La escritora Marta Martín con su novela 'Luna roja'.

La escritora Marta Martín con su novela 'Luna roja'.

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Cómo un azar inesperado transformó una historia en una saga, la novela 'Luna roja'

Marta Martín Girón
Publicada
Actualizada

A veces las cosas terminan siendo distintas a lo que planeamos. Ya sea en nuestra vida personal, en el trabajo, en las metas o incluso en las novelas, como ocurrió con Luna roja. Algunos acontecimientos parecen estar guiados por una suerte de azares que, en ocasiones, no entendemos, y en otras, no prevemos.

Luna roja es el segundo libro del inspector Yago Reyes. No obstante, escribirla no formaba parte de mis planes. Autopubliqué Dama Blanca en enero de 2020, con la creencia de que sería una novela autoconclusiva e independiente. Sin embargo, tuvo una acogida tan buena, que los propios lectores empezaron a pedirme un nuevo caso con los mismos protagonistas.

A medida que pasaban los días me di cuenta de que los inspectores Yago Reyes y Aines Collado aún tenían mucho que contar. ¿Cómo no lo había visto antes? Su historia aún no había terminado. De modo que tomé la decisión de escribir un segundo libro.

Tenía que pensar en la trama. ¿A qué retos se enfrentarían Reyes y Collado? ¿Cómo evolucionarían sus vidas personales? ¿Cuánto tiempo habría transcurrido desde que cerraron el caso de Elena Pascual Molina hasta verse inmersos en una nueva investigación?

Quería que Luna roja fuera distinta a Dama Blanca, de modo que esta vez los enfrentaría a un asesino en serie. Pero, ¿qué clase de asesino en serie? Las posibilidades sobrevolaban mi mente.

Me gusta que los personajes de mis novelas estén movidos por una razón; tal vez por una historia personal que les ha ido transformando poco a poco hasta que ya no hay vuelta atrás. Esta vez quería dar forma a un asesino meticuloso, que él creyera que tenía motivos justificables para matar.

Cuando tengo alguna idea que considero que puede tener potencial, la guardo, ya sea en un cuaderno, ya sea en mi mente. Al final, Luna roja nació de una de esas ideas que crees que algún día escribirás, pero que no sabes cuándo ni cómo.

El 'cuándo' llegó después de sopesar muchas ideas, cuando mi marido me animó a rescatar una que le había contado hacía bastante tiempo. No obstante, tuve mis objeciones. Aquella historia estaba perfilada para ser desarrollada de una forma distinta: sería una novela única; independiente; con un principio, un nudo y un desenlace; el nacimiento y declive de un asesino en serie.

Al principio tuve reticencias porque no sabía cómo iba a encajar como un nuevo caso para los inspectores. Después tuve miedo porque no sabía si iba a ser capaz de adaptarla. Y luego tuve dudas porque nunca había visto ningún thriller, novela negra ni policíaca sobre el tema que yo quería tratar: el maltrato animal.

Sin embargo, me había propuesto escribirla y tenía que intentarlo. Si me gustaba el resultado, la autopublicaría y, si no, en el peor de los casos, tendría que empezar una nueva.

Releí artículos. Hablé con personas que habían presenciado y practicado la matanza del cerdo. Un granjero me explicó paso a paso el funcionamiento de una granja de pollos. Recurrí a experiencias reales y noticias encontradas en diarios. Incluso, el eclipse lunar del 27 de julio de 2018 y que da título a uno de los capítulos, pudo contemplarse de verdad desde muchos puntos de España.

Escribí muchas palabras, escenas y capítulos que terminé borrando. Removí capítulos, cambié la estructura de la novela, compensé las voces de los personajes… Fue un proceso largo, delicado y a veces conmovedor. La terminé y la autopubliqué.

Sin embargo, una parte de mi inconsciente quedó atrapada en Luna roja y siguió trabajando en ella; aunque no fui consciente hasta que llegó el momento de reeditarla con Duomo ediciones. Tenía la oportunidad de mejorar todo aquello que había ido maquinando mi mente durante tantos meses después de autopublicarla. Y aprovecharía la ocasión.

Hablé con mi editora y le dije que iba a hacer unos cambios. Busqué nueva documentación, borré casi un tercio de la novela y la reescribí, añadiendo capítulos, subtramas, personajes, alterando el orden de algunos acontecimientos, compensando la información. La misma esencia, pero una Luna roja nueva. Distinta. Confío en que mejor.

Ahora solo queda que la disfrutes. ¡Feliz lectura!