Las cejas son uno de los elementos más impactantes de nuestro rostro, dado que pueden transformar por completo nuestra apariencia. Son un elemento clave para lograr armonía en el conjunto, ya que no solo enmarcan los ojos, sino que dan intensidad a la mirada y pueden lograr grandes resultados con cambios mínimos.
Además de ser un elemento primordial, ha sido uno de los que más ha sufrido modificaciones a lo largo de los años, seguido por las tendencias de ese mismo instante. Mientras que en los 90 se llevaban las cejas extremadamente finas, ahora la tendencia es llevarlas gruesas, pero siempre con algo en común: un contorno perfecto.
Mientras que hace unos años la forma de conseguirlo era con los lápices más precisos del mercado, ahora las técnicas lo hacen por nosotros. Sin embargo, no hablamos del famoso microblading o de la micropigmentación, sino de una nueva tendencia que logra un aspecto mucho más realista: el nanoblading.
En qué consiste el 'nanoblading'
El nanoblading es una técnica que se utiliza para dar forma y mejorar las cejas, similar al microblading, pero con un enfoque más preciso y detallado. Este método implica el uso de una herramienta extremadamente fina, que consta de agujas diminutas, para insertar pigmento en la piel de manera superficial.
A diferencia del microblading, donde las agujas son más gruesas, el nanoblading utiliza agujas mucho más delgadas, lo que permite crear trazos más finos y realistas, imitando de manera más exacta el aspecto natural de los pelos de las cejas.
El procedimiento comienza con una consulta en la que el especialista evalúa la forma de las cejas del cliente, su tipo de piel y el color adecuado del pigmento para garantizar que el resultado sea lo más natural posible.
Una vez conseguidos los detalles, se dibuja un contorno para definir la forma deseada de las cejas y se aplica un anestésico tópico para minimizar el dolor o las molestias durante el procedimiento. Sin embargo, no es como un tatuaje, por lo que no debe ser doloroso.
El nanoblading se realiza en dos sesiones de aproximadamente dos horas cada una y el resultado dura un año. Al contar con herramientas extremadamente finas, imita a la perfección el crecimiento natural del vello de la ceja. No solo conseguimos definir y mejorar la apariencia de las mismas, sino que no vamos a tener que preocuparnos de su aspecto durante doce meses.
Debido a la finura de las agujas, el resultado suele durar más que el microblading, y la cicatrización es más rápida porque el daño a la piel es menor. Todo ello añadido a una técnica menos invasiva, más adecuada para una mayor variedad de pieles, incluyendo las más sensibles.
Al restaurar el grosor y la forma de las cejas, el nanoblading contribuye a que el rostro luzca más juvenil. Con el envejecimiento, las cejas tienden a volverse más delgadas y dispersas, lo que puede dar una apariencia cansada o envejecida.
El nanoblading corrige esta pérdida de volumen y define el contorno de las cejas, logrando un aspecto más lleno y bien delineado. Esto enmarca mejor los ojos y genera una expresión más vivaz y rejuvenecida, por no hablar de corregir una de las mayores inseguridades en muchas personas.
El efecto visual del nanoblading va más allá de las cejas, ya que el contorno facial se beneficia de esta definición adicional. Al enfatizar las cejas de manera simétrica y con una forma adecuada a los rasgos faciales, se logra un equilibrio estético que resalta los pómulos, suaviza las líneas de expresión y devuelve armonía al rostro.
Además, el nanoblading permite personalizar los resultados de acuerdo a las necesidades específicas de cada persona. La técnica se adapta tanto a quienes buscan un sutil perfeccionamiento de sus cejas como a quienes desean un cambio más significativo en su forma y densidad.
Diferencia entre 'microblading' y 'nanoblading' de cejas
El microblading y el nanoblading son técnicas de maquillaje semipermanente diseñadas para mejorar la apariencia de las cejas, pero se diferencian principalmente en la precisión, el tipo de herramienta utilizada y el resultado final que producen.
El microblading utiliza una herramienta manual con una pequeña fila de agujas agrupadas que imitan la forma de una cuchilla. Al pasar esta herramienta por la piel, se deposita pigmento en la epidermis, creando trazos que se asemejan a pelos individuales.
Aunque el resultado puede ser muy natural, los trazos suelen ser un poco más gruesos y menos definidos en comparación con otras técnicas. También puede ser un poco más doloroso debido a la mayor penetración de las agujas en la piel.
Por otro lado, el nanoblading es una evolución del microblading que utiliza una herramienta similar, pero con agujas aún más finas. Estas agujas ultradelgadas permiten crear trazos mucho más precisos y delicados, logrando un efecto hiperrealista.
El pigmento se deposita en capas más superficiales de la piel, lo que da como resultado un acabado más suave y natural, casi indistinguible de los pelos reales. La técnica es especialmente adecuada para personas con cejas más delgadas o que buscan un diseño extremadamente detallado.