluble en agua muy estable y con excelentes propiedades antiedad e iluminadoras.
Beneficios de la vitamina C
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Los tratamientos para el rostro a base de vitamina C son antioxidantes y antiinflamatorios. Ayudan a incrementar la biosíntesis de colágeno, mejorando así la elasticidad de la piel y el aspecto de las líneas de expresión.
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Previene el envejecimiento prematuro.
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La vitamina C es despigmentante y contribuya a la desaparición de las manchas cutáneas.
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Mejora la función de barrera epidérmica.
¿Cómo se aplica la vitamina C?
Lo ideal sería aplicar el tratamiento por la mañana y por la noche, pero de hacerlo sólo una vez al día, mejor por la mañana. El objetivo: ofrecer una protección ante los radicales libres y aportar luminosidad al rostro.
En cualquier caso, tras su aplicación, los especialistas aconsejan completar la rutina con una crema con factor de protección solar alto, para asegurar que la radiación solar y el aire no oxidan la vitamina C.
Para la especialista en belleza Carmen Navarro, la vitamina C es un imprescindible que no sólo se convierte en el mejor escudo protector contra el estrés oxidativo. Además, se encarga de potenciar la regeneración del colágeno aportando la firmeza que necesitamos desde el interior. "Es uno de los secretos a voces de Meghan Markle y de su glow natural que siempre le acompaña", asegura.
Carmen Navarro recomienda que incorporemos vitamina C a la rutina matinal por su función antioxidante e iluminadora, siempre acompañada del uso de un fotoprotector. “Nuestro Revitalising-C te ayuda además a oxigenar los tejidos, hidratar y mejorar el tono de la piel. Contiene cisteína que aumenta la flexibilidad de la piel y prolina con efecto reparador", explica.
"Gracias a su intensa actividad antioxidante, mejora la firmeza y es muy efectiva en pieles castigadas, como las fumadoras, por su efecto reparador. Algo que debes tener en cuenta es que su concentración es clave a la hora demostrar su eficacia. Busca aquellos cosméticos que la contengan en al menos un 15%. Y si quieres potenciar su acción, la combinación con ácido ferúlico o Vitamina E es perfecta”, concluye.