Hablamos con las expertas en belleza sobre cómo conseguir mantener el colágeno y el óvalo facial a partir de los 40: el Santo Grial de la belleza.
Para lograrlo, los tratamientos, la alimentación y la gimnasia son fundamentales. Todos ellos son complementarios, ya que por separado no funcionan con la misma potencia que combinados.
Con más de tres millones de tratamientos realizados en el mundo, la aparatología Ultherapy se ha convertido en el más famoso y demandado por su seguridad y eficacia.
La FDA (agencia del Gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de aparatos médicos) reconoce a Ultherapy como la única tecnología que puede llamarse 'lifting sin cirugía'. "Es la primera vez que un equipo consigue una aprobación de la Agencia Americana del Medicamento con la palabra lifting; además, se le considera el tratamiento más seguro del mercado", destaca Paz Torralba, directora de The beauty Concept.
El tratamiento más seguro
La aparatología de Merz Aesthetics cuenta con más de 120 estudios científicos publicados, 90 artículos revisados, 190 patentes y 10.000 equipos repartidos por los mejores centros de estética para tratar la flacidez del rostro y el cuello con una visualización ecográfica en tiempo real.
"A diferencia de otros Hifus, (ultrasonidos de alta intensidad), Ultherapy lo realiza un médico especializado viendo en directo las necesidades de cada persona mediante un ecógrafo que permite resultados seguros y a medida. Por ejemplo, en ocasiones nos encontramos papadas de grasa que necesitan de más disparos para primero reducir la grasa y después anclar el músculo", revela la doctora Electa Navarrete.
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El cuello y el óvalo facial son las zonas más complicadas de mantener jóvenes en el tiempo. A partir de los 40 años, la flacidez y arrugas aparecen inevitablemente.
¿La causa? "Nuestras reservas de colágeno, responsable de la sujeción de nuestros tejidos, empiezan a disminuir a los 25 años, llegando a la mitad a los 40", explica la doctora Marta García, con más de 30 años de trayectoria en el sector estético. La buena noticia es que "si mantenemos las reservas de colágeno, evitamos la formación de estas líneas finas, arrugas, flacidez o pérdida de volúmenes".
Cada disparo ancla la piel al músculo, dejando el óvalo y el cuello con un efecto lifting sin hematomas. En palabras del dermatólogo Morales Raya: "Se trata de un aparato HIFU de última generación, que incorpora un ecógrafo que permite ver el estado de las capas profundas de la piel, para llegar a calentar su tejido por encima de los 65 grados y así activar al máximo su producción de colágeno".
Y añade: "El resultado de efecto flash es inmediato. Sin embargo, para los resultados de generar colágeno y notar la firmeza y sujeción del rostro hay que tener paciencia, pues llegan a partir de los tres meses y pueden durar hasta un año y medio en función de la persona".
Los expertos lo recomiendan rondando los 40 años para empezar a tratar la flacidez leve-moderada y combinarlo con otro tipo de técnicas de medicina estética, como láseres para mejorar la calidad de la piel.
"Cuando se encuentran rostros sin colágeno a partir de los 60 años, necesitamos primero introducírselo a la persona en la piel, para realizar posteriormente el Ultherapy" añade la doctora Electa Navarrete.
Sus precios orientativos oscilan entre los 500 y los 2.900 euros, dependiendo de las zonas del rostro a tratar.
Una sesión y sin cicatrices
Al dirigirse a las capas profundas de la piel, se ocasiona un tensado sin costras ni hematomas, que permite la inmediata incorporación a las actividades diarias.
Amaia Salamanca, Eugenia Silva, Nieves Álvarez, Jennifer Anniston… Muchas modelos y celebrities recurren a Ultherapy una vez al año para mantener su rostro anclado y evitar así, el pasar por el quirófano.
La propia Nieves Álvarez explica cómo su sesión anual "eleva, tensa y compacta la piel sin cirugía, llegando a las capas más profundas de la piel para conseguir un tensado y una piel super luminosa".
Refuerzo nutricional
Además de la aparatología, la alimentación y el ejercicio físico juegan un papel fundamental en las reservas de colágeno del organismo. Realmente, al hablar de colágeno "la belleza si está en el interior".
En palabras de Itziar Digo, psicóloga y nutricionista experta en Mindfuleating, "ayudar a aumentar la ingesta de colágeno, significa incluir alimentos ricos en esta proteína, como huevos, lácteos, carnes magras, pescados, frutas y verduras, como es el caso de las fresas, los pimientos y las espinacas."
Y continúa: "Además de reducir el exceso de azúcar, responsable de endurecer las fibras de colágeno y producir radicales libres".
Desde la nutricosmética también se puede incorporar colágeno, vitamina A, azufre, cobre, zinc y silicio para potenciar las células encargadas de elaborar las proteínas de colágeno. Además de antioxidantes como la vitamina E, betacaroteno, polifenoles, licopeno o selenio, y vitamina C.
Yoga facial
"Cuando los músculos alrededor de la boca y del mentón se debilitan, el rostro se descuelga y se forman arrugas", explica Diana Bordón, creadora del método Facial Yoga Plan, quien recomienda ejercitar la barbilla y la lengua para evitar estas arrugas.
En su libro Yoga facial. Otra belleza es posible (Ed. Albores), encontramos ejercicios de fortalecimiento, al igual que en los vídeos de su entrenamiento online -que cuentan con mis de 19.000 estudiantes- para mantener a raya el descolgamiento y las arrugas del rostro.
Una belleza para todos los bolsillos, que solo se necesita de las propias manos y un aceite durante media hora al día y cuatro días a la semana.
Con la piel bien hidratada con un aceite y movimientos suaves:
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Se masajea de arriba abajo en la zona del cuello con un puño por debajo del mentón, durante diez repeticiones por cada lado, inhalando y exhalando. Al terminar, se juntan los dos puños a la altura de la barbilla y se cuenta hasta diez, inhalando y exhalando.
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Sujetando con los dedos índice y corazón la barbilla, se mueven arriba y abajo para tonificar la zona baja del pómulo. Así, se evita la grasa en la zona de la barbilla y la papada. Por último, se trabaja con los puños de ambas manos, desde la barbilla hasta los pómulos, para trabajar toda la línea del mentón.
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Con el cuello mirando hacia arriba y los labios tensionados como si fueran a lanzar un beso, se cuenta hasta diez y se repite el ejercicio cuatro veces.