La base es uno de los productos más importantes en una rutina de maquillaje. Es capaz de neutralizar todas las marcas, rojeces y granitos, igualar el tono e, incluso, aportar tratamiento e hidratación a la vez. No solo eso, sino que muchas de ellas son el secreto de las grandes expertas como tratamiento antiedad y combaten arrugas, líneas de expresión y le devuelven a la tez la tersura deseada.
Sin embargo, a pesar de todas sus ventajas, tiene un gran inconveniente: es muy difícil encontrar la perfecta. Que dure el paso de las horas, que no nos reseque ni irrite la piel, que no quede a parches y, sobre todo, que sea nuestro tono. Por mucho que intenten ayudarnos las trabajadoras o nos las probemos antes de comprarlas, siempre pasa lo mismo, llegamos a casa y descubrimos que nos hemos equivocado.
El problema no es de las firmas de maquillaje, de hecho, cada vez hay más colores y tonalidades disponibles que se ajustan a todas las personas, sino que entran en juego diferentes factores como la propia oxidación del producto (es decir, que con el paso de las horas cambie el tono) y, sobre todo, la complejidad de los matices de nuestra propia piel.
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Para elegir una buena base de maquillaje lo primero que necesitamos es saber cuál es nuestro subtono de piel. Resulta bastante frecuente comprar productos basándonos en una imagen publicitaria o el color que presenta en el propio envase, pero lo cierto es que una vez lo probamos en el rostro el resultado es completamente contrario a lo que vemos. Por ello, saber el nuestro es fundamental.
El tono de la piel es aquel que se identifica según el momento, por ejemplo, en verano que nos da más el sol puede cambiar completamente. El subtono, por el contrario, nunca cambia. Este prevalece siempre a pesar del cambio de estación y es un aspecto clave de cara a elegir el color correcto de nuestra base de maquillaje. Cuando conocemos este aspecto de nuestra piel, la búsqueda se hace más fácil.
Cómo puedo saber el subtono de mi piel
El subtono hace referencia a la temperatura o calidez de la piel, si no escogemos el adecuado, jamás conseguiremos que la base se funda con nuestro rostro. Por ese motivo, antes de conocer cuál es nuestro tono de piel, es crucial conocer nuestro subtono, que determinará el producto que compremos y que se puede englobar en tres grupos.
- Subtono frío: Este subtono se caracteriza por tener pigmentos de la gama de los azules en la piel, en este caso, se trata de dermis finas, claritas y rosadas. Si tu piel es blanca con subtono rosado y le cuesta broncearse, con total seguridad tu subtono es frío.
- Subtono cálido: En este caso, las pieles tienen pigmentaciones amarillentas o doradas, es el subtono más común en España, que se broncean con facilidad. Si este es tu subtono lo tienes que apostar todo a las bases de maquillaje con pigmentos cálidos como los terracota o caramelos.
- Subtono neutro: En este caso, se mezclan ambas pigmentaciones, tanto cálidas como frías. Las personas con este subtono se broncean bien, pero pueden acabar quemándose si no tienen precaución. Las bases adecuadas para este tipo de piel son de subtono beige.
Es posible que aun sabiendo los tipos de subtonos que existen todavía no sepamos cuál es el nuestro, pero no nos alarmemos, ya que existen dos trucos famosos para averiguarlo (además de acudir a un experto que pueda decírtelo con más facilidad). El primero de ellos es observar nuestras venas en la parte interna del brazo: si son verdes, es cálido; si son azules, frío.
El segundo consiste en apretar el puño y mirarnos los nudillos. Si al hacerlo, el color que aparece es amarillo, nuestro subtono cálido. Si, al contrario, tenemos un subtono más frío, nos saldrán rosas.
Una vez conocido nuestro subtono, las bases de maquillaje nos lo hacen fácil de cara a escogerlas y saber cuál será su resultado en la piel. Un subtono frío se identifica con la C de cool, W de warm y N de neutral. Nos podemos encontrar una mezcla de todos, como NC, una base neutra pero con subtono rosado o una NW, neutra pero con tendencia dorada.
Tal y como ha pasado con los tonos tradicionales de las bases de maquillaje, otras firmas han añadido variantes que amplían la gama de subtonos: O para oliva si tenemos subtonos verdosos, P para subtonos peach de melocotón, o combinaciones entre sí.
El truco definitivo para encontrar tu tono perfecto de base de maquillaje
Ahora sí, una vez conocemos el subtono que resulta lo más complicado de cara a encontrar el color perfecto, podemos centrarnos directamente en el tono. Cuando vamos a comprar una base, el primer error que cometemos es probárnosla en la mano o en la parte interna de la muñeca. Mientras que la mano es mucho más oscura, la parte interna de la muñeca es mucho más clara, por lo que ninguna de las dos nos ayudará.
En este punto, es María Victoria Barrientos (@byvictoriabarrientos) quien nos confiesa el truco más sencillo para elegir nuestra base de maquillaje. La creadora de contenido ofrece los mejores tips a sus seguidores para que aprendan de cosmética y puedan aplicarlos con facilidad a su rutina. El último consiste en aplicar la base en el pecho para encontrar el color perfecto.
Para conseguir el tono perfecto, vamos a aplicar un poquito de la base en nuestro pecho, el cual tiende a asemejarse en gran medida al color de nuestro rostro, pero no vamos a arrastrar el producto, sino que lo fundiremos a toquecitos. Si la base se difumina y desaparece, es la correcta.
De esta manera, nunca volveremos a equivocarnos con el color, tono y subtono. Hemos aprendido a conocer nuestro subtono, frío, cálido o neutro y además, gracias a este truco, evitaremos tener que probarnos todos los productos en el rostro o en zonas del cuerpo equivocadas.
Además, el truco que ofrece Victoria de aplicar a toquecitos es el que debemos aplicar constantemente si queremos usar base de maquillaje. Cuando restregamos el producto por la piel, no solo estamos haciendo que desaparezca y se quede todo en el utensilio, sino que estamos evitando que penetre la piel y, por tanto, aguante menos.