La campaña de Kate Moss para Calvin Klein en el año 1993 supuso un cambio de paradigma en la imagen de las modelos hasta entonces. El diseñador declaró haber escogido a la entonces desconocida modelo de 19 años por "la naturalidad de su silueta". En aquel entonces, el resto de maniquís lucían grandes pechos operados, algo que le parecía "un espanto" por lo que le hacían a sus cuerpos.
Aquella elección, que parecía basada en una preocupación por la salud de quienes se sometían a cirugías invasivas tan solo por modificar su apariencia y ser aceptadas en pasarelas y campañas, hizo que el canon de belleza volviese a ignorar la salud por completo.
La naturalidad de Moss, así como su delgada silueta, convirtieron en aspiracional alcanzar un peso que, a excepción de quienes gozan de una complexión flaca por naturaleza, suponía un riesgo.
Dos décadas después, la lucha body positive y los movimientos para aceptar la pluralidad de la belleza han ganado voz en la sociedad. Sin embargo, la cifra de mujeres que padecen o han padecido un Trastorno de la Conducta Alimentaria es creciente: representan un 10% de la población femenina, según datos recogidos por la OMS. A esta alarma se le suma el número de personas que se ha suscrito a la práctica de los "pinchazos para adelgazar" con nombre propio: Ozempic.
Kim Kardashian, Kelly Osbourne, Rebel Wilson incluso Oprah Winfrey han reconocido públicamente que sus cambios físicos tan radicales han sido obra de este medicamento protagonista de titulares que, en realidad, está formulado para tratar la diabetes tipo II. Ver cómo han sucumbido celebridades de su talla, muchas de ellas encumbradas por ser referentes gracias a sus cuerpos curvilíneos, ha desatado una incipiente preocupación no solo en el sector de la moda y la belleza, también en el sanitario.
"Es fundamental evitar trivializar la pérdida de peso y tratarla como algo meramente estético" señalaba Ignacio Sajoux, Chief Scientific Officer en PronoKal.
Que vuelva a ponerse de moda el aspecto insanamente delgado en la mujer es especialmente peligroso ahora que "las adolescentes se inician en las redes sociales antes", contextualiza Bianca Fuentes, estilista de moda y fundadora de Estilismo Consciente. "Esto es una manifestación de que la cultura de la dieta nunca se ha ido" sentenciaba.
El pinchazo de la delgadez
Buscar en Google la palabra 'Ozempic' es sinónimo de topar con un mar de 205.000.000 de resultados que hablan al respecto de sus "bondades mágicas" pero también de sus peligros. La fama adquirida e imparable se la debe a que "funciona para el control del peso", como corrobora Pilar Pérez, farmacéutica y CEO de Albalab Bio. "Ha ganado notoriedad porque, hasta ahora, no existía un tratamiento farmacológico que mostrara una eficacia notable en la pérdida de peso" afirma Sajoux.
La explicación de por qué Ozempic funciona en el control del sobrepeso y la obesidad reside de la semaglutida. Esta molécula actúa como análogo del GLP-1, un receptor presente en varios órganos del cuerpo humano, y su efecto, entre otras acciones, es una reducción del apetito.
El papel de las redes sociales ha sido crucial, "se ha puesto de moda por sus resultados rápidos en la pérdida de peso, por su mensaje de promesa de delgadez sin esfuerzo" confirma la farmacéutica Pérez. Sin embargo, este tipo de medicamentos "deberían ser vistos como un punto de partida para un cambio de vida integral" y de ninguna manera como un "atajo reducir peso" advierten desde PronoKal.
Si está en el mercado, y funciona, ¿cuál es el verdadero peligro de Ozempic? Trivializar la pérdida de peso, viendo esta como la panacea a los problemas reales del día a día o como algo aspiracional a conseguir a cualquier precio, es el verdadero peligro.
A niveles teóricos, "como la mayoría de medicamentos, tiene efectos secundarios y contraindicaciones", explica la farmacéutica Pérez. Estos efectos adversos van de las náuseas y los vómitos, a la fatiga, mareos "y otros más graves como la pancreatitis".
"La responsabilidad de los médicos es fundamental, tanto para explicar sus indicaciones, sus resultados y los posibles efectos secundarios" conciencia Sajoux. Abre así el camino hacia el enfoque integral y saludable: si se quiere adelgazar, hay que acompañar el tratamiento, con deporte y una nutrición adecuada.
'Cuerpos Ozempic'
Si bien en los años 90 y principios de los 2000, a la tendencia de extrema delgadez se le bautizó con el término heroin chic creando un símil entre la apariencia de las modelos que se esperaba ver en pasarela con aquellas personas que transitaban una adicción a esta sustancia inyectable. 2024 ha normalizado los 'cuerpos Ozempic', también obtenidos a través de pinchazos.
"Una delgadez muy obvia no es tanto una tendencia que haya vuelto, sino una manifestación de que se sigue asociando la delgadez con salud, éxito, elegancia e incluso juventud", reflexiona la estilista Bianca Fuentes sobre una idea que, con la fama del ya cotidiano medicamento, dista mucho de la realidad.
"Los tratamientos farmacológicos solo serán efectivos si vienen acompañados por un cambio real en el estilo de vida" comienza explicando Ignacio Sajoux. "Hay que considerar los cambios que se produzcan en la composición corporal, la relación entre el porcentaje de grasa y de músculo de nuestro organismo". De lo contrario nos convertiremos en un amasijo de piel y hueso sin tono muscular y con un metabolismo destruido que, una vez abandonemos el tratamiento, nos hará recuperar todo lo perdido (o más). Error cometido por muchas personas que recurren a Ozempic como salvoconducto hacia la delgadez de moda.
Extrema o no, "ser delgada sigue siendo un factor más que común en castings, desfiles, editoriales y campañas. El resto de bellezas son mayoritariamente una tasa de inclusión que cumplir", asevera la estilista Fuentes, quien ve esta presión más allá de la industria de la moda. "El cine, la danza, la música… hay atletas con presión por cumplir con estándares físicos, como hemos visto en las últimas olimpiadas".
Tiranía a abolir
La estilista Bianca Fuentes lanza una reflexión compartida: "¿Cómo va a ser la belleza corporal una excepción?". Derrocar los cánones impuestos y los consejos generalizados basados en alcanzar una hegemonía visual única es responsabilidad de todos. Desde el médico que prescribe un tratamiento para la pérdida o control de peso, hasta los profesionales de la imagen.
"Los médicos deben tomar decisiones basadas en las necesidades del paciente, evaluando su historia clínica. Su prescripción debe estar siempre justificada desde un punto de vista sanitario, y no por presiones comerciales, sociales o estéticas" exigen desde PronoKal. A lo que se suman los deseos de Fuentes: "Ojalá consideremos cambiar estos enfoques los propios profesionales de la moda".
El trabajo de divulgación sobre la belleza menos normativa, y los discursos enfocados en la importancia de la salud mental, parecen tener un impacto real pese a la radiografía de las redes sociales.
Como estilista, Bianca no está segura de que la extrema delgadez vuelva tan fuerte como lo hizo en los años 90 y, quizás, el regreso del icónico desfile de Victoria's Secret sea la muestra de esperanza que necesitamos: "Soy incapaz de medir su impacto, pero no veo problema en forzar la inclusión hasta que sea parte de la norma".