La no atmósfera del espacio y la mayor atmósfera del fondo del mar tienen, por fin, la clave para frenar el envejecimiento. La medicina regenerativa apuesta por incorporar las cámaras hiperbáricas y los tratamientos de donación con células madre, hasta ahora solo reservados para la salud de los astronautas y buzos profesionales.
Sus beneficios y resultados son muchos: mejoran la fuerza, las funciones cognitivas, la coordinación, las articulaciones, la disfunción eréctil y enfermedades osteoarticulares además de disminuir las arrugas con el aumento de la elastina y el colágeno de la piel, como efecto colateral.
“Casi de forma paralela al uso de la cámara hiperbárica para tratar la E.D. (enfermedad de descompresión) en buceadores, se ha visto una mejoría en los dolores crónicos, las cicatrices postoperatorio y el aspecto estético general de los de los pacientes”, explica la Dra. Ana Neves, responsable de Medicina del Estilo de Vida de Clínica FEMM.
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Para los profanos, una cámara hiperbárica es una sala en la que se recrea la presión a la que el cuerpo se ve sometido debajo del mar. En ella se respira oxígeno puro a una presión atmosférica superior a la normal que hace que llegue disuelto en la sangre hasta las zonas con déficit donde se produce el envejecimiento.
"Los pacientes que han experimentado los aportes extras de oxígeno medicinal muestran una rápida satisfacción en pocas sesiones: con las primeras ya siente una mayor energía y un mejor descanso", explica la doctora.
Ella recomienda entre 20 y 40 sesiones, divididas en semanas, no solo para la mejora del aspecto físico sino para el tratamiento del dolor por su efecto analgésico en patologías como traumatismos, fibromialgia y enfermedades como la artritis y la artrosis, y en pacientes con dolores agudos o crónicos.
También de forma análoga se ha visto cómo los tratamientos para rejuvenecer a astronautas pueden ser usados en toda la población como medicina antiaging.
“En el espacio los astronautas envejecemos de forma mucho más rápida que en la tierra donde estamos más protegidos de la radiación solar”, explica Miguel López- Alegría, primer astronauta nacido en España que viajó al espacio, y que se ha sometido al tratamiento pionero que el doctor Víctor Urzola realiza con células madre, desde el Instituto de Medicina Regenerativa (RMI) a astronautas de la NASA.
“Hemos logrado objetivamente revertir la edad biológica a todos los niveles físicos y vitales mediante la recolección y re-infusión de células madre propias y donadas, a las que suplementamos e inyectamos de nuevo a los pacientes para lograr mejorar la balanza entre células madre nuevas y muertas”, explica el doctor Urzola.
“A partir de los 60 años empezamos a envejecer más rápidamente porque hay más células senecentes, que son como una manzana podrida dentro del frutero que contagian a otras manzanas”, aclara el doctor Urzola.
"Comprender cómo envejecen los humanos ha sido siempre un tema de gran interés científico. Este avance significa poder usar las células madre como medicina preventiva de forma personalizada. Para la aplicación se ha desarrollado una tecnología que moviliza las células madre de la médula ósea a través de unas inyecciones sin tratamiento quirúrgico".
Y continúa: "Un laboratorio cuantifica el número de células, identifica la viabilidad de las mismas para criopreservarlas, (congelación) y descongelarlas, posteriormente usándolas en diferentes momentos de la vida y en las cantidades necesarias manteniendo siempre el equilibrio entre las células nuevas y muertas. Un tratamiento para realizar una o dos veces al año como medicina preventiva de forma personalizada con mejoras óseo articulares, de coordinación, fuerza e incluso de la disfunción eréctil".