Publicada

Si hay algo que en los últimos años se ha vuelto tendencia es el cuidado de la piel. Mientras que antes lo único que ocupaba espacio en nuestro neceser acerca de este proceso era la crema hidratante, ahora han aparecido todo tipo de cosméticos que prometen renovar nuestro rostro y "hacer magia": sérums, aceites, exfoliantes, tónicos e, incluso, utensilios como las piedras y cepillos faciales.

Gracias a su popularidad, los expertos no han dudado en participar acerca de ofrecer recomendaciones y limitaciones del skincare. Así como no abusar y conocer nuestro tipo de piel para elegir correctamente los productos, si hay algo se ha vuelto fundamental alrededor de este fenómeno es la hora en la que nos los aplicamos.

Es muy posible que en los últimos meses hayamos oído hablar del night routine, o lo que es lo mismo, la rutina nocturna. Cuando aplicamos ciertos productos por la noche, especialmente mascarillas, aprovechan nuestro tiempo de inactividad para hacer efecto. Y si hay alguien que utiliza esos momentos al máximo es la dermatóloga Shereene Idriss.

La rutina de la dermatóloga para una piel perfecta

El "sueño reparador" es algo real. Nuestra piel utiliza las horas de sueño para curarse del daño del día, por lo que cuando nos quedamos dormidos, tiene la oportunidad de mejorar. Por este motivo, una rutina cutánea nocturna es crucial para mantener una piel sana y joven, ya que favorece estos cambios reparadores que se producen durante la noche.

La dermatóloga certificada se encarga de hablar de este tipo de cosas en sus redes sociales, donde cuenta con un millón de seguidores. En uno de sus últimos vídeos, ha explicado sus trucos para conseguir una transformación nocturna, con solo cuatro productos y bajo el lema cuanto más fea te vas a la cama, más guapa te vas a despertar.

Su rutina nocturna comienza con un ácido exfoliante, "la llave para tener la piel suave, fresca y como la de un bebé". Específicamente, ella emplea uno de los tratamientos más eficaces para el cuidado de la piel, el ácido glicólico. Tiene el poder de actuar en todas las capas de la piel, por lo que se obtiene un cutis más parecido al de un niño pequeño, donde el rostro luce terso, sin arrugas ni líneas de expresión.

"El ácido glicólico específicamente es excelente no solo para pulir la piel, sino también para hidratarla", explica la experta. De hecho, ella emplea una buena cantidad ya que "va desde la frente hasta el pecho". Lo cierto es que, así como otros muchos cosméticos, hay pieles que no toleran este compuesto, por lo que lo ideal es hacer una pequeña prueba antes de apostar por él o, como pasa con el retinol, acostumbrar a nuestra piel poco a poco.

"Si toleras bien los ácidos y no tienes la piel sensible, esta mascarilla puede constituir una rutina de noche de un único paso para despertarte con la piel como nueva", afirma la dermatóloga. Ella la usa varias veces a la semana y la aplica una hora antes de irse a dormir, para despertar deslumbrante.

El siguiente paso que da la dermatóloga consiste en el face basting, o lo que se traduce literalmente como "dejar la cara en remojo". Las mascarillas nocturnas son realmente efectivas, hidratan el rostro y alivian los signos de cansancio, aprovechando al máximo nuestro tiempo de inactividad nocturno, infundiendo sus ingredientes para abordar una variedad de problemas de la piel de manera efectiva mientras dormimos.

La dermatóloga se hace una mascarilla facial con una crema a base de pasta de óxido de zinc, un paso que hace cuando no se aplica la mascarilla exfoliante y necesita reparar la barrera de la piel. Con este producto conseguimos barrera protectora abundante y espesa, con la que aportamos hidratación, reducimos el enrojecimiento y posibles irritaciones.

Esta misma técnica también lo hace en los labios, aplicando una mascarilla para conseguir esa misma hidratación en esa zona al día siguiente. En ella, aplica un ácido exfoliante ligero y con una crema hidratante que hace de oclusivo.