Lo queramos o no, nuestro pelo es un aspecto fundamental en nuestro día a día y de él depende —la mayor parte de las veces— el qué tan alta esté nuestra autoestima. Aunque nos gustaría levantarnos todos los días con el peinado perfecto, la hidratación adecuada y un brillo deslumbrante, lo cierto es que no es fácil mantener nuestra melena saludable.
El cabello sufre en todas las estaciones del año. El calor del verano y el frío del invierno no son los únicos factores que alteran su estado y propiedades, sino que también la forma en la que nosotras lo tratamos es una de las principales causas que determinan su salud, en especial, el lavado.
No solo los productos que utilizamos son indispensables para que nuestro cabello mantenga el brillo, la hidratación y el volumen que se presupone a un pelo sano, sino que, desde hace unos meses, las tendencias dicen que el orden también influye. Y así lo demuestra la técnica CWC, que implica aplicar acondicionador antes y después del champú.
En qué consiste la técnica CWC
La técnica CWC, que significa condition-wash-condition (acondicionar-lavar-acondicionar), es un método que cambia el orden de lavado que hemos entendido hasta ahora, y se centra de priorizar, como su propio nombre indica, el acondicionador antes y después del champú.
Bajo este proceso y con un cambio de orden tan sencillo como aplicar el acondicionador, enjabonar, aclarar y volver a aplicar el acondicionador, conseguimos proteger el cabello de la deshidratación y los daños causados por el champú, que en ocasiones puede ser agresivo y eliminar los aceites naturales del cuero cabelludo.
Según los seguidores de la técnica CWC, cuando aplicamos el acondicionador antes del champú, creamos una capa protectora alrededor de la fibra capilar, minimizando el daño durante el lavado y protegiendo al cabello de la sequedad provocada por el champú.
Aunque este último producto sea fundamental en los lavados, lo que hace es eliminar las impurezas y el sebo de nuestro cuero cabelludo, por lo que en ocasiones se queda debilitado. El acondicionador repone la hidratación del pelo que hemos perdido y sella la cutícula del cabello, ayudando a prevenir roturas y daños.
El final de esta técnica es igual que nuestro proceso tradicional, ya que acabamos con el acondicionador de nuevo. De esta forma, aseguramos que el cabello quede hidratado, suave y facilitamos el desenredado una vez esté completamente seco.
La técnica CWC ha ganado popularidad en España debido a las recomendaciones de estilistas y expertos en cuidado capilar. Se ha convertido en una solución efectiva para quienes buscan mantener su cabello limpio y saludable por más tiempo, especialmente en un clima cálido y seco como el que nos encontramos en pleno verano.
El método CWC no solo ofrece beneficios inmediatos, sino que también tiene un impacto positivo en la salud capilar a largo plazo. Al mantener una hidratación constante y proteger la fibra capilar de los daños, se puede observar una reducción significativa en la rotura y las puntas abiertas, promoviendo un crecimiento saludable del cabello.
En cierta forma, el procedimiento es el mismo que el del lavado inverso, ya que ambos cambian el orden de los productos; sin embargo, a diferencia del método CWC, el lavado inverso no incluye una segunda aplicación de acondicionador después del champú. Esto significa que, aunque ayuda a proteger el cabello durante el lavado, no proporciona la misma hidratación profunda y doble capa de protección.
Cómo añadir la técnica CWC a nuestra rutina
Con el fin de obtener los mejores resultados con la técnica CWC, es fundamental elegir los productos adecuados. La elección de acondicionadores y champús que complementen esta técnica puede marcar una gran diferencia en la salud y apariencia de nuestro cabello.
En este punto, podemos optar por o bien mascarillas que poder aplicar en todo el cabello o por acondicionadores que se centren en los medios a puntas. En cualquiera de las formas, es recomendable utilizar una pequeña cantidad. Si aplicamos mucho producto, nuestro pelo va a quedar muy graso e incluso, podemos llegar a estropearlo.
Tal y como ya hemos explicado, lo primero que tenemos que hacer es aplicar acondicionador con el pelo seco en las puntas y medios del cabello, evitando las raíces. Lo ideal es dejarlo actuar durante unos minutos para que pueda hidratar y suavizar el cabello antes de proceder al lavado con champú.
Sin enjuagar, vamos a pasar a aplicar el champú directamente sobre el cuero cabelludo. Masajearemos suavemente para que sus propiedades puedan hacer mayor efecto y después, podremos pasar a enjuagar el cabello con abundante agua para eliminar el producto.
Por último, tenemos que volver a aplicar acondicionador en las puntas y medios del cabello. Como antes, dejaremos actuar el acondicionador por unos minutos para asegurar una hidratación profunda y enjuagaremos completamente con agua. Este paso final nos ayuda a sellar la cutícula del cabello, dejándolo suave, brillante y fácil de peinar.
La frecuencia con la que se debe utilizar la técnica CWC puede variar dependiendo del tipo de cabello y sus necesidades específicas. En el caso de secos y dañados, se recomienda practicarla en cada lavado: la hidratación adicional proporcionada por el acondicionador ayudará a restaurar la salud del cabello y a prevenir la sequedad y la rotura.
Para cabellos normales o mixtos, puede ser suficiente utilizar la técnica CWC una o dos veces por semana. Esta frecuencia ayudará a mantener el cabello hidratado y protegido sin sobrecargarlo con productos.