Ana Delia Revilla Pérez
Publicada

El bienestar financiero puede definirse como la capacidad de una persona para administrar sus finanzas de manera estable y sin estrés excesivo. Sin embargo, este concepto adquiere una importancia especial para las mujeres, quienes no solo enfrentan retos económicos particulares, como la brecha salarial y la inestabilidad laboral, sino también la carga adicional de planificar, gestionar y ejecutar tareas diarias y de cuidado.

Esta carga mental es en gran medida invisible, pero muy real. Estudios recientes han mostrado que el 91%, además de realizar sus tareas diarias, también se encarga de planificar lo que será necesario en el futuro, situación que no se presenta con la misma intensidad en los hombres.

El bienestar financiero es esencial para la estabilidad de cualquier persona, pero para ellas enfrenta desafíos únicos. Las mujeres suelen lidiar con mayores responsabilidades de cuidado y planificación en el hogar, que afecta tanto su salud como su capacidad de administrar sus finanzas.

Cómo afecta a las mujeres

Estudios como el de la empresa YouGov muestran que un 31% experimenta problemas de salud física relacionados con esta carga, y muchas sienten una presión constante de estar pendientes de cada detalle. Esto impacta negativamente en su capacidad de enfocarse en su bienestar financiero.

Tener autonomía económica puede ayudar a reducir esta carga mental, al proporcionarles la libertad de tomar decisiones más saludables y menos dependientes de otros. Sin embargo, un número significativo de mujeres reporta no cuidar su salud personal por falta de tiempo y recursos, lo que refleja la necesidad de mayor apoyo y estrategias para equilibrar sus responsabilidades tan diversas. De hecho, ¿sabíais que el 45% de las españolas no ha practicado ningún deporte en los últimos 12 meses frente al 30% de los hombres?

Necesidad de un cambio social 

La autonomía financiera se convierte, entonces, en una herramienta esencial. Cuando una mujer puede tomar decisiones económicas de forma independiente y sin preocupaciones constantes, también logra reducir parte de ese peso emocional y mental que lleva consigo.

Sin embargo, un porcentaje considerable (41%) reporta no cuidar de su salud personal tanto como debería, pues la carga mental y las responsabilidades no se lo permiten. La independencia financiera no solo les proporciona seguridad económica, sino que también les otorga tiempo y espacio para centrarse en su bienestar.

El camino hacia la autonomía financiera y la reducción de la carga mental demanda un esfuerzo colectivo y transformaciones sociales. Sin embargo, adoptar estrategias de autocuidado, delegar responsabilidades, establecer metas claras y apoyarse en redes de apoyo profesional son pasos fundamentales para avanzar en esta transformación. En última instancia, un bienestar financiero sólido es una vía para aliviar la carga mental, permitiendo a las mujeres construir una vida más equilibrada y autónoma.