Sabemos que las uñas crecen aproximadamente 0.1 mm /día y cada 3 a 6 meses se ha renovado totalmente las uñas. Sin embargo, existen uñas frágiles, quebradizas, blandas o que se deshojan.
Las uñas están formadas por capas de una proteína con estructura fibrosa llamada queratina. La mayoría de las veces esta fragilidad de las uñas es ya por la mala formación de la queratina de las uñas.
Los principales motivos patológicos son el hipotiroidismo e hipertiroidismo; psoriasis; liquen plano; anemias; enfermedad de raynaud; carencias nutricionales como la carencia de Vitamina A ,C ,D; ácido fólico; calcio y hierro; vitaminas del grupo B; biotina; B12; hongos en las uñas.
Sin embargo, existen unos motivos mucho más cotidianos que pueden provocar la fragilidad de las uñas. Por ejemplo, una de las causas comunes es la sequedad de las uñas debido al frío, a la calefacción o al polvo ambiental.
Otros motivos comunes es el excesivo contacto con el agua —sobre todo si es agua caliente—; el uso de jabones muy agresivos o algunos detergentes que los propios componentes químicos secan las uñas; limar la uña en exceso o los productos químicos que se usan para hacer la manicura; golpes o morderse las uñas. También con la edad, la uña puede perder fuerza.
[Estos son los cinco pasos que debes seguir para cuidar tus uñas de gel]
Qué podemos hacer
- Procurar ingerir todos los nutrientes necesarios para el buen crecimiento de la uña mediante una dieta equilibrada —alimentos ricos en calcio, hierro y ácidos grasos esenciales— y, si es necesario, añadir suplementos nutricionales ricos en vitamina A o carotenos, vitaminas del grupo B, queratena o silicio.
- Hidratar y nutrir las uñas para evitar la sequedad de las mismas debido a cualquiera de los motivos anteriores.
- Cuidar las cutículas.
- Evitar los esmaltes que no dejan transpirar la uña como las permanentes, en las que además el quitaesmaltes es muy agresivo. Deberíamos utilizar los que no llevan disolventes como la acetona.
- Beber agua suficiente, que además nos ayudará a hidratar todo el cuerpo.
- Evitar que las uñas entren en contacto con el alcohol de los quitaesmaltes y desinfectantes de manos, que seca mucho las uñas y las estropea.
- Procurar no llevar las uñas muy largas, ya que las uñas más largas son más antiguas y se van secando, del mismo modo que vamos cortando las puntas del cabello para sanearlo.
- Si es fumadora, se debe extremar el cuidado de las uñas para evitar que se amarilleen y se sequen, lo que en consecuencia les produce una mayor fragilidad, se deshojan y se estrían.
- Utilizar un remineralizador, que podemos encontrarlo en las farmacias y se debe aplicar diariamente.
- Una vez nos hemos lavado las manos, aconsejo siempre ponerse crema de manos después de secarse bien las manos. Lo más fácil es comprar varios botes y tener la crema junto con el jabón de manos.
- Usar guantes siempre que se tiene que tocar agua o algún tipo de detergente químico.
Los mejores remedios caseros
Como se ha expuesto con anterioridad, la mayoría de las causas de debilidad de las uñas es la sequedad, por lo que nutrir en profundidad las uñas es uno de los mejores remedios. Existen diferentes formas de hacerlo.
Baño de aceite
Podemos usar aceite de oliva, de coco, argán o jojoba. Lo ideal es poner aceite ligeramente templado, mantener las uñas (sin esmalte, por supuesto) durante diez minutos y una vez pasado ese tiempo, masajear las uñas junto con las cutículas de las uñas.
Además, se puede añadir unas gotas de aceite de lavanda, haciendo el baño mucho más agradable. Por otro lado, si queremos evitar infecciones (sobre todo en las personas que se muerden las uñas o se arrancan las cutículas), podemos añadir al baño unas gotas de aceite de árbol de té.
Podemos variar la fórmula, añadiendo unas gotas de vitamina E (podemos abrir una cápsula de gelatina blanda) o aceites como el de semillas de lino. Como estos aceites son muy densos, aconsejo añadir unas gotas de vinagre de manzana.
Dormir con guantes
Dormir con guantes es otro de los remedios más efectivos. En primer lugar, poner crema de manos en gran cantidad y masajear poniendo especial atención en las uñas y las cutículas. Mantener la crema de manos y ponerse guantes finos de algodón.
También puede ser guantes de látex o silicona, que son más efectivos al ser más oclusivos, aunque los guantes de algodón son más agradables para dormir con ellos toda la noche y si se hace con una frecuencia de al menos una o dos veces a la semana es igualmente efectivo.
[Empieza a fortalecer las uñas y a mantenerlas cuidadas con estos consejos]
Mascarilla de manos casera para las cutículas y las uñas
Podemos preparar una crema de manos muy densa para usar a modo de mascarillas, añadiendo por una parte vaselina pura (2 partes), aceite de oliva (1 parte) o de almendras dulces, dos o tres gotas de aceite esencial de rosas y 4 o 5 gotas de glicerina liquida.
Sólo hay que mezclar bien en un mortero hasta homogeneizar todo y el resultado final es una pasta que podemos usar a modo de mascarilla de manos insistiendo bien en las uñas y cutículas.
Blanqueador casero de uñas
Cuando la uña está seca y quebradiza, suele verse más amarillenta, así que lo ideal es blanquear la uña antes de aplicar las mascarillas de nutrición. Para preparar este blanqueador casero de uñas, debemos mezclar un zumo de limón —también puede ser vinagre de manzana— con una cucharada de bicarbonato de sodio.
Con ello conseguimos una pasta ligera y con un cepillo de dientes suave aplicamos sobre la uña y lo mantenemos durante unos diez minutos.
Si bien este método es muy efectivo, tiene el incoveniente de que si tenemos alguna herida, puede picar y, por lo tanto, es mejor no usarlo.