Navidad: ¿a favor o en contra de la fiesta más esperada del año?
La Navidad es una época de contradicciones, de contrastes. Para algunos, es la época del año que más ansían. Para otros es la peor, la que esperan que pase más rápido.
8 diciembre, 2022 01:53Capítulo doce de doce, ha llegado diciembre. Para algunos lo ha hecho demasiado deprisa, este año no ha dejado espacio para pausas, el tiempo ha transcurrido sin esperar a nadie. Para otros, quizá los que más desean que 2022 acabe, diciembre se ha hecho de rogar, ha tardado demasiado en llegar.
Es cuestión de perspectivas, como en todo. Y en cuanto a perspectivas, diciembre es el mes de la ilusión, pero también el de la melancolía. Es el mes de las reuniones en familia, pero paradójicamente es también el mes en el que la soledad se hace más presente.
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Es un mes definido por las miradas ilusionadas de los niños al abrir su regalo de Reyes, pero también por los semblantes cabizbajos de aquellos que han sufrido pérdidas este año. Pérdidas que han dejado sillas vacías en las cenas familiares propias de estas fechas, haciendo de esta, para ellos, una época marcada por ausencias muy presentes.
Diciembre es el mes de la Navidad, para algunos la mejor época del año, la que esperan con ansias y emoción. Para otros la más triste, la que esperan que pase rápido y desaparezca cuanto antes, sin mirar atrás.
Se dice que la Navidad es blanca, pero en la vida nada, incluida está época, es blanco o negro, vivimos en escala de grises. La "blanca" Navidad no se escapa del gris: es época de contradicciones.
Contradicción número uno
Disparidad y solidaridad
El 6 de enero de 2021 miles de niños españoles abrieron sus regalos de Reyes Magos con la mirada ilusionada y la sonrisa inocente que muchas otras personas han sentido alguna vez antes que ellos.
Al mismo tiempo, miles de familias en España no contaban con recursos para celebrar la Navidad, según el Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil.
Algo que según este constató el pasado año, deja "experiencias de profundo calado psicológico, entre ellas, muchas de desilusión porque no se hayan cumplido todas las peticiones realizadas a los Reyes Magos".
Datos como estos hacen evidente que no todo el mundo vive la Navidad de la misma forma, ni en igualdad de condiciones. Hacen ver una realidad que tiene múltiples interpretaciones. Datos desoladores, sin duda, pero la Navidad, pese a ser época de disparidad, es también época de solidaridad.
Asociaciones cómo Reyes Magos de Verdad y Ningún Niño Sin Sonrisa protagonizan campañas solidarias enfocadas en la recogida y entrega de regalos a niños, ancianos y personas sin recursos, con la intención de devolverles la ilusión en estas fechas.
La Navidad es tiempo de cooperación, de ayuda y de buenos propósitos. Por eso, no es de extrañar que la solidaridad se convierta en la gran protagonista. Algo que se hace presente en iniciativas como la ya mencionada Reyes Magos de Verdad, un proyecto sin ánimo de lucro en el que colaboran cientos de personas de forma desinteresada.
Las encuestas dicen que el 34% de los españoles es más solidario en Navidad que el resto del año.
Según esta organización, "para todos, la Navidad tiene un significado especial de familia, de compartir. Es una época que ayuda a pensar que no todo el mundo es igual de afortunado, donde se gasta más, y se tiene máscargo de conciencia". Una época en la que "poder ayudar al que tiene menos es muy gratificante".
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Iniciativas como esta tienen dos objetivos. Para los niños es la magia y la ilusión de que los Reyes Magos se hayan acordado de ellos y les traigan algo de lo que hayan pedido. Para los mayores es saber que alguien les ha escuchado, se ha leído su carta y han cumplido sus deseos. Es lo que de verdad importa, lo que les llega al corazón.
Según ellos, la Navidad es un "momento de compartir las tradiciones en familia y transmitir la importancia de dar y recibir amor, de ser solidarios, de alimentar el espíritu y de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, que se convierten en el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros seres queridos".
Además, no debemos olvidar que la Navidad tiene un origen cristiano. La Conferencia Episcopal remarca el carácter religioso de esta celebración. "La Iglesia celebra la venida del Señor", nos cuentan.
Según ellos, la celebración religiosa no puede desvincularse de la entrega a los demás, aunque es una labor de la Iglesia durante todo el año. Nos cuentan que Cáritas, por ejemplo, acompañó a más de 2,6 millones de personas durante el año 2021 y es solo una de las miles de instituciones católicas al servicio de los que más sufren.
Podría ser por esto, por la caridad cristiana propia de estas fechas, que las donaciones aumentan considerablemente en Navidad, conviertiendola en una época en la que, por lo general, la gente tiende a hacer el bien y a enfocarse en la ayuda a los demás.
La psicóloga general sanitaria Carmen Cobo, nos indica que antes de ser una fiesta religiosa, ya existía la Saturnalia, una fiesta pagana que solía coincidir con el solsticio de invierno, en la que la gente se juntaba y se intercambiaba regalos.
"Es muy probable que la unión de estos orígenes transmitidos de generación en generación hasta nuestros días tengan que ver con lo solidario y empático de esas fechas. No tenemos que olvidar que somos seres culturales", comenta Carmen.
Contradicción número dos
El coste del espíritu navideño
El espíritu navideño impregna calles y rincones escondidos de ciudades de todo el mundo durante estas fechas. Mercadillos de Navidad, figuras de Belén a tamaño real e impresionantes iluminaciones crean una atmósfera marcada por la ilusión y la magia.
Todo esto plasma una fotografía en la que se hacen presentes la emoción e inocencia de los más pequeños y puede que incluso la mirada nostálgica al pasado, a los niños que una vez fueron, de sus padres.
La localidad gallega de Vigo, por ejemplo, dio comienzo a la temporada el sábado 19 de noviembre con la iluminación de su tradicional árbol de Navidad, situado en la Plaza Puerta del Sol de la ciudad.
Según el Ayuntamiento de Vigo, la apuesta por la Campaña de Navidad y su posterior repercusión mediática se ha convertido en un factor de atracción de visitantes sin precedentes, aumentando año tras año el número de viajeros, tal y como se puede comprobar en los diferentes registros de los organismos oficiales.
La Navidad en Vigo es famosa por sus atracciones recreativas, sus mercadillos navideños y su tren turístico, entre otras cosas. Un espacio temático "basado en la mezcla de tradición, socialización y reactivación de la economía local, que extiende su impacto al área metropolitana de la ciudad y al norte de Portugal".
Unos esfuerzos que crean una auténtica atmósfera navideña. Sin embargo, la instalación de once millones de luces led en plena crisis energética para mantener la que pretende ser "la mejor Navidad del planeta" según Abel Caballero, alcalde de la ciudad gallega, ha generado corrientes de opinión muy diversas.
Mantener el espíritu navideño es para algunos prioridad, mientras que para otros es un coste que no merece la pena asumir.
Contradicción número tres
Tradición religiosa y estrategia comercial
La Navidad es empleada como estrategia comercial por millones de empresas que aprovechan estas fechas para aumentar su capacidad productiva y, con ello, sus ventas.
Un estudio de consumo navideño con previsiones para este año elaborado por Deloitte, una red de servicios profesionales de auditoría, consultoría y asesoramiento financiero para empresas, muestra que cada hogar español estima gastar estas navidades una media de 634 euros, en línea con el gasto del año pasado, de 631 euros.
Por esto, hay quienes ven la Navidad como algo negativo, como una época basada en la compra masiva o desproporcionada de productos, algo potenciado por campañas de marketing y publicidad que las empresas lanzan en estas fechas.
Francisco Torreblanca, profesor en ESIC Business & Marketing School, nos cuenta que en Navidad se fomenta un consumismo excesivo "debido a las expectativas y a la comparación social".
Según él, la Navidad es tradicionalmente un momento de regalos, en el que la mayoría de los consumidores están pendientes de qué van a recibir y de qué tienen que regalar. Por esto, se generan unas expectativas que, al ser emocionales, son muy intensas, de modo que resultan difícil de romper o esquivar.
Por otro lado, nos comenta que esto deriva en la comparación social. "Solemos comparar con los regalos hechos en otros momentos, otras navidades o entre las expectativas de regalo que se van a producir en estas navidades. Sin duda, un escenario de análisis de conducta del consumidor súper interesante".
El experto explica que la Navidad es, sin duda, además de una tradición cultural, una época en la que prima lo comercial. Algo que pone en evidencia el hecho de que la campaña de referencia para la mayoría de marcas sea la de Navidad.
"Si nos fijamos, siempre decimos eso de que ya se está anunciando la Navidad y estamos en octubre ¡Incluso la Lotería de Navidad ya está disponible en verano!" comenta Francisco Torreblanca.
La Navidad es, según él, todo un mundo del que extraer conclusiones comerciales acerca de cómo se comportan marcas y consumidores. Un mundo en el que la publicidad es protagonista y que, paradójicamente, genera una imagen positiva de esta época.
Tal y cómo nos cuenta la psicóloga Carmen Cobo, "por la publicidad y por los medios de comunicación la Navidad está 'programada' para que afloren sentimientos positivos".
El amor, la solidaridad, el cariño, la ayuda, la unión, la armonía, la esperanza, los reencuentros y la amistad son algunos de los sentimientos que las campañas de Navidad buscan transmitir.
Pero volviendo a la Navidad cómo estrategia comercial, hay quienes ven la otra cara de la moneda, aquellos que no entienden una Navidad que se mide en concepto de precios y cantidades.
Son los que la ven desde la fe y la conciben como una tradición basada en la religión, una celebración en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén el 25 de diciembre del año 4 a. C.
El arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, explicó en su mensaje de Navidad del pasado año en nombre de los obispos españoles, que se trata de “una noche de la historia” en la que "la Iglesia invita a toda la humanidad a no perder la oportunidad de ver y acoger la Luz de Dios".
La Conferencia Episcopal nos cuenta que "el arraigo cristiano de estas fiestas, lejos de fomentar un gasto desmesurado, aporta una serie de valores que siguen presentes hoy y que se acentúan en estas fechas". Son el " dar y el recibir".
Según ellos, durante estos días la Iglesia invita cada año a volver a descubrir los detalles valiosos de la vida y a dar lo mejor de nosotros a quienes nos rodean. Por esto, para los cristianos, la Navidad no es una herramienta para el beneficio comercial, sino que se trata de una época llena de luz y de esperanza.
Por otro lado, asociaciones sin ánimo de lucro como la antes mencionada, Reyes Magos de Verdad, consideran que "es verdad que con los años se ha perdido la esencia de la Navidad y se está convirtiendo en algo demasiado materialista".
Sin embargo, a su parecer, el espíritu navideño no debería estar enfocado en los regalos en sí, sino en el que alguien piense en nosotros, "en compartir con el que menos tiene".
Contradicción número cuatro
Sentimientos encontrados
La última contradicción de la Navidad es la que atiende a los sentimientos, a lo más humano de esta celebración. La ilusión, la fraternidad y la felicidad son habituales de estas fechas; pero también lo son la soledad y la ansiedad social.
Algunos sentimientos comunes en Navidad son el estrés por la organización de celebraciones y por tener que comprar regalos; lidiar con el duelo; enfrentarse a trastornos alimenticios en épocas de comidas y cenas familiares; y el temor de algunas personas a tener que afrontar situaciones sociales.
La psicóloga Carmen Cobo nos cuenta que la soledad está empezando a ser considerada como la nueva pandemia por los expertos. Una pandemia que afecta tanto al estado de la salud física como la mental del individuo durante cualquier época del año.
Según ella, "en estas fechas tan especiales, este estado y sentimiento de soledad, por lo general, se incrementa sobre todo para aquellas personas que no desean estar solas, afectando a su estado emocional".
Se trata de una época en la que "suele aumentar la tristeza, la apatía, la anhedonia o falta de interés y placer; en la que surgen también pensamientos de desesperanza, falta de autoestima y desciende el autocuidado, entre otras manifestaciones".
Sin embargo, es también una época en la que priman sentimientos positivos como el amor, la alegría, la unión, la caridad, la protección por los niños y los mayores, la esperanza, el agradecimiento, la amistad, los reencuentros, la entrega, el perdón, la paz y los nuevos propósitos.
De hecho, según la psicóloga, "probablemente este año, especialmente después de las últimas dos navidades en las que muchas familias no se pudieron juntar por la pandemia que hemos vivido, estos sentimientos afloren con más fuerza".
La ilusión se hace también presente a la hora de regalar. Por ejemplo el diseñador Roberto Verino ha sacado una campaña de Navidad bajo el eslogan #pequeñosgrandesdetalles. Un manifiesto a favor de dónde radica la verdadera esencia de regalar: en sorprender, acertar y mimar a la persona a la que se dirige el regalo.
Una campaña con la que la marca gallega apuesta por el color, por “huir de la tristeza de años pasados y poder volver a sonreír con fuerza ante un árbol, una mesa, un café con amigos o un abrazo”, señala Verino.
Según el diseñador, es importante celebrar la Navidad "dando valor a los pequeños gestos y a los detalles; porque en definitiva, eso es lo que de verdad importa".
La Navidad es, en efecto, época de contrastes, de contradicciones. Cada persona decide que cara de la moneda le representa: si la de la solidaridad o la de la disparidad; si la de la ilusión y el amor o la de la soledad y la ansiedad social; si la de la tradición religiosa o la de la estrategia comercial.
Una época que se presenta inminente en nuestros calendarios, en la que deberemos decidir desde que espectro mirar, que cara de la moneda caerá.