Las frutas son ese alimento imprescindible en España y que no puede faltar si queremos construir una vida saludable. No solo nos ayudan con nuestros objetivos de pérdida de peso gracias a su poco aporte de calorías, sino que aportan grandes beneficios a nuestro organismo.
Según la Fundación Española del Corazón, las frutas proporcionan un importante aporte vitamínico (vitaminas A, C, B1, B2, B6, ácido fólico) y mineral (potasio, hierro o calcio). Además de contener fibra, principalmente celulosa y pectinas. La mayoría tienen un alto contenido de agua que oscila entre un 80 y 95 por ciento, por lo que también proporcionan hidratación.
Lo cierto es que la gran mayoría de nosotros sabemos que comer fruta es —prácticamente— obligatorio; sin embargo, su poder estético es más bien desconocido entre la población, y tal y como cuidan nuestro organismo pueden estar mejorando nuestra apariencia.
Muchas de las frutas que consumimos diariamente son también parte de la formulación de muchos cosméticos y tratamientos estéticos como serums, mascarillas faciales o incluso productos para el cuidado de labios con los cuales buscamos excelentes resultados.
Lo que no sabemos es que consumiendo esas frutas también los obtenemos. En especial las fresas, que con solo su ingesta podemos favorecer la producción de colágeno y, por tanto, el crecimiento de áreas a las que prestamos especial atención en nuestro día a día, como las pestañas o las uñas.
Beneficios de las fresas para la piel y las pestañas
Encontramos las fresas entre las frutas más aclamadas alrededor del mundo y principalmente en Europa. Gracias a su gran sabor, pero también un color que destaca entre las demás, se convierten en la primera opción de quienes quieren agregar los beneficios de estos alimentos a la dieta.
Las fresas contienen una gran cantidad de antioxidantes, incluida la vitamina C, que favorece la producción de colágeno y la salud de la piel. Además, muchos estudios han demostrado que esta fruta es una importante fuente de flavonoides, poderosos antioxidantes con características antiinflamatorias, pero que también se emplean en la elaboración de productos cosméticos.
Los flavonoides pueden llegar a otorgar un aspecto joven a nuestra piel, ya que la protegen frente al envejecimiento, pero también potencian la síntesis de colágeno natural.
Aunque pensemos que la producción de esta proteína solo beneficia a nuestras arrugas y líneas de expresión, lo cierto es que los principales componentes de las pestañas y del pelo son el colágeno y la queratina, por lo que si consumimos fresas estamos promoviendo el crecimiento de las pestañas y uñas, pero también, previniendo su debilitamiento.
Importancia de su ácido fólico
Añadido a ello, las fresas contienen ácido fólico, un tipo de vitamina B que estimula la división celular y el crecimiento de los tejidos, incluyendo las pestañas. No solo eso, sino que una variante de la vitamina B, en concreto la B12, es necesaria para mantener unas uñas fuertes y sanas.
Mientras que una carencia de vitamina B12 puede dar lugar a un oscurecimiento de las uñas, la deficiencia de ácido fólico puede hacerlas rígidas y quebradizas.
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En un puñado de fresas podemos encontrar hasta un 17% de hierro, un componente indispensable para los glóbulos rojos, encargados de transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo.
Las uñas requieren oxígeno para un crecimiento y apariencia sana, por lo que la deficiencia de este mineral puede llegar a causar que no se desarrollen correctamente e incluso, perjudique a su estética.
Ventajas del consumo de fresas
Los beneficios de las fresas van más allá de la estética. De hecho, son una de las frutas más ricas en hierro junto a la frambuesa y la grosella y contienen calcio, fósforo, manganeso, silicio y cobre. Además, es una excelente fuente de vitaminas y ácido fólico.
Tanto las fresas como los fresones tienen un bajo contenido en calorías, además de estar compuesta principalmente por agua (89%), lo cual es una opción muy buena para añadir a una dieta equilibrada. Al ser dulces, pueden ser un buen reemplazo a diferentes galletas o a la propia bollería.
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Su alto contenido en vitamina C ayuda a mantener el sistema inmune fuerte y a proteger las células del daño oxidativo causado por los radicales libres. Añadido a ello, la cantidad de fibra con la que cuentan las fresas ayuda a retrasar la digestión y a regular los niveles de azúcar.
Al igual que los frutos rojos como las cerezas o los arándanos, las fresas contienen antocianinas, un pigmento que ayuda a combatir la inflamación y a frenar enfermedades como la gota. Incluso, puede llegar a fortalecer los huesos.
Y aunque las fresas sean excepcionales y aporten grandes beneficios, incluso si estamos embarazadas gracias al ácido fólico y la vitamina C, hay ciertos casos en los que debemos evitarlas, como diabetes, colitis, enfermedad del colon irritable, piedras en el riñón o incluso, personas alérgicas que deben asegurarse antes de sus ingredientes.