Según la encuesta de la Sociedad Española de Sueño, el 58% de los españoles duerme mal y hasta un 13% no descansa nada. Además de ser un dato relevante, explica el porqué de muchas cosas, como el cansancio a lo largo del día o las ojeras que tanto nos inquietan y que, además, tienen una gran cantidad de españoles.
Estas coloraciones en la parte inferior de los ojos son tan comunes en España que hasta existe un término para referirnos a ellas: la ojera ibérica, también conocida como ojera española, que no solo surge por esta falta de descanso ya nombrada, sino por otros factores como la genética, el estilo de vida o el exceso de sol.
En cualquiera de los casos, todos queremos encontrar la solución milagrosa que pueda deshacerse de ellas. Y aunque el maquillaje y algunos tratamientos sean muy efectivos, hay una solución que en los últimos años ha ganado popularidad: el hieloterapia, una técnica que consiste en aplicar frío en la zona para despigmentar y desinflamar.
El sencillo truco con hielo para eliminar las ojeras
Todos conocemos el uso del hielo para aliviar el dolor y la hinchazón, sobre todo cuando somos pequeños y estamos repletos de golpes; sin embargo, cada vez hay más personas que usan este mismo frío para el rostro, alegando que reduce no solo la inflamación, sino también diferentes marcas faciales como arrugas u ojeras.
El hielo es un remedio muy popular para reducir la apariencia de las ojeras debido a sus propiedades descongestionantes y vasoconstrictoras. Gracias a sus efectos, el frío puede ayudar a hidratar, revitalizar y tonificar nuestra piel, por lo que puede tratar diferentes afecciones.
Cuando aplicamos hielo en la zona inferior del ojo, los vasos sanguíneos se contraen, lo que reduce el flujo sanguíneo en el área y disminuye la hinchazón. Esta acción es especialmente útil para tratar las ojeras que se deben a la acumulación de líquido o a la dilatación de los vasos sanguíneos debajo de los ojos. Al reducir la inflamación, el área se ve menos hinchada y más descansada.
Este tratamiento natural ha sido utilizado desde hace mucho tiempo por las mujeres asiáticas, ya que es un remedio muy efectivo para rejuvenecer nuestro cutis. El frío ayuda a tensar la piel temporalmente y, por tanto, consigue un efecto reafirmante que hace que las ojeras sean menos visibles, así como el propio rostro.
Al aplicar hielo, se estimula la circulación sanguínea en la zona. Aunque el frío inicial provoca una contracción de los vasos, al retirarse el estímulo frío, el flujo sanguíneo vuelve a aumentar. Esto contribuye a llevar más oxígeno y nutrientes a la piel, lo que puede mejorar su salud y apariencia e, incluso, una despigmentación de la zona.
El hielo también puede ayudar a reducir la decoloración que a veces acompaña a las ojeras. La aplicación regular puede disminuir el enrojecimiento o la tonalidad oscura al calmar la piel y reducir la inflamación, por lo que conseguimos el aspecto deseado.
La hidratación es uno de los aspectos que más demanda nuestra piel, sin importar el tipo. El contorno de los ojos no sigue excepciones y también necesita esa dosis, de lo contrario, puede verse afectada su barrera y, por tanto, la función protectora de la misma. Una piel deshidratada es una piel desprotegida y proporciona un aspecto apagado y desvitalizado.
Cuando aplicamos hielo y, además, lo combinamos con una rutina hidratante y productos adecuados, podemos conseguir que la zona se vea más vital que nunca. De esta forma, fortalecemos los mecanismos de defensa del contorno, reducimos los signos de fatiga y dejamos la piel más lisa y rellena.
Cómo usar el hielo en las ojeras
Aunque el frío posee propiedades descongestionantes y antiinflamatorias, su aplicación directa puede provocar quemaduras y enrojecimiento en la piel. Por lo tanto, es fundamental tener en cuenta una serie de recomendaciones y consejos para evitar lo contrario a lo que buscamos.
Si queremos usar el hielo como tal, lo más importante es que lo envolvamos en un paño. Además de quemarnos, aplicar hielo directamente en el rostro puede provocar enrojecimiento de la dermis debido al contraste de temperaturas y en los casos más extremos, eccemas.
No obstante, si queremos evitar que sucedan este tipo de afecciones en nuestro rostro, hay otras opciones que podemos emplear, como los rodillos faciales o, incluso, utensilios como una cuchara. Lo único que tenemos que hacer es meterlos al frigorífico y dejarlos hasta que se enfríen para, después, aplicarlos en el rostro.
Tanto el paño de hielo como los rodillos tienen una ventaja, y es que podemos hacer pequeños masajes a la vez que lo aplicamos. De esta forma, ayudamos a promover la circulación, lo que hará que los tonos oscuros bajo los ojos se corrijan, mientras que la hinchazón de la zona bajará hasta el punto de reducir visiblemente las bolsas.