El paso del tiempo es una de las grandes preocupaciones de, prácticamente, toda la población. Sin darnos cuenta, los meses acaban y comienzan años nuevos. Además, esto no solo trae consigo sentimientos de nostalgia y extrañar momentos pasados, sino que se refleja en nuestra piel. La sequedad, la pérdida de elasticidad y el cambio de textura son circunstancias que vienen de la mano con el envejecimiento y es muy difícil frenarlas.
Todas estas marcas no tienen por qué ser algo negativo o traumático, pero sí que interfieren con la autoestima de miles de personas y afecta, directamente, a su confianza. Para ello, recurren a tratamientos estéticos para mejorar la piel, cosméticos que las eliminan por unas horas o cremas populares que prometen neutralizarlas.
Sin embargo, todos estos tratamientos revolucionaron el mundo de la cosmética y el cuidado de la piel hace tan solo unos años. Antiguamente, aquellas personas que querían neutralizar y suavizar estos signos de la edad recurrían a remedios naturales que, sorprendentemente, se conservan hasta la actualidad por sus grandes beneficios.
Uno de los más famosos es el diente de ajo. Este alimento es uno de los remedios herbales mejor investigados y más vendidos, incluso, se ha utilizado comúnmente para tratar diversos problemas de salud. Tantas han sido sus propiedades, que los expertos también quisieron profundizar en sus efectos sobre la piel, los cuales, pueden incluso sustituir a las cremas más famosas del mercado.
La investigación encontró que la aplicación en el rostro de extracto de ajo puede ser potencialmente eficaz en diferentes problemas de la piel como la psoriasis, la cicatrización de heridas, el maíz cutáneo, las infecciones virales y fúngicas, la leishmaniasis o el rejuvenecimiento de la piel.
El método del diente de ajo para eliminar arrugas y líneas de expresión
Además de todos sus beneficios en la comida, es el perfil nutricional del alimento el que lo hace perfecto de cara al mantenimiento sano de la piel. El ajo cuenta con varias propiedades beneficiosas como antioxidantes, antiinflamatorias, antibacterianas, antifúngicas, antivirales y antisépticas. Todas ellas se pueden conseguir con su consumo; sin embargo, los expertos han ido un paso más allá y recomiendan aplicarlo en la dermis.
Los componentes antioxidantes presentes en el ajo ayudan a reducir la acumulación de radicales libres en la piel. Tienen la capacidad de protegerla frente a los posibles daños, por lo que la mantienen firme y joven. Además, también contiene azufre, un elemento que favorece a la producción de colágeno y, por tanto, a neutralizar y combatir la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Adicionalmente de sus propiedades antioxidantes, el ajo contiene polifenoles y alicina que ayudan a mantener el estado óptimo de la piel. El primer compuesto protege la dermis, mientras que el segundo tiene beneficios antifúngicos y suavizantes, por lo que la mantiene libre de arrugas y líneas de expresión.
No solo ayuda de cara a los signos de la edad, sino que este alimento funciona como tratamiento frente al acné gracias a sus propiedades antibacterianas y antisépticas. Si lo aplicamos directamente en la piel, mataremos las bacterias asentadas en el interior de los poros y a la vez estaremos minimizando la inflamación.
Cómo añadir el ajo en nuestra rutina
Existen diferentes maneras en las que podemos añadir el ajo en nuestra rutina, además de en nuestra alimentación y dieta, se puede aplicar directamente sobre la piel o, incluso, existen suplementos de este ingrediente que poder tomar con frecuencia.
Una de las formas más simples para agregar este alimento es triturar algunos dientes de ajo y agregarlos a nuestras mascarillas faciales para obtener beneficios adicionales. El ajo también se puede emplear para minimizar los poros, un problema muy común en la piel envejecida. Para conseguirlo, podemos realizar una pasta triturando medio tomate y 3-4 dientes de ajo y lo aplicaremos a modo de mascarilla en el rostro. Después de 20 minutos, podremos retirarlo con agua tibia y sellarlos con un último chorro de agua fría.
A pesar de que no todo el mundo esté a favor por la fama que tiene este alimento, consumir trozos de ajo del tamaño de una pastilla todos los días también funciona muy bien para proteger la piel de los daños causados por los radicales libres, la oxidación y los factores estresantes ambientales que eventualmente resultan en arrugas. Si esto nos parece demasiado, simplemente podemos realizar recetas con ajo o mezclarlo con algunas comidas como ajo, yogur o miel.
Si queremos aplicarlo directamente en el rostro, es mejor combinarlo con aceites o cremas que evite posibles reacciones. El aceite de jojoba, de semilla de uva o de coco son algunos con los que se puede mezclar.
Precauciones antes de aplicar el ajo en la piel
Por lo general, el ajo no presenta ningún problema para cualquiera de los tipos de piel, por lo que se puede emplear en mixtas, secas o grasas. Sin embargo, si creemos que puede suponer una reacción, no es recomendable emplear este alimento directamente en la piel, sino que se aconseja diluirlo en agua. Adicional a ello, estas son algunas de las principales precauciones a tener en cuenta.
- No abuses de su aplicación. A pesar de todos los beneficios que tiene el ajo para nuestra piel, todo en exceso es malo. No se debe abusar de él ni en cantidad ni en frecuencia de uso.
- Realiza una prueba previa en tu piel. Tal y como se recomienda con todos los cosméticos o remedios que añadimos a nuestra rutina, lo mejor es hacer una pequeña prueba en nuestra piel para comprobar que no se tiene ninguna reacción alérgica.
- No intentar de nuevo. Si en un primer momento el alimento supone una reacción en nuestra piel, lo mejor es acudir a un especialista y evitar siguientes pruebas.