El maquillaje puede hacer magia. Puede cambiar completamente la forma de nuestra cara, el aspecto, puede hacernos sentir en otra época, lugar… en resumen, es una ventaja que puede favorecernos por completo, pero, si no sabemos utilizarlo, puede provocar el efecto contrario. Los secretos de la cosmética son muy preciados en el mundo de la belleza y, una vez los conoces, cambia todo.
En cuanto a la mirada se refiere, hay muchos productos que pueden enriquecerla, sin embargo, no conocemos todas sus ventajas y tendemos a caer en los errores más frecuentes. Unas cejas marcadas, el eyeliner hacia abajo, una máscara de pestañas equivocada o las sombras de ojos incorrectas pueden cambiar completamente la trayectoria del maquillaje que teníamos en mente.
Al igual que buscamos conocer nuestro tipo de piel al comprar una crema, resulta fundamental conocer otros aspectos de nuestro rostro para intensificar nuestras facciones y no caer en productos y colores erróneos. En el caso de las cejas, conocer nuestro color de pelo o en el caso de las sombras, saber qué colores nos favorecen según nuestros ojos.
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Mientras que averiguar la tonalidad de nuestro cabello es una tarea fácil, saber qué colores nos quedan bien puede llegar a ser especialmente complicado, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de colores que podemos encontrar en una paleta de sombras. Esta tarea se vuelve obligatoria cuando contemplamos los cambios que podemos llegar a obtener si elegimos los correctos.
Elegir bien las sombras de ojos puede ayudarnos a resaltarlos y complementar nuestro cutis en general. Algunas tonalidades realzan mejor el color natural de nuestra mirada, lo que dará como resultado una apariencia más iluminada y vibrante. Y ¿cómo sabemos cuál es nuestro tono ideal? Todo es cuestión del círculo cromático.
Esta es la sombra que debemos utilizar según nuestro color de ojos
El círculo cromático es el encargado de ayudarnos a comprender por qué algunos tonos funcionan entre sí y combinan bien. Representa colores primarios, secundarios y terciarios con el objetivo de mostrar la relación de armonía y contraste entre sí. Tal y como lo emplean los diseñadores de moda o incluso de interiores, los especialistas en belleza también lo aplican en sus rutinas.
Este mecanismo funciona dado que cada uno de nosotros tiene un color diferente. Ciertos tonos que funcionan en ojos marrones pueden no quedar igual de bien en personas con ojos de color azul. En la rueda cromática podemos encontrar nuestro tono específico y directamente frente a ese, estará el tono complementario para nuestros ojos.
En este sentido, la sombra cambia para cada color de ojos y cambiará el aspecto de tu rostro si la elección es favorecedora. Si tienes ojos azules, la clave es elegir colores que contrasten y aporten profundidad, por ejemplo el morado puede hacer que luzcan azul grisáceo. El efecto ahumado favorece mucho a la tonalidad azul y se puede realizar con sombras en tonos de negro o gris oscuro.
Si tus ojos son color verde, el marrón los hará resaltar. Durante el día, las sombras como el dorado, cobre o bronce pueden hacer que la tonalidad del iris destaque sobre todo lo demás, sin resultar abrumador. Para la noche, los tonos morados pueden añadir profundidad y un toque diferente.
En el caso de los ojos marrones, a pesar de que sean los más comunes y quienes los tienen no presumen en exceso, lo cierto es que a la hora del maquillaje, el marrón se complementa con casi todos los tonos del círculo cromático. Si el tono que eliges es más frío como el azul, tu mirada resaltará más.