Aunque no esté reconocido a nivel científico, el movimiento 'new age' lleva décadas hablando de cómo el nuevo milenio –ese en el que ya llevamos más de dos décadas inmersos– traería consigo toda una revolución. Muy vinculado al plano espiritual, dicen que la humanidad mejorará mediante la alteración genética de una o más generaciones. El resultado son los conocidos como 'niños del tercer milenio'.
Según explica el 'new age', son estos niños y niñas los que tienen la llave para concienciar a sus contemporáneos y liderar los grandes cambios. Entre ellos, están los niños y niñas arcoíris, que se encuentran a medio caballo entre los de cristal y una tragedia familiar.
¿Qué son los niños y niñas arcoíris?
Se tratan del tercer eslabón de las teorías 'new age', que surgieron a partir de los años 60 del siglo pasado. Los pequeños arcoíris suelen llegar tras la pérdida de un hijo o hija en la familia, ya sea tras una muerte perinatal –a partir de la semana 22 de gestación, durante el parto o durante los primeros siete días de vida del recién nacido– o neonatal –durante el primer año de vida de un bebé–.
Se dice que los niños y niñas arcoíris no llegan como sustituto de la criatura fallecida. Más bien, son un soplo de aire fresco tras el duelo. Según la corriente pseudocientífica que es el 'new age', nacen para llenar de alegría y armonía a esas familias que viven un duelo de estas características.
¿Cómo son?
Tal y como ocurre con los niños y niñas de cristal o las índigo, el nombre de esta supuesta generación deriva de su aura. Esto, dicen las teorías 'new age', hace que se sientan atraídos por la ropa, los juguetes y los objetos de colores vivos y llamativos.
Además, se dice que son personas generosas, cariñosas, tiernas, sensibles, espirituales y dotadas de una capacidad sin igual para empatizar con los sentimientos de los demás. Se trata, dice esta pseudociencia, de gente altamente creativa, inocente y sin malicia. Son, además, personas activas, valientes, con gran fuerza de voluntad y muy pacifistas.
Se dice también que es fácil convivir con estos niños y niñas, pero que también requieren de mucha comprensión. Sobre todo, teniendo en cuenta que son pequeños que llegan tras una pérdida, necesitan muchas explicaciones y pedagogía para entender que tuvieron un hermano o hermana al que nunca conocerán.
Claves para superar un duelo
Una pérdida en un embarazo o posparto es una situación complicada a la que, según datos del Banco Mundial, en 2020 se enfrentaron en 17 de cada 1.000 nacimientos en todo el planeta. No hay una manera correcta (o incorrecta) de vivir el duelo tras una pérdida de este tipo. Sin embargo, los expertos recomiendan algunas pautas básicas.
El 'un, dos, tres' del duelo
Habla de cómo te sientes. Tras una muerte perinatal o neonatal, es totalmente normal que a la madre le asalten pensamientos de todo tipo, incluso de culpa. Habla de ello, pregúntale al personal sanitario cualificado todas tus dudas, comparte tus miedos y pide ayuda.
Busca ayuda profesional. Aunque pienses que no la necesitas, probablemente te reconforte y ayude en las fases del duelo buscar ayuda de profesionales cualificados, de psicólogos y psiquiatras, de terapeutas, que te ayuden a aceptar la situación, especialmente si esperas la llegada de un niño o niña arcoíris.
El duelo forma parte de la vida. Ante cualquier tipo de pérdida, el duelo se instalará en tu vida. Es un proceso por el que todos los seres humanos necesitan pasar para asimilar la muerte y continuar con la vida. Una vez más, no te avergüences por necesitar ayuda para superarlo y procesar tu duelo.