La plancha del pelo es un objeto fundamental a la hora de cambiar nuestra imagen. Nos permite alisar, pero también ondular y hacer diferentes looks favorecedores y originales. Tan importante como elegir una buena plancha que nos permita variar es limpiar las placas y las tenacillas.
Entre tantas herramientas, la plancha siempre es una de nuestras primeras opciones. La utilizamos y, en cuanto hemos terminado, la colocamos otra vez en su sitio de siempre. La misma secuencia se repite sin parar.
Si últimamente has notado que la plancha no funciona igual que la primera vez, no fluye por el pelo igual que siempre o, incluso, deja un aspecto diferente al habitual, es porque, aunque parezca que no, la plancha también necesita una rutina de limpieza.
Con el paso del tiempo, esta herramienta se ensucia por diversos factores: los productos que utilizamos para el cabello como acondicionadores, protectores del calor o incluso, por la grasa que genera de forma natural.
No solo eso, la plancha también puede acumular todas las bacterias de los lugares en los que las colocamos. El cajón junto al maquillaje, la estantería con pequeñas partículas de polvo o su propia funda, que no sabes cuándo fue la última vez que pasó por la lavadora.
Mientras más limpia esté tu plancha y sus placas, mejores resultados obtendrás. Su mantenimiento es fundamental a la hora de realizar peinados, no solo será menos eficaz, sino que tardarás más tiempo en conseguir lo que deseas.
Como limpiar tu plancha del pelo
Los pasos a seguir a la hora de dejar esta herramienta reluciente son muy simples y solo toman un par de minutos. Lo único que necesitamos son una toalla suave o trapo de microfibra, agua tibia o alcohol isopropílico y discos de algodón.
- Deshacer la suciedad con calor. Antes de comenzar con la tarea, un truco para hacer que la suciedad salga más rápido es conectar la plancha para que coja calor. La alta temperatura hará que la acumulación de residuos se afloje y el proceso sea más simple.
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Dejar que enfríe. Una vez hayamos hecho esto, es crucial dejar que la plancha se apague por completo y verificar que no esté conectada a la toma de corriente. En cuanto nos aseguremos de esto, podemos pasar a humedecer un paño suave con agua o alcohol.
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Frota la toalla suavemente sobre el aparato. Sin abusar de ambos elementos, principalmente del alcohol, podemos pasar a frotar toda la herramienta con el paño o discos de algodón. Puedes aprovechar y limpiar también la parte de fuera y dejarla reluciente.
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Seca la plancha. Con ayuda de un paño seco que no suelte pelusas, debemos asegurarnos de que la herramienta queda completamente seca y eliminar cualquier resto de líquido.
Si vemos que algún residuo ha quedado adherido a las placas, podemos volver al tercer paso, siempre con ayuda de trapos que no dejen restos y no vayan a arañar la herramienta.
Este procedimiento es recomendable hacerlo una vez al mes para asegurarnos de que la plancha no mantiene suciedad y residuos. No obstante, si eres una persona que utiliza muchos productos para el cabello, lo recomendable es limpiarla después de cada uso.
Como cuidar tu plancha del pelo para que dure mucho más
A pesar de que la limpieza de esta herramienta sea fundamental, también es su correcto mantenimiento para alargar su vida útil, pero también su eficiencia. Para ello, existen algunos consejos que seguir.
Aunque resulte obvio, no se puede mojar las planchas. Es muy fácil que algunas gotas acaben en sus placas si la utilizamos en baños y cuartos de aseo, por lo que hay que estar pendientes.
Otra de las partes que más se deteriora es el cable. Tendemos a enrollarlo alrededor del cuerpo de la plancha, por lo que puede dar lugar a diferentes accidentes como que se queme del calor o se tense demasiado.
Por último, el propio calor que proporciona la plancha puede ser el principal factor por el que se deteriore. La funda que viene con ella resiste al calor, pero no es ignífuga por lo que hay que asegurarse de que esté completamente fría antes de guardarla.