Natalia Bengoechea.

Natalia Bengoechea. @nataliabengoechea

Belleza

Natalia Bengoechea, editora de moda: "Mucha gente pretende ser quien no es con su ropa"

Reflexionamos junto a la experta, de amplia trayectoria, sobre el presente y el futuro de un sector en constante adaptación.

9 noviembre, 2022 12:21

Abruma la sencillez de Natalia Bengoechea. Directora de moda de algunas de las cabeceras más prestigiosas de España y del mundo en las tres últimas décadas, confirma que el tiempo es garantía de sabiduría y de éxito, siempre y cuando exista dedicación.

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Ahora editora, estilista y creativa freelance, mima su último gran proyecto, Madrid es Moda, una declaración de amor a la moda de autor en la capital que pretende acercar el público al sector, de una manera diferente. 

¿Siempre supiste que querías dedicarte al mundo de la moda? ¿Cuándo empezaste?

Es algo completamente vocacional. Desde que tenía 13 años, veo revistas de moda. Mi madre era compradora de muchas. En mi casa, siempre había el Vogue de París y ella, de hecho, escribía horóscopos en distintas revistas.

Desde pequeña, mi intención fue trabajar en una revista de moda. Me dirigí hacia eso estudiando diseño de moda porque en aquel momento no había otra opción. No existían ni másters de moda ni comunicación. Formé parte de la segunda promoción de la escuela de moda de la Politécnica. Era la única opción que había para estudiar moda. Y luego ya empecé a trabajar en Vanidad, haciendo mis prácticas, y llevo 26 años dedicando mi vida a revistas de moda.

Ocupaste varios puestos de responsabilidad desde entonces... ¿Qué retos destacarías en esta etapa?

Cada periodo ha supuesto un reto diferente. Aprendí muchísimo en Vanidad, que era una revista nicho de tendencias. Éramos un equipo pequeñísimo, donde todos hacíamos de todo y aprendí muchísimo a todos los niveles, porque la responsabilidad era enorme. Hacía desde dosieres de tendencias a producción, estilismo, casting...

Después me fui a vivir a Nueva York y desde ahí trabajé para distintas revistas europeas. Ahí empezó mi andadura con El Mundo y Vogue España. Empecé como colaboradora de Vogue España, en la nueva etapa que inició Yolanda Sacristán. Acabé siendo directora de moda la revista, muy joven, supuso un reto en sí.

Nueva York me enseñó lo que era la moda de verdad, como negocio, lo que era una industria que en España no se entendía así. Y todos los años allí, que fueron tres, supusieron un aprendizaje enorme. Los incorporé a mi etapa, trabajando con los mejores fotógrafos de moda del mundo.

Después de mis tres años en Vogue, comenzó una etapa maravillosa junto a Charo Izquierdo en Yo Dona, lanzando el primer semanal femenino de moda España con salida los sábados, algo que no existía en ese momento. Eso fue en el año 2005, fueron ocho años maravillosos. Convertimos la cabecera en una referencia en España tanto como una cabecera de feminismo y que empodera a las mujeres como de referencia de moda. 

Seguimos con el lanzamiento de Grazia, también de la mano de Charo. Luego, fueron seis años en S Moda, de El País, como directora de moda y también fue otro reto increíble. Supuso para mí trabajar en algo maravilloso, con Marta Flores y todo el equipo de moda.

Cada periodo ha tenido su reto y cada cabecera ha sido diferente. Lo que me gusta es sacar lo mejor de mi trabajo, llevarlo siempre a un nivel de excelencia máximo y es lo que creo que he conseguido en cada punto en el que he estado.

¿Podemos entonces decir que no te arrepientes de nada?

Nada, absolutamente nada. Ha sido una suma de momentos increíbles. Todo me ha enriquecido, he intentado dar el máximo de mí misma en cada sitio. Ahora mismo trabajo como editora freelance para Yo Dona otra vez, en una nueva etapa distinta como revista mensual.

También estoy volcada en mi proyecto más personal, Madrid es Moda, que nació en septiembre de 2020 bajo el paraguas de Madrid, capital de moda del Ayuntamiento de Madrid.

El reto ha sido dar visibilidad en un momento dificilísimo de crisis, a raíz de la pandemia, a los diseñadores españoles, para que pudieran presentar sus colecciones. Todo ello en un entorno diferente y cambiante, no como ha sido la manera de presentar moda desde antes de los años 20.

Es una manera de luchar por una de mis grandes pasiones que es la moda de autor, la moda española. Y haciendo otra de las cosas que más me gusta, desfiles y presentaciones de moda, en sus distintos formatos.

Precisamente... ¿Crees que la moda se percibe y trata de una manera distinta en España?

La manera de percibir la moda ha cambiado muchísimo desde que existen Instagram y Tik Tok. Las redes sociales se han acercado a la calle y a personas que no tienen que ver con la moda. Han convertido este sector en entretenimiento.

Antes, la moda no se entendía así: era algo exclusivo para la gente dedicada al sector de la moda, a la gente del retail o a la gente de los medios. Ahora es una vía más de entretenimiento.

En ello radica precisamente mi proyecto Madrid es Moda, acercar la moda a la calle, que la moda sea vivida en Madrid y en el centro de Madrid y en la calle en Madrid. Se trata de sorprender a la gente en la calle con un performance de moda y poder hacer que la gente entienda la moda de una manera diferente.

Todo ello, sin dejar de percibir que es un sector que tiene que ver con la industria y que tiene que ver con el negocio. También tiene que ver con la cultura. En España, siempre se ha alejado la moda de la cultura, se ha entendido como algo banal o algo frívolo y es algo que yo he entendido siempre. La moda tiene que ver con la cultura y la industria. Mezclas estas dos pautas que son para mí fundamentales, en Francia y Estados Unidos siempre se entendió. Siempre ha sido mi pelea.

¿Crees entonces que las redes sociales han beneficiado más al sector?

Como todo lo que se democratiza, tiene su lado bueno y su lado malo. Siempre habrá retractores que dirán que la moda antes de las redes era exclusiva para un sector muy reducido y al que solo podía acceder muy poca gente y habrá gente que dirá que gracias a las redes sociales todo el mundo tiene acceso.

Los vídeos de los desfiles en YouTube nos parecen algo normalísimo ahora, pero realmente empezó en el año 2020, a raíz de la pandemia, de que no podía entrar gente a ver los desfiles presenciales.

Entonces llevábamos unos años en que a la moda tiene acceso a todo el mundo. Es algo muy reciente, pero es algo que despierta muchísima audiencia. Cada vez más gente quiere acceder y que quiere verlo, es del siglo XXI, poder acceder a todo y llegar a todo.

Por supuesto, va a haber dos direcciones. Habrá un acceso súper exclusivo y minoritario, como pasa en los desfiles de costura de Balenciaga, hay un grupo selecto de gente que puede acceder a ver el desfile presencial y luego la gran masa, que puede vivir la experiencia a través de lo digital.

También eso es el metaverso. La gran masa podrá acceder en el metaverso a tener absolutamente de todo y solo la minoría más exclusiva podrá tocarlo físicamente. Entonces creo que es a lo que nos vamos a enfrentar y es la vida que vamos a vivir. Entonces es absurdo negarse a ello, ponerle puertas.

Es la vida que nos va a tocar vivir y hay que convivir con las dos cosas. Nosotros como comunicadores, tendremos que comunicar de las dos maneras. Los que tengamos acceso o el privilegio de poder tocar las cosas físicas, tendremos que transmitir la experiencia y ser capaces de poder contarla al máximo de gente posible. No, yo creo que eso es lo que nos va a tocar vivir ahora.

Yo me siento estilista de corazón. Cuento mis cuentos con la ropa, sabiendo interpretar esas colecciones que veo en los desfiles, adaptándolas luego a las modelos o a los personajes a los que he visto. Es mi manera de contar historias y de tratar de crear sueños a través de estos diseños.

¿Cómo definirías la década del 2020 a nivel moda? ¿Vestimos mejor que nunca?

Es demasiado pronto para saber y hacer una lectura del estilo del 2020. Sí podemos decir que la década anterior, del 2010 al 2020, fue definitiva por una serie de diseñadores como Phoebe Philo en CELINE. El momento minimalismo fue clave en el 2010.

Destacó esta manera de vestir sin ostentosidad, que sigue tendencia y han adoptado los escandinavos de una manera increíble, que empodera a la mujer sin ser demasiado sexy. Del 2010 al 2020, vivimos también una etapa del oversize. El otro día, hablando con una señora en un evento, me decía: "Nunca habíamos tenido este momento en la moda". En realidad, sí lo habíamos tenido con el grunge. Marc Jacobs en su momento lo puso de moda.

Sin embargo, lo superó el momento sexy, Dolce & Gabbana, en los años 2000, con todo ese punto de la caja baja en los jeans, el torso descubierto, no dejó que el momento oversize, que estaba muy presente en la música, ganara adeptos en la moda.

En 2010, Phoebe en CELINE lo trae de una manera muy inteligente, intelectualizando la moda. Hace que una mujer poderosa quiera vestirse de una manera distinta. Aparecen mujeres potentes que utilizan esa tendencia y que se la apropian y que la ponen en valor.

Del 2010 al 2020, fue ganando adeptos gracias, por ejemplo, a las hermanas Olsen con The Row. Descubrimos una silueta completamente nueva y distinta, que ahora desde la distancia, somos capaces de entender. En su momento a lo mejor no nos marcaba tanto, pero ahora, entendemos que ha cambiado definitivamente la silueta de la mujer del siglo XXI.

En el momento en el que vivimos ahora, gracias a las redes sociales y la globalización, todo tipo de mujeres visten como quieren y como les da la gana. Entonces, tenemos desde una Kim Kardashian a unas Olsen, son siluetas opuestas y mujeres de estilos completamente diferentes.

Estos diseñadores, como The Garnment o Nanushka, que han nacido de esa tendencia escandinava, es algo bastante nuevo en el mundo de la moda.

¿Cómo percibes la moda unisex? ¿Crees que se generalizará a largo plazo?

Por supuesto, la ropa nunca ha tenido género, se lo hemos puesto nosotros. Es cierto que hay un patrón para la mujer y un patrón para el hombre, pero creo que vamos hacia un momento en el que él será quien se la ponga, que aporte el género a la ropa.

Estamos viviendo un momento completamente libre, sin ataduras, sin estereotipos y donde nosotras mismas, incluso sintiéndonos mujeres al 100%, le damos un carácter distinto según como nos vestimos cada día. Te puedes vestir súper masculina y sentirte muy femenina, pero ir vestida con un traje de chaqueta de tu chico y con un jersey de cuello vuelto súper grande y una bota militar y sentirte femenina.

Para ti, vestir bien significa...

Sentirte a gusto en lo que vistes y sentirte cómoda y effortless, como sin esfuerzo. Vestir bien es por supuesto no ir disfrazada de alguien que no eres, sentirte cómoda y bien y tú misma dentro de la ropa que llevas. Parece muy fácil de decir, pero hay veces en que no lo es tanto. Mucha gente pretende ser quien no es en la ropa y cuando sabes de moda y entiendes de moda, eso se percibe enseguida.

Para mí eso es el más el mal vestir, el no encontrar a alguien que se siente uno mismo dentro de lo que lleva. Al final, la ropa es un lenguaje que te ayuda a transmitir lo que eres. Lo vemos en las políticas, cuando llegan a sus puestos, al principio visten de una manera, luego se va transformando su manera de vestir conforme se van sintiendo más seguras en su puesto. Reafirman su capacidad de liderazgo.

Acerca de la sostenibilidad, un tema ya de obliga mención en el sector, ¿Consideras que se deberían endurecer las normas, a nivel legal? ¿Crees que una mayoría de empresas practican el greenwashing?

La sostenibilidad es una realidad, gracias a las normas y a las reglas que impongan los gobiernos. Al igual que con los coches, llegará y más vale que seamos conscientes de ello, porque es necesario, es fundamental. No podemos seguir consumiendo como hemos consumido hasta ahora. Menos y mejor.

Las empresas tendrán que seguir consiguiendo sus objetivos de una manera consciente. Es decir, seguir creciendo en este 30% trimestral o semestral, por ejemplo, pero de una manera sostenible. Habrá que cambiar esos hábitos y esa manera de pensar. Los gobiernos tendrán que legislar en esa dirección y las marcas, adaptarse. Cuanto antes se haga, mejor que mejor, porque antes acabaremos con este problemón tan enorme de ser la industria más contaminante del planeta.

¿Dirías que la responsabilidad es compartida con el ciudadano?

Doy clases de diseño y de estilismo, en cuatro escuelas diferentes desde la Politécnica al Centro Superior de Diseño de Madrid de la Concejalía de Madrid... y creo que tenemos que empezar por la formación. Echo muchísimo de menos formación en sostenibilidad en todos los centros y cuando, por ejemplo, los alumnos me presentan proyectos, la sostenibilidad sigue siendo casi inexistente, cuando es algo fundamental.

Hay que preparar los proyectos ya. No ocurre en Inglaterra, cualquier proyecto que te llega, cuenta con un tanto porciento de sostenibilidad. Tenemos el caso de Evade House, ganadora el Allianz EGO Confidence in Fashion en 2021. Todo su proyecto gira en torno a la sostenibilidad, reciclando prendas y trabajando con tejidos totalmente reciclables. 

Es algo que tenemos que empezar a trabajar desde ya. Hay poca formación en sostenibilidad todavía. Y creo que las empresas tendrían que estar creando bolsas de trabajo y de estudio. Ellos que tienen más dinero y capacidad, para que estos alumnos puedan formarse ya en sostenibilidad.