La caída del pelo es uno de los efectos más notables en nuestro cuerpo de la llegada del otoño. Pero no es el único. Las uñas se vuelven más quebradizas por diferentes factores.
Una mala alimentación, una manicura demasiado agresiva o incluso un contacto constante con productos nocivos puede agravar la situación. Una enfermedad también puede explicar esta tendencia, de ahí la importancia de consultarlo con un médico si empeora notablemente la situación.
¿Cómo evitarlo?
Algunos gestos permiten, aún así, limitar los efectos. “En realidad, son varias las cosas que podemos hacer por nuestras uñas para que no se rompan con tanta facilidad, como usar fortalecedores y bases de calcio o acudir a un centro donde las cuiden y sanen gracias por ejemplo a las manicuras y pedicuras spa, donde se ablanda toda la piel de alrededor y así se limpian mejor tanto las durezas como las cutículas” cuenta Andrea Serrano, directora del centro Mangata (Calle Victor Andrés Belaunde, 6) en Madrid.
Monique Aguilar, manicurista oficial de ORLY, apunta a que en ocasiones no compramos esmaltes de calidad y esto también influye: “Comprar los adecuados evitaría que aparecieran muchas escamas, pero una vez que ya está el problema, el protocolo sería el siguiente.
Primero se pulen con cuidado las uñas con un buffer e insistimos en la zona que se vea más dañada, hidratando cutículas y las propias uñas cada día con un buen aceite que podemos colocar en la mesilla de noche para que no se nos olvide.
Para las escamadas y abiertas, recomiendo un potente protector que evite que el esmalte salte antes de tiempo así como un top coat que lo fije. En el caso de haber empezado algún tratamiento, hay que ser muy paciente con aquellos destinados a fortalecer y nutrir las uñas con calcio en gel, pues crecen de manera lenta, no más de 2mm en un mes, y tenerlas perfectas puede llevarnos un largo tiempo”.
Entre los consejos de la firma sudafricana Bio Sculpture, su responsable en España, Maribi Arnedo, aconseja masajear regularmente las cutículas y uñas: “Siempre, con movimientos circulares para que estas crezcan de una manera sana y fuerte, y acudir de vez en cuando a que nos hagan envolturas hidratantes y nutritivas de manos y pies.
Sin olvidar que podemos hacer mucho más si llenamos la nevera con grasas buenas como las que nos aportan el salmón, las nueces o los aguacates, la vitamina A de los huevos, zanahorias o acelgas y cómo no, el calcio de la leche, el brócoli, las espinacas o las almendras”.
Algunos productos claves
La firma asturiana Amelia Cosmetics cuenta con dos lacas claves: Complete Repair, de color transparente y enriquecida con calcio, leche de avena y aceites botánicos puros, y Diomond XL Force para unas uñas más fuertes.
ORLY cuenta entre sus productos destacados con Nail Defense, un potente fortalecedor con doble contenido de proteínas vegetales para reparar la uñas quebradizas y devolverles la flexibilidad.
Bio Sculpture, una firma sudafricana con sede española en Málaga, cuenta con su línea Ethos para el cuidado de la uña natural, con dos esmaltes a destacar: Ethos Almond Oil con aceite de almendra, jojoba, aguacate y vitamina E, perfecto para tratar las cutículas secas y hacerlas más flexibles así como para rehidratar las uñas. También, Ethos Lavender Oil, una base de lavanda de color rosa pálido que enriquece las uñas débiles y dañadas, con extracto de hoja de romero, conocido en el mundo de la belleza por sus propiedades calmantes.
Atenta asimismo al Elixir de Aceite Go Green de Yves Rocher, un tratamiento compuesto 100% por ingredientes de origen natural que nutre y embellece las uñas Tampoco te pierdas el Cuidado Reparador Pro’Expert, de Vitry, que se utiliza a modo de cura, 2 semanas sobre unas uñas naturales y desmaquilladas. La firma OPI cuenta con tratamientos de éxito como el Nail Strengthener, que se basa en capas de protección para ayudar a las uñas naturales a crecer fuertes.