Hace un lustro coincidió que se abrieron en Madrid y Barcelona varios clubes privados al estilo de los ingleses, locales con acceso restringido solo a los miembros y sus acompañantes; situados en el centro de las ciudades y en reformados palacetes y otras localizaciones, en ellos se puede comer, beber, hacer negocio y/o ejercicio, ver una película e incluso fumar puros.
Ahora acaba de abrir en Barcelona JUNO HOUSE, el proyecto de dos emprendedoras estadounidenses y una española, que se define como Playground for modern women (en español, Zona de juegos para mujeres modernas) y cuyo mantra es "El secreto está en los detalles".
Este club privado "por y para mujeres" es el sueño de Natalie Batlle (fundadora y CEO), hecho realidad con la ayuda de Liana Knight Grieg (cofundadora y directora de Producto) y de Eva Vila-Massanas (asesora y miembro del consejo).
Situado en una antigua fábrica de harina totalmente remodelada y en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad Condal, pretende ser el nuevo punto de encuentro para la mujer de hoy. "Sin tener que renunciar a nada y bajo un mismo techo", promete su página web.
Son 1.400 m2 diseñados para el bienestar personal y el desarrollo profesional de la mujer, que incluyen un espacio abierto para trabajar, traer clientes, comer y divertirse, un 'bar clandestino' para charlas junto a la chimenea y cenas privadas, una zona de cuidado personal y fitness, una tienda y servicios familiares para mujeres en constante evolución.
Cuidados hasta el más mínimo detalle, todos los espacios han sido diseñados para inspirar y mejorar la productividad, desde la nave o Farinera, centro de colaboración, coworking y eventos, abierto a la cocreación y donde celebrar reuniones, tertulias, encuentros exclusivos e incluso producciones audiovisuales.
Las comodidades incluyen salas de juntas, salas de zoom y un estudio de grabación para podcasts, música y mucho más. Pero, además, Juno House tiene el propósito de acercar la filosofía de la cooperación entre sus socias, actuando como un trampolín para el éxito profesional.
Como explica Nathalie Batlle (fundadora y CEO) en la web: "Yo quería un networking, porque estaba lejísimos de mi familia y necesitaba ayuda".
En el Wellness Studio de la última planta las socias pueden disfrutar de un estudio-boutique de fitness especializado en barra, pilates, yoga y clases de baile, sin olvidar la meditación o el cuidado pre y postnatal.
El Beauty Bar está centrado en el autocuidado de las socias, que pueden disfrutar de baños reparadores, masajes, acupuntura y tratamientos de belleza, servicios de manicura...
Como ayudar a la conciliación entre vida familiar y laborar es parte del ADN de Juno House, para mamás con la agenda llena y las expectativas altas, Little Juno es el espacio diseñado y concebido para las clases y actividades lúdicas de los más peques, así como para el acompañamiento a las familias.
En la biblioteca, las socias intercambian libros escritos por mujeres que han leído y recomiendan. Y para las que buscan pasar un buen rato entre cócteles y buenas amigas, el Club House es el sitio ideal para noches de chicas, catas de vino o eventos íntimos.
Dice el refrán que “lo bien hecho, bien parece” y, cuando algo no solo es una buena idea sino que además está impecablemente bien ejecutada, el resultado es fuera de lo común. Dentro de Juno House, uno se siente rodeado de mujeres listas, interesantes, enriquecedoras...
Una tienda en la que las socias pueden poner a la venta los productos de sus empresas y una agradabilísima terraza (en la que tomar algo alejado de miradas indiscretas) completan un paraíso en el que desearías tener bastantes años menos y volver a empezar en la vida para tener a tus hijos con la ayuda de semejante lugar.
MagasIN ha conversado con Liana Knight Grieg y de Eva Vila-Massanas, para saber más de este selecto club de mujeres.
Liana es de Maine y Natalie de Chicago, y el concepto, desde luego, recuerda muchísimo a cosas de Estados Unidos, es una mezcla de muchas buenas ideas de allí.
Liana Knight Grieg.- Sí, le dejamos muy claro a la diseñadora y la arquitecta que, aunque nos inspiró muchísimo Nueva York, al final del día estamos aquí en Barcelona y no queríamos perder de vista la sensibilidad de un espacio ubicado aquí ni dejar atrás lo que nos ha inspirado.
Eva Vila-Massanas.- Sí, y lo mismo en la agenda y en los eventos o actividades, lo que hemos hecho es escoger las que queríamos, viendo experiencias que ya existen fuera y otras que nos hemos tenido que inventar porque no existían.
La decoración está basada en el design thinking, buscando espacios que no sólo tienen que ser bellos, sino también funcionales. Pero me parece que también hay mucho design thinking para crear el proyecto, para pensarlo, para imaginarlo...
L.K.G.- Sí, sí, en este proyecto tuvimos que parar y hacer zoom in y zoom out para asegurarnos de que todo lo que estaba pasando dentro de la casa (actividades, servicios que ofrecemos...) ofrecía la oportunidad de crecer a esas mujeres que a lo mejor están volviendo a diseñar aquí su futuro, sus sueños, y asegurarnos de que aquí se pueden sentir cómodas porque todo está pensado, al detalle, desde el principio.
Un ejemplo sencillo es esta mesa a la que estamos sentadas ahora mismo: tiene curvas y aquí tiene un ángulo que es para estar trabajando más cómodamente. Son dos cosas muy pequeñas, pero la suma de detalles pequeños es la que logra una experiencia que te hace sentir muy cómoda y te permite centrarte en tus pensamientos y concebir ideas grandes y avanzar en proyectos.
E.V.M.- Sí, es un proyecto vivo también. Como decía Liana, lo pensamos en su momento de una cierta forma y, ahora está empezando, es un bebé, pero van a pasar cosas en el mundo y se están haciendo muchas cosas que no estaban planeadas y tendremos que irnos adaptando a esas situaciones.
Ya tenéis casi 500 socias pero ¿cuál es vuestra meta, vuestro objetivo?
E.V.M.- A ver, hay un tema muy importante de uso del espacio: Piensa que este es un espacio muy nuevo y que hay personas muy distintas aquí dentro porque somos todas mujeres pero, al final, cada una es diferente, porque siempre se habla de las mujeres como su fuéramos todas iguales.
Entonces habrá mujeres que vendrán aquí cada día a tener reuniones con clientes; habrá mujeres que sólo vendrán a eventos; habrá mujeres que quedarán un día cada dos semanas con una amiga para ir a una clase de wellness...
Y tenemos que tener un flujo claro para entender la capacidad porque, lógicamente, queremos crear una comunidad viva y grande pero respetando, al mismo tiempo, que esto sea agradable, que no haya ruido y no esté abarrotado...
¿Alguien de Madrid o de Málaga o de Galicia que tiene que venir a trabajar, o por el motivo que sea, a Barcelona, por el motivo que sea, podría ser socia?
L.K.G.- Por supuesto porque tenemos muchas socias de fuera que vienen a Barcelona a menudo para trabajar o de visita, y lo que es más importante para nosotros es que compartan nuestros valores y que también se impliquen en crear comunidad, que todas las mujeres socias de Juno House también sientan que están formando parte de una comunidad.
Y a mí me encanta hablar con ellas porque me dan su perspectiva, y es divertido escuchar sus experiencias, porque como ha dicho Eva antes, hay muchos tipos de socias y cada una puede disfrutar la casa de la forma que le apetezca cada día.
Y antes habéis distinguido entre actividades, servicios, actividades que organizáis, como lo de que la gente pueda dar charlas, ¿de cuál de las actividades o servicios que ofrecéis estáis particularmente orgullosas?
E.V.M.- Eso es como decirle a alguien que tiene varios hijos ¿a cuál quieres más? pero para contestarte, a mí me gusta por ejemplo la agenda de actividades porque yo, por ser de aquí, lógicamente tenía ya una red de contactos más amplia, y por tanto eso no era tan esencial para mí, pero tener una agenda de eventos y otras actividades interesantes, sí lo es.
L.K.G.- A mí también me cuesta elegir pero me encanta ir al Juno Estudio en la 4.ª planta y disfrutar de varios tipos de clases. Porque me encanta el yoga, pero también es muy divertido poder variar y conocer a otras personas en las clases.
Para mí es un momento muy, muy bonito, antes o después clase, compartir confidencias y preguntar cómo nos ha ido y conocer a alguien y, luego, la guinda del pastel puede ser bajar al café y disfrutar de una comida que te va a nutrir y que te va a hacer sentir muy bien...
E.V.M.- O quedar con una amiga después del trabajo y tomarte un cóctel en el Club House.
En Madrid existen varios clubes, pero son todos mixtos y solo existe uno que es Alma Sensai, For por Women Only and a few good men (en español, solo para mujeres y unos pocos hombres buenos) pero, ¿existía en Barcelona algún otro club solo para mujeres?
E.V.M.- No, hicimos nuestros deberes antes de empezar y no existía un club como tal. Lo que existía en Barcelona, y no solo en Barcelona, sino en muchas otras ciudades de España, desde el movimiento Me Too, eran muchas asociaciones de mujeres o grupos de mujeres, más formales o menos formales, pero no tenían una casa en la que reunirse.
Nosotras no queremos reinventar la rueda ni volver a crear otra asociación de mujeres, sino dar casa y dar alas para que pasen cosas a todos estos grupos. Sabemos, porque lo hemos estudiado, que existen otros clubes, pero tienen propósitos muy distintos y como este, ninguno.
Me ha parecido muy revolucionario, ya no sólo por la parte del diseño, la estética, sino también por el hecho de que sea un club o un espacio que tenga como objetivo ayudar a conciliar a las mujeres que trabajan.
E.V.M.- Es un poco una vergüenza que esto sea revolucionario, ¿no?
Pero es cierto, es una realidad que ahora mismo las mujeres no se animan a ser madres porque está muy difícil trabajar y ser madre... ¿Se basa en vuestra experiencia personal o es simplemente por intuición?
E.V.M.- Yo creo que fue la suma de las dos cosas. Yo tengo hijos que son más mayores. Ojalá hubiera existido un JUNO House cuando eran niños porque yo necesité un montón de cuidadoras a lo largo de los años.
Entonces yo creo que son las dos cosas: una experiencia personal pero también una necesidad real de nuestras socias o futuras socias, porque se habla mucho de la igualdad pero, si no hay parejas corresponsables, entonces llega un momento que las personas que tienen hijos o personas dependientes tienen que 'desaparecer' de la vida laboral muchos años y luego no te puedes reenganchar.
L.K.G.- Yo no tengo hijos de momento, pero teniendo en cuenta que aquí hay espacio de sobra y podría seguir mi carrera y no tener que dejar fuera la maternidad, me da mucha confianza el concepto en el que tienes también el apoyo de otras mujeres de diferentes países que han vivido esa experiencia.
Y también tenemos grupos que han salido orgánicamente de madres y de mujeres embarazadas, que son dos grupos distintos que necesitan cosas diferentes. Por eso ofrecemos servicios y un espacio que pueden aprovechar las madres de niños pequeños y también existe una red de mujeres que se han mostrado felices de ayudar, y me hace muy feliz ver que estamos creando una comunidad de mujeres en la que hay mucho apoyo entre ellas.
¿Han salido ya ejemplos de cómo funciona el networking de esa red que habéis formado entre las socias?
E.V.M.- Sí, claro, por ejemplo, hay una socia nuestra que tiene una empresa textil, de ropa, que ha hecho una alianza con otra socia empresaria que hace gafas y la primera quería lanzar una línea de gafas y se encontraron en una clase de wellness y luego otra vez en un cóctel... y ya están preparando una colección para el verano que viene.
L.K.G.- Sí, yo creo que esos momentos son muy importantes para nosotras porque nos identificamos como anfitrionas y, cuando sale una oportunidad de negocio entre varias socias que pueden emprender juntas, verlo realizado es muy bonito.
El proyecto Juno House se alinea muy bien con el mundo del futuro, en el que todo va a ser cooperar, colaborar, cofundar, copensar...
E.V.M.- Una anécdota es que en esta zona de trabajo hemos puesto mesas más pequeñas y más grandes. Las primeras que se llenan son las grandes porque cuando vienen, buscan ese networking. Tuvimos muchas conversaciones sobre el tamaño de las mesas porque aquí en España la gente es más individualista. La mentalidad no es la misma que en Estados Unidos.
La atmósfera de Juno House, como que te relaja en cierta forma y aquí hacen cosas que quizá en otro ambiente no harían. Por ejemplo, sentarse con alguien que no conocen, que esto no es muy de nuestra cultura, aunque en otras sí que se hace. Y preguntarse: ¿Dónde has comprado esto? ¿Cómo haces esto? Esto en Estados Unidos es muy común, pero aquí no tanto.
L.K.G.- Sí, es verdad. Porque realmente hemos creado un espacio en el que no se siente todo el caos de la calle y el ruido. Y estás en un lugar relajado, donde los colores y los muebles y todo te hace sentir que te vamos a cuidar y que pueden disfrutar de la compañía de las otras socias que están en su alrededor.
En estos meses de rodaje ¿hay algo que os haya sorprendido?
E.V.M.- Cuando creamos Juno House como un techo donde pasen cosas y queríamos crear esa comunidad, no pensamos que surgieran tantas comunidades y tan rápidamente: el club de lectura, las mujeres wellness, las corredoras que quedan para correr fuera... Yo creo que esa rapidez en construir comunidades, que es lo que queríamos, ha sido sorprendente.
L.K.G.- Yo también doy clases de yoga en nuestro estudio y muchas personas me han comentado que, antes de la pandemia, iban a hacer ejercicio pero, después, se les habían quitado las ganas, o les daba vergüenza, etcétera. Y aquí me dicen que se sienten muy cómodas, y que les inspira a moverse de nuevo y probar cosas que no han probado. Y yo diría que eso es algo que queríamos que pasara, pero me sorprendido muy gratamente.
Sacar esto adelante ya es espectacular, pero hacerlo con una pandemia de por medio me parece milagroso...
E.V.M.- Imagínate: buscar capital para un club social, físico, en medio de la pandemia, sin poder salir de casa, través de una pantalla... era todo un poco surrealista.
L.K.G.- Pero, por otro lado, fuimos el primer espacio que fue diseñado tomando en cuenta los cambios que tuvimos que pasar y sufrir y conquistar. Y al final tuvimos suerte al diseñar el espacio postpandemia. Al final la pandemia fue nuestra incubadora, porque la idea pudo pivotar sin perder su esencia, como muchos lugares que tuvieron que cambiar, mientras que a nosotras nos ayudó a crear algo para una mujer actual.
E.V.M.- La agenda está diseñada pensando en que la gente iba a buscar experiencias. Nosotras suponíamos que, al salir de la pandemia, la gente querría otra vez, por ejemplo, actividades presenciales de networkinag, experiencias de pequeñas comunidades muy específicas... que todo lo que no pudimos hacer durante la pandemia 'explotaría' después. Y podía no haber pasado, pero ha pasado.
Entonces una vez más se confirma aquello que dice de la intuición femenina.
E.V.M.- Tú puedes hacer un estudio de mercado de una cosaque luego no hubiera pasado pero presuponíamos que iba a ser así. Aunque también se suponía que la gente iba a continuar trabajando. Esto no es un coworking ni mucho menos, pero sí un espacio en el que, a lo mejor, un día a la semana, se puede venir a hacer trabajos más creativos, encontrarte con otras personas, porque al final la pandemia ha cambiado mucho nuestra forma de trabajar...
L.K.G.- Al final hay mucha gente que, hoy en día, pueden variar un poco su ambiente de trabajo mientras antes no había tanta flexibilidad.
¿Y de cara al futuro?
L.K.G.- Me gustaría mencionaría que este es un proyecto vivo. Que hablamos mucho de lo que hemos logrado en estos seis meses, pero estamos muy atentas a los deseos y necesidades de la comunidad. Hemos creado este espacio tan especial, que puede evolucionar en función de esas otras mujeres que aún no han entrado por nuestras puertas, porque estamos siempre buscando agregar más diversidad a la comunidad.
E.V.M.- Yo también quería mencionar la diversidad de la comunidad. Aquí, por ejemplo, encuentras un porcentaje relativamente importante de mujeres internacionales con locales, es un punto de encuentro entre todas ellas que no suele pasar aquí en España donde, a veces, las comunidades son como círculos concéntricos o paralelos que no se mezclan.
Mientras que aquí se mezclan edades y sectores que no tienen nada que ver: yo soy consultora y economista y aquí he conocido, por ejemplo, a una corresponsal de guerra. Normalmente, la mayoría de mis amistades son, entre comillas, menos diversas. Y eso es una parte muy interesante de la comunidad, esa diversidad que, en tu círculo habitual, es más compleja de encontrar y acabas siempre rodeado de personas más afines a ti.
¿Habéis pensado en la internacionalización?
L.K.G.- Por supesto que lo hemos pensado, como mujeres ambiciosas. Esta es la primera Juno House, pero habrá otras.