Entre los indicadores más comunes del paso del tiempo, como la falta de energía o la dificultad de perder peso, la pérdida de colágeno es uno de los que más preocupa a millones de personas. Esta disminución supone que nuestro rostro pierda elasticidad y parte de su estética, por lo que aparecen arrugas y líneas expresión que interfieren directamente con nuestra autoestima y confianza.
Lo cierto es que el colágeno es la proteína más abundante de nuestro cuerpo la cual nuestro organismo se encarga de producir de forma natural. Es el componente principal de los tenidos conectivos que conforman varias de sus partes, incluyendo los tendones, músculos y la piel. Entre sus funciones, destaca que es uno de los encargados en proporcionar estructura a la piel y fortalecer nuestros huesos.
A pesar de que este proceso surja de manera involuntaria, a medida que pasa el tiempo se reduce su producción y los niveles de colágeno comienzan a descender alrededor de los 25 años. Por este motivo, los alimentos son esenciales para conseguir esta proteína y lograr aumentar un procedimiento que cada vez es menor.
Con el fin de ayudar al organismo a generar el colágeno que nos falta y, como consecuencia, reducir y neutralizar los signos de la edad, es muy importante conocer qué alimentos pueden aportar proteínas completas (con todos los aminoácidos esenciales) y cuáles pueden ayudar a generar directamente esta proteína.
En un listado podemos encontrar alimentos como el pescado, los huevos, los frutos secos, el caldo de huesos y uno que destaca en prácticamente todos los hogares españoles, los de origen animal. La carne se coloca en el podium como una de las mejores fuentes de colágeno y con su consumo, estamos favoreciendo que nuestro organismo disponga de los aminoácidos suficientes para que los cartílagos y las articulaciones estén en buen estado.
Este es el tipo de carne que proporciona colágeno a la piel
Las patas de pollo son una valiosa fuente de esta proteína. Diferentes estudios han demostrado sus beneficios, en los que se dice que un 70% del contenido de esta sección específica del ave es colágeno, lo que se traduce en hasta cuatro veces más que otros alimentos como los callos. Este ingrediente, junto al pavo, contiene altos niveles de glicina y prolina, los cuales son aminoácidos necesarios para la síntesis de colágeno.
Al consumir esta carne blanca, nuestro cuerpo producirá el suficiente nivel de colágeno que necesita para que la piel rejuvenezca y, por tanto, se neutralicen y eliminen los diferentes signos del envejecimiento, como arrugas y líneas de expresión. Además, su bajo contenido en grasa las convierte en un excelente alimento para las dietas a las que también puede aportar sabor y textura.
El pollo es una gran fuente de proteínas, ácidos grasos monoinsaturados e insaturados, fósforo, niacina y vitamina B6. Estos compuestos no solo están asociados a la producción de colágeno sino también a otros beneficios como aliviar el dolor en las articulaciones, prevenir la pérdida ósea, aumentar la masa muscular, promover la salud cardíaca y mejorar la salud de la piel.
Existen muchas maneras para aprovechar el colágeno de las patas de pollo y se pueden realizar múltiples recetas con ellas, como en salsa, rebozadas, con escabeche y, una de las más eficaces, el caldo. Un consumo adecuado puede promover una nutrición y fortalecimiento de los músculos, así como la salud del cabello y las uñas.
Si lo queremos añadir a nuestra dieta, es fundamental incorporarlas de manera consciente y con alimentos complementarios, así como limpiar bien estas piezas, retirando las uñas y la posible suciedad para evitar la grasa acumulada. Se recomienda incorporar de 3 a 4 piezas en la dieta que pueden llegar a aportar hasta 17 gramos de colágeno.