Si hay algo que ha conseguido el maquillaje es construir una relación sana, en muchas ocasiones, con nosotros mismos. El avance en este campo y las diferentes tendencias han conseguido que todos los productos cosméticos a la venta nos hagan valorar algunas zonas de nuestro rostro que hasta hace unos años escondíamos, o simplemente, no valorábamos.
Mientras que antes rasgos como las cejas o los pómulos no tenían ninguna importancia en nuestra autoestima, ahora hemos descubierto que son una herramienta excelente para vernos bien a cualquier hora. Lo cierto es que, por muchas técnicas y cosméticos nuevos que hayan cambiado nuestra forma de maquillarnos, hay algunos productos que nunca van a perder la importancia por mucho que pase el tiempo.
Porque si hay algún aspecto que puede cambiar por completo la forma de nuestro rostro son las pestañas. Desde que se descubrió que un producto negro podía potenciarlas, alargarlas y otorgarnos una mirada perfecta, se convirtió en el imprescindible en todos los neceseres. Tanta importancia acumuló a lo largo del tiempo que hay quienes, incluso, descubrieron la forma de tener ese efecto durante toda la vida.
El primer producto para las pestañas de la era moderna fue inventado por Eugène Rimmel, a finales del siglo xix. Desde que esa pasta a base de jabón negro llegó al mercado, cambió por completo el juego, y todos los productos que vinieron después solo trataron de imitar la fórmula que tanto furor causó y sigue causando en la actualidad. Por mucho que nos guste el efecto, es cierto que no siempre nos apetece aplicarnos el producto, bien sea por no desmaquillarnos después, por no 'maltratar' nuestras pestañas o simplemente porque buscamos un efecto natural.
En este punto, los remedios caseros nunca han dejado de ser la solución milagrosa. Con un ingrediente muy típico en las casas de España, podremos no solo alargar y potenciar nuestras pestañas, sino también cuidarlas y fortalecerlas de manera natural, sin dañarlas. Lo único que necesitamos es una bolsita de té de manzanilla.
Así ayuda el té de manzanilla a alargar nuestras pestañas
Desde hace muchos años, la infusión de manzanilla se ha utilizado para calmar los dolores estomacales y mejorar la digestión. Hasta quienes odiaban su sabor, hacían uso de ellas cuando esto sucedía; sin embargo, con el paso del tiempo, esta hierba medicinal ha ganado terreno en muchos otros ámbitos de nuestra vida, como en la belleza. Muchos productos cosméticos incluyen este ingrediente entre sus componentes, especialmente, los sérums para el crecimiento de las pestañas.
Esta planta medicinal es rica en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios que ayudan a mejorar la salud de las pestañas, además de que su propia composición les otorga una estética excelente, con brillo y volumen. Además, las propiedades calmantes de la manzanilla contribuyen a la reducción de la caída del cabello, por lo que estimula su crecimiento. Al ser suave y no irritar la zona de los ojos, es ideal para las personas con piel sensible.
La manzanilla está muy recomendada para la salud ocular, además de ayuda a calmar el irritamiento, elimina las impurezas en los ojos. Este ingrediente también proporciona una hidratación profunda a las pestañas, ayudando a prevenir la sequedad y la fragilidad. Además, sus nutrientes esenciales nutren las pestañas desde la raíz hasta las puntas, mejorando su salud general.
Sin embargo, a pesar de todas sus ventajas, a la hora de emplearlo hay que tener en cuenta una serie de aspectos, como que puede llegar a aclarar el pelo, por lo que si no queremos aclarar el tono de nuestras pestañas, no debemos usarlo en exceso o exponernos al sol con el producto aplicado.
Además de aplicar el té de manzanilla, si queremos mantener este efecto en nuestras pestañas resulta fundamental cuidarlas de manera constante. Seguir una alimentación equilibrada, desmaquillarnos correctamente todos los días antes de dormir, no abusar del uso de máscara de pestañas y peinarlas de manera habitual.
Cómo usar el té de manzanilla en las pestañas
Existen dos maneras de usar el té de manzanilla en nuestras pestañas y ambas son tan sencillas que se podrán conseguir en tan solo unos minutos. Para obtener mejores resultados, se recomienda ser constante en la aplicación y podremos empezar a notar cambios en nuestras pestañas en un plazo de 15 días a un mes y así lograr la mirada que siempre has soñado.
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La primera manera de conseguirlo es con una bolsa de manzanilla, una taza de agua y dos discos de algodón. Tendremos que preparar una infusión de manzanilla calentando el agua para hervir e introduciendo la bolsita. Una vez conseguida la mezcla, vamos a dejar que repose o coja temperatura ambiente y empaparemos nuestro algodón en el líquido. Después, simplemente tendremos que colocarlo en nuestros párpados durante unos 15 minutos. Este método no solo beneficia tus pestañas, sino que también ayuda a reducir bolsas y ojeras.
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Como segunda opción podemos preparar un sérum de pestañas casero con manzanilla. Para ello, necesitaremos aceite de ricino, de almendras, vitamina E y una infusión de manzanilla. Mezclaremos todos los ingredientes en un recipiente y lo pasaremos a un frasco con aplicador, que podremos todas las noches sobre nuestras pestañas limpias y desmaquilladas. La combinación de estos ingredientes potenciará el crecimiento de las pestañas y las mantendrá fuertes y saludables.
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La última manera de conseguir unas pestañas largas y fuertes con manzanilla es mezclarla con aloe vera. Para ello, tenemos que realizar una infusión de manzanilla y mientras la realizamos, mezclaremos tres cucharadas de gel de aloe vera natural hasta conseguir una mezcla homogénea. Con un cepillo limpio, aplicaremos varias capas desde la raíz hasta las puntas para asegurar una cobertura uniforme. Lo dejaremos actuar durante toda la noche y enjuaga con agua fría por la mañana.