La cultura asiática en general es muy admirada en Occidente, y por supuesto, los usos y costumbres de las japonesas en materia de belleza nos han conquistado.
[La infusión tradicional para adelgazar: el truco de las japonesas que acelera el metabolismo]
Esta concepción nipona y holística del cuidado tiene mucho que ver con la calidad de su piel y el retraso en el envejecimiento del rostro.
No en vano, algunas de las empresas cosméticas con más prestigio tienen su origen en Oriente y siguen la filosofía, la técnica y los beneficios de las disciplinas orientales en las que se cultiva la paz interior, con el objeto de conseguir armonía entre mente y cuerpo.
Ritual Saho
Una de las técnicas que más hemos copiado las occidentales es el ritual de la doble limpieza. Las mujeres japonesas se reservan cada mañana y cada noche religiosamente, media hora para limpiar y cuidar su rostro con lo que consiguen máxima luminosidad, hidratación y nutrición.
Este momento de desmaquillaje diario está inspirado en la ceremonia japonesa del té, en la que para preparar una taza realmente perfecta hay que seguir cuidadosamente los pasos del ritual llamado Saho.
Primero, utilizan un limpiador en leche, aceite o crema, y después repiten la limpieza, esta vez con agua y una fórmula en gel o espuma. En el primer paso, se retiran todo tipo de impurezas oleosas, como el maquillaje y el sebo; y en el segundo paso, se retiran todas las impurezas acuosas y las células muertas.
Tras la limpieza, se aplica una loción equilibrante, que prepara el rostro para el tratamiento de hidratación que se aplica después. Incluso, la mayoría de las japonesas utilizan una toalla lo más caliente posible para que los poros del rostro se dilaten y permitir una limpieza más profunda.
La crema hidratante se aplica en las manos y tras calentarla se extiende sobre el rostro realizando un masaje. Primero se masajea alrededor de los pómulos, los ojos y la frente hasta la boca. Y en un segundo paso, se masajea desde la nariz hasta la frente y se baja hasta el cuello. Después, se realiza presión con las manos desde el mentón hasta la frente.
[5 secretos para tener la piel como las japonesas]
150 años de historia
La compañía Shiseido y su línea Ibuki reconocida internacionalmente con varios premios, también sigue los preceptos de la doble limpieza facial.
La casa cosmética japonesa acaba de cumplir 150 años aportando soluciones para el cuidado de la piel.
Fue Arinobu Fukuhara, jefe de farmacia de la Armada Imperial Japonesa quien tuvo la visión de crear la primera farmacia al estilo occidental en Ginza, (Tokio) en 1872. Decidió que el nombre expresara el alma de la misma, su razón de ser, y la llamó Shiseido, que significa ‘la casa que contribuye a mejorar la calidad de vida’.
En 1888 lanzó la primera pasta de dientes blanca de Japón. Y en 1902 introdujo dentro la farmacia un pequeño rincón con un surtidor al que llamaron ‘fuente de soda’ con esta bebida. Este pequeño 'corner' inspirado en su visita a EE UU, se hizo muy popular y comenzó a vender helados, algo muy exótico para los japoneses de la época.
También introdujo en el mercado otros productos no conocidos hasta entonces por la población nipona, como los primeros polvos de arroz para el rostro con colores naturales (no blancos), y el primer producto cosmético, Eudermine, una loción facial que aún hoy se sigue comercializando.
Hoy el grupo cosmético japonés está presente en 120 países, cuenta con más de 1.200 investigadores y 8 centros de investigación repartidos por todo el mundo.
La cultura y el espíritu japonés forma parte indisoluble del ADN de la compañía Shiseido y contempla siempre, no sólo la belleza exterior, sino también la belleza interior de cada individuo.
De la batalla a los centros de estética
Algunas de las técnicas japonesas para mejorar la piel y el cuerpo, utilizadas desde tiempos remotos, incluso antes de ir a la batalla por los propios samuráis, han llegado a nuestros días, incorporándose como tratamientos eficaces en los centros de estética.
El kobido, también conocido como 'lifting japonés' relaja toda la musculatura facial activando las células de la piel. Entre los beneficios de esta técnica ancestral destaca que mejora la circulación sanguínea, estimula la producción de colágeno y elastina y activa la regeneración natural de la piel. Una técnica que hoy se utiliza como alternativa a las infiltraciones de bótox, por ejemplo.
Otro método de origen japonés es el shiatsu. Significa presión con los dedos y consiste en realizar presión en puntos específicos del cuerpo que coinciden en muchos casos con los puntos de acupuntura.
La técnica es capaz de calmar el dolor, bajar la inflamación, mejora la circulación sanguínea, permite recuperar el equilibrio de todo el cuerpo y relaja.