Tratar las imperfecciones del rostro es una de las mayores dificultades en cuanto a estética se refiere. No solo tenemos que elegir todos los productos necesarios para cada ocasión —exfoliante, tónico, serum, hidratante— sino que tienen que adaptarse a todas las características de nuestra piel.

Añadido a ello, la investigación y los avances en la cosmética también han implicado que para que un producto sea efectivo, tiene que seguir unas pautas específicas. Como el caso del retinol, que tenemos que ir poco a poco hasta que nuestra piel se adapte a su formulación. Que también puede no hacerlo.

Llegados a este punto, es habitual que muchas personas opten por dejar de comprar productos para eliminar imperfecciones concretas en el rostro que no solo son un gasto innecesario de dinero, sino que también nos hacen pensar que conseguir un poco más de confianza en uno mismo es imposible.

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Lo cierto es que por mucho que intentemos amar nuestras arrugas y manchas en la piel, es cierto que hay ocasiones en las que interfiere directamente con nuestra autoestima. Sobre todo, cuando aparecen antes de tiempo o se profundizan más con el paso de los meses.

Como no siempre queremos probar todas las cremas del mercado, ya sea por el bien de nuestra piel o de nuestro bolsillo, las soluciones más eficaces que se presentan son las más naturales. Prueba de ello son las plantas aromáticas y ahora también, la miel con bicarbonato. 

Beneficios de la miel en la piel

Durante siglos, la piel ha sido esencial como parte de nuestro estilo de vida. No solo era empleada para cocinar, sino que también ha sido considerada como tratamiento de diversas enfermedades. Su reputación ha hecho que con el paso de los años se convierta en una 'pócima mágica' para la salud interna, pero también externa.

Todos los nutrientes esenciales que la caracterizan han conseguido que la miel sea uno de los alimentos favoritos de los nutricionistas, dietistas, naturópatas, pero también, expertos en belleza tras descubrir que todas sus ventajas se aplican también en el rostro. 

Bote de miel. Istock.

Sin embargo, aunque pensemos que la miel que vemos en el mercado es igual de beneficiosa, es la cruda la que tenemos que añadir a nuestro neceser de belleza. Aquella que una vez elaborada por las abejas a partir del néctar de las flores y filtrada por parte del apicultor, no ha sido procesada ni tratada.

La miel cruda mantiene todas sus propiedades nutricionales y nutrientes esenciales tales como vitaminas, enzimas, antioxidantes y minerales, entre otros. Y de hecho, está repleta de componentes beneficiosos para la piel, especialmente para pieles maduras o con tendencia acneica. 

Es una solución para todo tipo de piel que promueve la producción de colágeno y elastina para restaurar la firmeza y elasticidad de la piel, a la vez que trata diferentes afecciones, como la psoriasis, brotes de eczemas o el acné.

De hecho, también puede actuar como exfoliante natural, lo que significa que al aplicarla en el rostro se elimina la piel seca y opaca y se revelan nuevas células cutáneas.

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Contiene antioxidantes que combaten el daño de los radicales libres, ayudando a mantener la integridad estructural y la firmeza de la piel. Estos radicales libres son una de las principales causas del envejecimiento prematuro porque destruyen el colágeno, que es el soporte estructural de la piel.

Y añadido a todo ello, este alimento también reduce las manchas e hiperpigmentación. Uno de los motivos es su pequeña cantidad de peróxido de hidrógeno, un compuesto que puede reducir las manchas oscuras e iluminar el cutis con el tiempo.

La piel envejecida a menudo se vuelve más seca y pierde parte de su tersura juvenil, lo que puede hacer que las arrugas sean más notorias. La miel es un humectante natural que extrae la humedad del aire y previene la pérdida, dejando la piel más suave, tersa y tersa para que las líneas finas y las arrugas sean menos visibles.

Cómo preparar la mascarilla de miel con bicarbonato

Ya hemos visto que la miel es un excelente aliado antiedad; sin embargo, cuando lo mezclamos con el bicarbonato duplica sus beneficios. Este último puede exfoliar la piel, eliminar purezas y equilibrar el Ph. 

Además, el bicarbonato de sodio destaca por tener propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que son beneficiosas para reducir la inflamación y combatir el acné, al igual que la miel.

Una combinación de ambos puede actuar de forma muy efectiva frente a las marcas que nos inquietan. 

  1. En un recipiente pequeño, vamos a mezclar dos cucharadas de bicarbonato de sodio y una de miel hasta obtener una pasta homogénea.
  2. Una vez la tengamos, vamos a aplicarla sobre la piel limpia y seca, evitando el área de los ojos.
  3. La dejamos actuar durante 10-15 minutos.
  4. Con movimientos circulares, masajeamos la mezcla sobre el rostro para que las propiedades exfoliantes de ambos ingredientes hagan más efecto.
  5. Una vez transcurrido el tiempo, simplemente enjuagamos con agua tibia.

A pesar de que ambos ingredientes sean naturales, es cierto que hay que seguir una serie de recomendaciones como probar antes de aplicarlo sobre todo el rostro. Es cierto que la miel es apta para todos los tipos de piel; sin embargo, puede darse el caso de que cause una pequeña alergia o irritación.

Es mejor probar sobre un área pequeñita y ver si la zona no se altera, para después aplicar la mezcla sobre toda la superficie. Añadido a ello, no podemos excedernos con el uso de la mascarilla facial, ya que si abusamos del bicarbonato de sodio puede ser abrasivo en la piel.