“Nunca he tenido un cargo como tal” asegura Genoveva Fernández-Longoria Brujó, hija del diplomático Carlos Fernández Longoria, exembajador de España en Egipto. “Este es un tema espinoso conmigo. No sé cómo definirme… Actualmente, podemos decir que soy colaboradora activa con la marca de moda Malne”, confirma a MagasIN.
Veva ha estado vinculada con la moda durante muchos años de su vida, pero no siempre.
“Estudié para ser intérprete simultánea”, asegura, “pero al final no lo hice nunca, porque me pedían un cuarto idioma, y a mí aprender alemán en aquella época me daba una pereza espantosa. Me fui por otros derroteros, y luego me casé”.
Fernández-Longoria contrajo matrimonio con el ya fallecido empresario José Luis Alcocer Torra, hermano de Alberto Alcocer, y durante mucho tiempo, durante la transición española, fue testigo directo de reuniones mantenidas en la cúpula de poder, durante la presidencia de Felipe González, perteneciendo a la denominada “beautiful people”.
Y continúa: “Durante mi matrimonio, no trabajé porque me casé con uno chapado a la antigua que prefería que yo no trabajara. Yo ya había trabajado en una oficina bastante importante… antes de casarme. Después me quedé viuda, y volví al trabajo en una empresa de Marketing…”, asegura Veva.
“Un día, Victorio & Lucchino decidieron abrir una tienda y trabajé con ellos como relaciones públicas, a caballo entre la tienda y el showrroom. También ayudé con los desfiles de la entonces pasarela Cibeles. Además, colaboré con la Agencia Réplica, con Eric Yernó y Emilio Saliquet, y finalmente, junto con una amiga americana trajimos al diseñador Andrew GN a España” confirma.
Hija de diplomático, continuamente cambiando de casa... ¿Cómo recuerdas tu infancia?
Tuve una infancia muy feliz, no exenta de dificultades. También porque es difícil cada tres años cambiar de país, de idioma, de amigos... Así por ejemplo, pasar a los siete años, de Nueva York a Hendaya, el primer pueblo pasada la frontera española con Francia. De ir a la escuela en Nueva York a ir a la escuela del pueblo de Hendaya, imagínate, muy complicado.... Con la mentalidad francesa, en aquel entonces.
Estamos hablando de los 60 que entonces el sistema escolar era mucho más estricto que ahora. De vivir en una gran ciudad con rascacielos a pasar por Madrid que me parecía pequeñísimo.
Del sistema americano de educación y de trato al niño, a las profesoras francesas aprendiendo francés a marchas forzadas, porque yo nací en París, pero mi nivel de francés entonces era el de un bebé que balbuceaba dos palabras...
Después de Hendaya, pasamos por Madrid durante dos años. De aquellos tiempos vienen muchas de las amigas que tengo ahora. En la capital bien, pero también era una mentalidad muy cerrada, sobre todo, viniendo de Francia en aquél entonces. Y de allí a Londres, y después salto mortal, a Marruecos, a Rabat.
Que difícil para un adolescente...
Para entonces, ya tenía 16 años, así que directamente fui al Liceo Francés y me pareció divertidísimo. Es la edad en la que empiezas a salir. Un día nos escapamos mi hermana y yo, y nos pillaron, y no nos cayeron pocas... pero fue una época maravillosa.
Llevaba mucho mundo conocido desde muy jovencita, y eso lo agradeces después en la vida. Tenía una mentalidad muy abierta en unos momentos difíciles en los que en España no se entendía...
Tienes dos hermanas, con muy poca diferencia de edad entre vosotras...
Sí. Con la segunda me llevo muy poca diferencia de edad. Con la tercera algo más...ocho años más pequeña que yo. Nos hemos criado y crecido juntas son mis cómplices. Con ellas de verdad comparto todo.
Colaboradora con Malne actualmente, pero con mucho recorrido en moda...
Hace unos años, llevaba a Andrew GN, que lo trajimos nosotras a España. Fantásticas sus colecciones que traíamos dos veces al año y hacíamos presentaciones, que hace 10 años no existían ese tipo de shows. También llevamos Missoni.
¿Qué importancia tiene la moda para ti?
Tiene una importancia relativa. Tengo muchísimo respeto por la moda, porque encuentro que es un arte. Todos somos sensibles a la moda, todos ojeamos revistas, nos vestimos, todos queremos ver qué nos favorece, o sea, es necesaria.
Pero hay otras cosas muy importantes en la vida... depende de con qué lo compares. Pero tengo mucho respeto a los diseñadores, a los creativos, a la industria de la moda que es tan difícil hoy.
¿Eres consumidora de piezas de diseñador?
Tengo que reconocer que sí. Mi armario está lleno de piezas de diseñador mezcladas con otras piezas, incluso muchas de mercadillo. Y luego, por supuesto de Zara y de Mango, que han conseguido que la gente se vista bien y con buen gusto, sin gastarse un dineral. Como todo, hay que saberlo mezclar.
Cuéntanos de que diseñadores tienes ropa en tu armario.
Santiago Bandrés, Versace, Roberto Cavalli, Andrew GN, Missoni, Lorenzo Caprile, Silvia Tcherassi, Diane Furstenberg, y algunos más. También tengo de una marca de deportes que se llama Freddy, que tienen piezas con un corte estupendo. Todas éstas conviven en mi armario con prendas básicas que traen mis amigas, dos veces al año, que son básicos y no me canso de ponérmelos.
¿Acudiste a la última edición de la MBFW?
Fui para ver a Malne y me pareció maravillosa la colección presentada, la belleza de las telas que utiliza, la originalidad, la sofisticación. Y viéndolo hace pensar que uno no tiene porque tener un gran evento, sino que se puede incluir la moda en tu vida cotidiana también. La moda es fantasía y hay que tener una pequeña ilusión. Hay que meterle colorido e ilusión al mundo...
¿Estás a favor de la moda sostenible?
Sí, absolutamente. Por ejemplo, en Malne lo que hacen, es lo que se conoce como slow fashion una moda que surge frente al fast fashion, más sostenible, realizada por artesanos, más elaborada, cada pieza dura muchos años y no pasa de moda, bien combinada. Es mejor una pieza de éstas que no estar todo el tiempo gastando y produciendo huella de carbono.
¿Crees que la gente joven ya tiene otra mentalidad frente al consumo?
Sí, ya tienen otra mentalidad. Han surgido muchas tiendas baratas para jóvenes y su manera de consumir es diferente, casi siempre consumen por internet. Pero de repente, les hace mucha ilusión una pieza exclusiva, cara y fashion. También lo vintage.
¿Sigue existiendo un protocolo para vestirse con elegancia en los eventos o ya todo el mundo se viste como quiere?
Ahora todo el mundo se viste como quiere. Si vas con una chaqueta ideal, unos jeans y unas zapatillas de Balenciaga vas bien. Hasta hace poco tiempo no se nos ocurría ir en jeans y deportivas, bueno a mi hoy todavía no se me ocurre....
¿No echas de menos aquellos años en los que la gente se vestía para un evento?
Sí, consistía en seguir el protocolo. No como ahora. Pero es verdad. Yo procuro vestirme lo mejor posible. Sí, pero tampoco quiero dar la nota, porque luego tampoco nadie va bien vestido... Hay que mantener un ten con ten.
La vida también ha cambiado mucho. Porque ahora estás todo el día correteando por ahí trabajando y después por la noche y sin cambiarte, tienes que ir a un evento.
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
No, para nada, pero si que hay algo en lo que cualquier tiempo pasado fue mejor. Ahora se admite libertad en moda y está fenomenal. Y que cada uno se puede expresar como le de la gana, y en ciertas cosas te puedes expresar como quieras. Pero para mí, hay una falta de libertad bestial. Por ejemplo, los 80 y los 90 fueron mucho más libres que ahora.
La verdad, es que vivimos en un mundo de contradicciones. Por un lado, es todo libertad porque no te etiquetan tan fácil y puedes vestir o hacer lo que quieras, internet y el teletrabajo te dan mucha libertad. Pero por otro lado, estamos asistiendo a una pequeña dictadura de lo políticamente correcto. A mí eso no me parece bien. Sobre todo, lo que me parece bastante grave es que ya no te dejen pensar. No puedes ser crítico, ni expresar tu opinión sin que te llamen esto y lo otro. Lo evidente, te lo discuten muchas veces. Ahora ya no hay debate.
¿Eres Veva de acudir a fiestas y eventos o no?
Soy más bien de pasar un buen rato con los amigos. Y me tengo por una persona de natural sociable, que no hay que confundir social, que puede que lo parezca, pero no...
¿Te has sentido alguna vez menospreciada o infravalorada en tu trabajo o en alguna situación por ser mujer?
Personalmente nunca lo he sentido, aunque le debemos mucho al movimiento feminista de los años 70. Esas mujeres que abrieron camino si que son las verdaderas heroínas porque ellas si que lo tuvieron difícil y hoy disfrutamos de muchas más libertades. Creo que tiene que haber eso que los americanos llaman el feliz término medio, happy medium. Reivindicar a lo bestia cosas y enfrentarnos hombres con mujeres, no estoy de acuerdo.