No hay cabello que se le resista y con razón. El peluquero italiano Rossano Ferretti lleva más de 40 años creando cortes de pelo de ensueño, para clientes, anónimos y no tan anónimos. Pese a su discreción sobre el tema, es el autor de algunos de los mejores cortes de Kate Middleton o Jennifer Lawrence.
Inspirado por artistas como Kandinsky, que le dio la idea del balayage cuando tenía 20 años, o Comme des Garçons, entre otros, percibe el pelo como un arte en sí y la máxima expresión de la belleza.
Lo conocimos en un espacio tan exclusivo como inspirador: el hotel Four Seasons de Madrid, donde abrió su propia peluquería. Su presencia en este templo del lujo de la capital fue una evidencia."Empecé a trabajar en hoteles hace 15 años, porque en el mundo de lujo, pensaba que la mejor experiencia que se podía vender o regalar a un cliente era en un hotel. Para mí los hoteles son destinos en sí.
Puedo ofrecer lo que yo llamo secular experience en un hotel, porque la cliente que entra, evidentemente tiene un servicio que no tiene ningún otro sitio, como un masaje, una propuesta gastronómica... vive una experiencia. Por ello, siendo la referencia mundial del lujo de la peluquería, no veía otra forma de trabajar.
Me llamaban loco, me decían: 'Eres Rossano, no necesitas trabajar, estar en un hotel'. Y yo contestaba 'No, no es que lo necesite, es que lo quiero, porque es lo que quiero ofrecer a mis clientas'. Se trata de cuidar su privacidad y crear momentos de consultas maravillosos... es decir, hacerles sentir bien".
Añade: "Este concepto de salud capilar, que confirma que sin salud no hay belleza, para mí son básicas. Después, seguí con mi aventura en Italia, del Four Seasons de Milano al de Madrid, viajando por el mundo. Tenemos 16 hoteles maravillosos en nuestro portfolio y estamos felices".
Insiste sobre el destino de la capital: "El Four Seasons de Madrid es maravilloso, tiene lo que tiene que tener un hotel para el éxito. Me ofrecen todo tipo de ofertas en el mundo pero siempre intento localizarme y 'meterme' en los espacios de trabajo donde veo que compartimos valores".
Los inicios
Los inicios de Rossano Ferretti en el mundo de la peluquería no son tan lejanos: "Quería ser arquitecto porque dibujaba muy bien, mis profesoras decían a mi madre que era muy buen en ello, que la arquitectura era perfecta para mí".
Pero resulta que la familia del futuro peluquero ya tenía en mente el mundo de la belleza: "Mi abuelo, que trabajaba con la Lambretta (la Vespa de la época), se iba a casa de los campesinos a 'hacerles el pelo'. No tenía peluquería ni barbería física. Mi madre creó una peluquería en 1962, con dos tocadores, donde empecé a aprender, con 12 añitos".
El peluquero, originario de Campegine, prosigue: "Con casi 16, me fui a Londres, ayudado por mis padres. Estuve allí un par de semanas y cambié un poco el chip. Lo que veía entonces en la escuela de Italia de peluquería, esos peinados antiguos, no me parecía muy interesante... en Londres, sin embargo, descubrí las minifaldas, los primeros cortes bob, era un mundo distinto en aquella época y me fascinó".
Explica: "En todo caso, así empecé mi viaje arquitectónico en el mundo de la peluquería. Al final, no es tan diferente porque es diseño puro y duro y quizás más arte viva. En el ámbito de la arquitectura, puedes cambiar y cancelar. En el de la peluquería, cuando un corte está hecho, está hecho (risas)".
El corte de pelo 'invisible'
Entre los principales logros del peluquero, tiene obligada mención la creación del llamado 'corte de pelo invisible', "copiado pero nunca igualado", según sus propias palabras, ya que solo saben hacerlo sus expertos, formados de una manera muy específica. "Nunca hemos formado peluqueros externos porque queremos mantener nuestra exclusividad", afirma el experto.
"Ha cambiado la forma de pensar la belleza a nivel mundial", explica. "Es la piedra más importante de la historia de la peluquería. Yo pensaba que era lógico cortar el pelo respetando el pelo. No entendía por qué la gente estaba obsesionada con cortar el pelo mojado, peinado, cortándolo, con geometrías... cuando la cabeza no es geométrica y el pelo no puede serlo.
De ahí, tuve mi incubación durante unos diez años, para pensar en la fórmula. Hacía buenos cortes, pero no estaba contento. En cierto momento, entendí que no era la tijera que podía hacer el corte, sino el cuerpo que tenía que acompañar la tijera y que la tijera fuera una prolongación del brazo.
Muchas veces un peluquero hace un corte y luego lo maquilla con un buen peinado. Para mí el corte tiene que hablar, tiene que comunicar no solo, no necesita nada más". El peluquero lo tiene claro: un buen corte es el que no necesita mantenimiento.
Considera clave la celebración de la belleza al natural: "Una persona se tiene que identificar con si misma y saber quién es y saber adónde puede llegar con su belleza personal. Porque, al final, cada uno es único por lo que se tiene que asesorar para que vea la peculiaridad de su personalidad, de su estilo de vida, de sus necesidades y de lo que es su tipología de cabello. Cada cabello es único".
Cortes de celebrities
Pese a haber sido el artífice de los cortes de numerosas celebrities, el peluquero asegura que nunca ha sentido más presión con ciertos clientes: "Para mí todas las personas son iguales. Nunca he prestado más atención a alguien por su nombre. Para mí, la persona es lo más importante. Que se llame de una manera o de otra... bien por ellos o mal por ellos (risas).
Para mí todas las personas merecen respeto, tiempo y atención. A veces, me llaman amigas que acudieron a mis salones pensando que las he recomendado... en realidad, nunca lo hago. Porque si mis equipos son buenos, no tengo por qué recomendar a nadie".
El balance del experto es claro: "Lo que me gusta de mi vida es que son más de 30 años en la 'escalera' de la peluquería. Muchos han estado ahí un par de años, yo 30. Esto es fuerte. La consistencia, la autencidad, la fuerza de estar ahí... eso significa que eres lo que tú piensas. Ahora son todos influencers. Yo creo que soy una persona de mucha influencia, no un influencer".
Pese a este éxito, el peluquero sí se planteó dejarlo: "Cuando tenía 40 años, hace 23. Había conseguido lo que quería. Creé mi primer salón boutique de lujo que tenía 30, pensaba en cabello y corte natural... en aquel momento ni se hablaba de esto. La gente pensaba que está totalmente loco. Era un pionero. Por lo tanto, con 40 años, pensé: '¿Qué hago ahora?'. Las grandes compañías me buscaban, he sido embajador de las grandes marcas a nivel mundial... y decidí seguir adelante.
Ahora, soy un advisor, vivo prácticamente diciendo a la gente lo que tiene que hacer. Es un privilegio, pero es también una cuestión de experiencia. Con 14 años empecé a trabajar. Por lo tanto, es muy importante estudiar, pero también recordar que trabajar duro te ayuda mucho y que tu cultura se amplía muchísimo. Te equivocas, como todos, pero tu cultura crece. Todavía sigo siendo aquel niño curioso que tenía diez años, que quería saberlo todo y conocerlo todo".
La evolución del sector
Sobre el sector, subraya: "Hay evoluciones e involuciones, una de ellas es la educación. Hay mucha falta de formación. Algunos peluqueros se forman mucho, otros no. Creen más en la imagen ficticia que en la autenticidad de la belleza. Si hay algo que podemos mejorar en la industria es la educación, el respeto por la sostenibilidad y la fase de la escucha de la consulta al cliente.
Para mí, es el momento más importante, que sepas escuchar al cliente. También habría que quitar quizás demasiado egos del mundo de la industria, no sé por qué los peluqueros tienen uno enorme. Hay que ser humildes y trabajar mucho".
En este sentido, el éxito no es una presión añadida: "No sé lo que es el éxito. He trabajado muy duro, pensaba jubilarme con 50, tengo 63. Estoy aquí, luchando y trabajando como un loco. Me divierto trabajando. Me enfado, pero también me divierto".
Sobre su talent show 'HairStyle', lanzado el pasado 17 de noviembre, afirma: "Es un sueño hecho realidad. Va a apoyar y ayudar muchísimo a la industria, a los profesionales actuales pero también a los del futuro. Me han preguntado recientemente cuál era mi sueño. Creo que mi vida ha ido mucho más allá de mis sueños de pequeño. Mi esperanza es que los padres no prohiban a sus hijos ser peluqueros".
Otro de sus objetivos clave: "Dar a la industria la voz que no tiene porque todo el mundo habla de gastronomía, de viajes, de moda, pero nadie habla de peluquerías y de lo que hay detrás. No hay ningún ser humano en el planeta que no vaya a la peluquería. Entonces dime porque no tenemos que dar esa información. Es increíble que nadie lo haya pensado en ello.
Así que estoy muy contento de haberlo hecho, lo necesitamos mucho, incluido el consumidor, que sigue comprando productos sin saber lo que compra ni lee los ingredientes. Está convencido de que es un producto natural y no lo es.
Invito a leer los ingredientes y a informarse. Muchas personas van a la peluquería a hacerse un color y no saben ni qué color tiene su peluquero. Por lo tanto, con este programa, quiero que la gente tenga información sobre la belleza del cabello".
¿Pero qué define a un buen peluquero? "Es una persona que se cuestiona todos los días, quiere aprender y no se cansa de mejorar. Es un buen asesor de belleza, escucha a sus clientas, se informa mucho, utiliza los mejores productos y aplica, con cabeza, la sostenibilidad". Este punto es especialmente importante para el peluquero, que se esmera en aplicarlo tanto al nivel personal como profesional: "Mis productos son green y me cuido mucho. Hay que intentar hacerlo lo mejor posible. Depende del esfuerzo de todos".
Recalca: "Nuestro trabajo es muy complicado porque trabajas con personas. No estás haciendo un cuadro o trabajando con arcilla... la atención y la responsabilidad son mucho más fuertes.
Pero creo también que es una maravilla. Hacer realmente feliz a la gente, conseguir que se sienta bien, hacer que una persona que entre con mil problemas en la cabeza y salga dándote besos y dándote gracias. Que una persona con un malestar o incluso un trauma venga, cambie su imagen y salga cantando... es maravilloso". Agradece, además: "Nuestro trabajo no es digital. Ninguna máquina va a poder sustituir un peluquero".
Cree firmemente en el poder del pelo en nuestro bienestar: "Puedes tener el bolso más caro del planeta, los zapatos más bonitos, pero si no tienes un buen pelo, It doesn't work ('No funciona'). Una persona muy importante, que no puedo nombrar, un día me ha dicho: 'Tú eres el mejor diamante para las mujeres'. Creo que la gente está más pendiente de tener un cabello sano y cuidado, con productos que le permita cuidarse en casa".
La rutina definitiva
Más allá de los tratamientos en salón, el profesional recomienda "no tener 40 productos, cuatro o cinco eficaces y sobre todo uno que te ayuden en el día a día, a protegerte: un champú adecuado a tu estilo de cabello y que responda a tus necesidades, una mascarilla o un acondicionador, sérums y aceites para el cabello. Al final, se trata de proteger, nutrir, cuidar y mimar, palabras desconocidas para muchas personas".
Con respecto a la frecuencia, "un buen corte necesita mantenimiento, pero no más de cinco veces al año, a menos que lo tengas muy corto". ¿Y el color? "No iría nunca muy contra de lo que es la naturaleza. Tú tienes un color de piel, de ojos, de cejas... por una razón muy clara. Todo el mundo se quiere hacer balayage, que lo hagan, pero de la forma más natural posible. No soy extremamente partidario de un cambio de color completo, si eso, por diversión".
Añade: "La salud es la salud, aunque hay productos maravillosos, no puedes hacerte una decoloración cada mes y pensar que tendrás un cabello bonito toda la vida. O sea, hay que hacer las cosas con juicio. Hay que saber cuáles son los límites".
Con logros internacionales, parece difícil ir más allá. Rossano Ferretti no sabe cuándo dejará su actividad: "Si me hubieras hecho la pregunta cuando tenía 40 años, te hubiera dicho 50. Con 50, te hubiera contestado 60. Ahora tengo 63 y me siento más fuerte y con más energía que nunca. Así que de momento, no. Espero que el Señor me dé salud y ya veremos".
Entre sus mayores deseos, destaca uno de forma clara: "Que los gobiernos del planeta se den cuenta de que esta es una profesión maravillosa, que puede ofrecer muchas oportundiades de trabajo, que faltan muchos profesionales porque no hay escuelas formativas públicas. No hay universidad de peluquería. Es lo que tiene que cambiar", concluye, con firmeza y esperanza.