El debate acerca de la ética detrás de las operaciones estéticas existe desde los inicios de este campo de la medicina. Estético o necesario no tienen por qué estar reñidos, todo dependerá del cambio positivo psicológico que esa operación puede proporcionar al cliente, sobre todo si hay una deformidad de base.
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Eso sí, debemos tener en cuenta que las operaciones estéticas han experimentado un crecimiento en los últimos años, en gran parte por la democratización de las redes sociales. Tanto es así que esa insatisfacción por nuestro aspecto alimentada por las redes sociales se conoce como "dismorfia de Snapchat".
La Academia Estadounidense de Cirugía Plástica explicaba que, según los datos recogidos en 2017, el 55% de los pacientes buscaban someterse a una operación para verse mejor en la red. Debemos conocer los peligros de este tipo de plataformas y las consecuencias que generan en nuestra autoestima para ver con claridad la raíz de nuestro problema y tomar una decisión de manera honrada.
Los cirujanos maxilofaciales han sido unos de los especialistas más demandados en los últimos años para llevar a cabo cirugías estéticas. Tal y como nos explica el profesor Federico Hernández Alfaro, director del Instituto Maxilofacial de Barcelona y catedrático de Cirugía Maxilofacial, la cirugía ortofacial consigue una mandíbula marcada de manera permanente, a diferencia de los famosos fillers.
Para llevar a cabo la operación el especialista se guía por lo que denominan "Barcelona Line", una línea vertical que parte desde la nariz y sigue perpendicular hasta el suelo. Se puede trazar de una forma muy sencilla en una fotografía del paciente con una posición relajada y sonriente.
Este procedimiento trae consigo beneficios para la salud, pues cumple un doble objetivo: en el campo estético armoniza el rostro y, en el campo funcional, es una intervención potencialmente curativa para pacientes con apnea obstructiva del sueño, desde moderada a severa, pues el avance de los huesos del maxilar y la mandíbula facilita la respiración, según el profesor Hernández Alfaro.
A esto se le suman los beneficios psicológicos del paciente que se derivan de una mayor aceptación propia y ajena. Este beneficio es equiparable a cualquier otra operación estética. Sin embargo, la cara es un "órgano social", lo primero que mostramos, por lo que el impacto es mayor que si se lleva a cabo una operación en una parte del cuerpo menos expuesta.
El perfil del paciente
El especialista nos explica que, en los últimos años, se ha experimentado un aumento de pacientes masculinos que quieren mejorar su apariencia a través de los tratamientos estéticos.
El perfil de los pacientes es variado, pero en general suelen ser hombres y mujeres por igual, de 25 a 44 años y con un poder adquisitivo medio-alto. Suelen estar muy informados sobre el procedimiento y el 50% del Instituto Maxilofacial de Barcelona son internacionales, destacando Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, países escandinavos y Emiratos Árabes.