Las redes sociales son una fuente inagotable de tendencias de moda y belleza. En las últimas semanas, algunas como el crying makeup o las pouty lips fueron solo algunas de las que se hicieron virales.
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Este 2023, destaca una tendencia clara: la búsqueda de una piel pulcra, libre de imperfecciones y luminosa. Así lo confirmó el éxito del maquillaje efecto "piel de delfín", que aboga por un acabado "húmedo", o del efecto "piel de cristal", que como su nombre lo indica, pretende emular el sólido.
De cara a esta primavera, otra pretende dar mucho que hablar: la cloud skin o piel de efecto nube, según su traducción. ¿En qué consiste? ¿Cómo reproducirla?
El efecto "nube"
Esta tendencia consiste en conseguir una piel luminosa, de acabado aterciopelado, sin exceso de brillo. Acuñado por el maquillador Dominic Skinner, el término define una técnica que busca esta luz suave, casi borrosa, que consigue de forma natural el rostro cuando el sol atraviesa las nubes.
Se distingue por lo tanto de otras tendencias que buscan un efecto más jugoso o ultra brillante, de acabado menos natural. Con esta técnica, se busca ante todo conseguir un aspecto real, que consiga jugar con las luces y sombras, de forma sutil.
¿Cómo reproducirlo?
El éxito de esta técnica reside, ante todo, en un cuidado inicial. Es por lo tanto fundamental aplicar una buena rutina facial. Recuerda la importancia de la limpieza y de la hidratación, respetando tu tipo de piel.
Tres pasos son claves: prepara tu piel con un aceite facial, aplica una prebase y una base de maquillaje de tu tono natural y termina con los polvos.
El aceite es clave para potenciar la luminosidad desde el interior. Además de hidratar, rellenar y suavizar la piel, es útil para que la base de maquillaje se difumine mejor. Garantiza un resultado más sutil.
Con respecto a la base, su aplicación óptima es por toques en las zonas claves del rostro (barbilla, frente, mejillas, nariz) que podrás ir extendiendo y trabajando con los dedos.
Es una manera de unificar el aspecto de la tez sin exceso de producto y de ubicar las zonas que más cobertura necesitan. Es fundamental que su acabado sea mate para poder jugar, seguidamente, con los efectos de luces. Sobre este acabado neutro, aplica con una brocha polvos translúcidos para conseguir este acabado "borroso", pero sutil. Retoca las ojeras y las imperfecciones con un corrector líquido, aplicando la norma del grano de arroz.
Finalmente, los polvos translúcidos se encargan del acabado luminoso y aterciopelado, siendo como un ligero velo sobre la base mate. Aplícalo de forma sutil en la frente (puedes ir hasta las raíces del cabello), el mentón y su contorno así como la nariz para dar más protagonismo a las mejillas.
Tu rostro conseguirá de esta manera el equilibrio mate y brillante perfecto. Recuerda que para que aguante todo el día el acabado mate (sobre todo si tienes la piel grasa con tendencia a brillar), puedes recurrir a toallitas matificantes. En un solo paso, eliminar el exceso de sebo responsable de los brillos indeseados.