Steffana Guzmán es de México y desde siempre sintió pasión por la pastelería . Estudió en San Francisco para convertirse en repostera y hoy tiene su propio negocio en Madrid, con el que ofrece servicios de catering para eventos. Además, diseña cartas de postres para restaurantes muy reconocidos de la capital siguiendo un modelo B2B.
Sus platos se caracterizan por la creatividad y el gusto estético. Steffana entiende la pastelería como una forma de creación artística. Por eso, para ella es fundamental encontrar el equilibrio entre sabor y presentación en sus postres. La originalidad es la carta de presentación y la mejor baza de la repostera con respecto a su competencia.
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Sin embargo, la profesión no es fácil, es una carrera de fondo que implica muchas horas y sacrificio. Por eso, requiere de tres aspectos fundamentales para lograr el éxito: dedicación, vocación y pasión.
Steffana nos cuenta qué le motivo para crear su propio estudio, cuales son sus fuentes de inspiración, qué es lo que más le gusta de su trabajo y cuales son los retos a los que se enfrenta diariamente.
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¿De dónde viene tu amor por la repostería? ¿Cuándo empezaste a interesarte por ella?
De chiquita me encantaba, nunca salía de la cocina y empecé un negocio. A los catorce ya me pedían pasteles y me empezaron a conocer. Desde siempre he sido de estar estar todo el día en la cocina y al final me di cuenta de que era lo quería hacer, que de eso quería vivir y que era mi pasión. No he parado hasta ahora.
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Hace unos años participaste en un concurso de repostería aquí en España ¿Porqué decidiste adentrarte en el mundo de los reality shows culinarios y cómo crees que afectó a tu manera de ver la repostería o de trabajar?
Antes de participar en el reality yo era vegana. Lo estuve siendo durante dos años y durante ese tiempo dejé la pastelería porque no podía trabajar con huevos, con leche y con ese tipo de alimentos.
Fue entonces cuando la gente me empezó a comentar que había un casting para este programa. Lo acabé haciendo y terminé ahí, y aunque yo en realidad no quería tele, el programa me hizo regresar a lo que me apasiona, a la repostería. De hecho, después del reality cree mi propio estudio.
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¿Qué te motivó a crear tu propio negocio? ¿Dónde encontraste la inspiración y la motivación para hacerlo?
Cuando estudiaba hice mis prácticas en San Diego, California con un chef francés muy reconocido, de hecho, es campeón del mundo. Nunca le había dado prácticas a nadie, pero le propuse trabajar doble jornada y aceptó.
No me pagaban, pero era mi pasión. Trabajando allí me di cuenta de que mi aspiración era llegar a tener un negocio como el suyo. Él fue mi padrino profesional y el que me inspiró. Me enseñó más que el colegio porque con él practiqué día a día, 13 horas al día.
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Una jornada de 13 horas debía ser muy dura ¿consideras que es uno de los retos de la profesión? ¿qué consideras que es lo más difícil de la profesión?
Trabajar trece horas era duro, pero era yo la que proponía abrir y cerrar todos los días. Me decían que trabajase seis horas y yo prefería estar más tiempo, lo hacía por pasión. Lo más duro de la profesión es probablemente eso, el horario y los días de trabajo, porque como en todos los negocios de hostelería nos toca trabajar cuando la gente está disfrutando.
En mi caso, también fue difícil convertir la idea en negocio. Mucha gente me decía que no lo veían como algo seguro teniendo en cuenta que empezaría en otro país. Consideraban que en México lo tenía más fácil porque conocía a más gente.
También, otra dificultad es enfrentarse a que la gente comprenda el valor de las tartas. A mí me gusta experimentar y entender la repostería como una creación artística. Mucha gente está acostumbrada a ciertas cosas y no quieren salirse de ahí. Por eso todavía no entienden lo que valen mis pasteles, hay mucha incomprensión sobre el trabajo que lleva cada uno.
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¿Qué dirías que diferencia tus pasteles y tu repostería en general de los de otras marcas? ¿Cuál crees que es el elemento diferenciador de tu repostería?
Creo que la creatividad. Siempre trato de innovar y de no hacer lo típico. Intento profundizar para que lo que hago genere impacto visual. Me gusta que los pasteles y las tartas sean bonitos, que tengan una estética perfecta. Se trata de unir el sabor con la originalidad. Además, trabajo también para algunos restaurantes y creo que la exclusividad también es un elemento diferenciador, que la gente solo pueda encontrar mis platos en esos lugares.
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Es decir, ahora mismo no dedicas exclusivamente a tu catering sino que tienes más proyectos.
Sí, empecé trabajando en eventos, hice uno para Cartier, otro para Fendi y también participé en bodas. Ahora hago B2B, es decir, diseño la carta de postres a algunos restaurantes. Por ejemplo para el restaurante Bakan, para Quinto elemento y estoy empezando a trabajar con el grupo Larrumba.
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La mayoría de estos postres son de estética muy creativa como has dicho ¿en que te inspiras para crear la apariencia y el diseño de tus tartas y pasteles?
La verdad, en cualquier esquina. Caminando por la calle, observando los edificios y a las personas. Es verdad que encuentro mucha inspiración en la moda. Cualquier vestido que vea, cualquier escaparate me inspira.
Cuando era pequeña solía ir a la Fashion Week de Nueva York y era una gran inspiración para mí, de ahí sacaba muchas ideas para los postres. No es que me gustara la moda específicamente, es que me inspira el arte en general.
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¿De todos tus platos cuáles son los platos estrella, los que más te piden o los que más éxito suelen tener? ¿Por qué crees que lo son?
Uno es un tres leches y es por el que conseguí gran parte de mi clientela. Lo probaron y les encantó. Es algo muy sencillo que puedes encontrar en cualquier sitio, pero mucha gente dice que es el mejor que han probado. Otro es un caviar falso con sabor a pistacho, este más por cuestiones estéticas porque es algo diferente. Es visualmente bonito y tiene muy buen sabor.
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De todo lo que has comentado ¿qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Probablemente trabajar con otros chefs, con personas con una gran trayectoria, que han trabajado en muchos sitios y de los que puedo aprender. Para mí aprender de ellos y contar con su reconocimiento, es decir, que les guste mi trabajo, es muy satisfactorio.
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¿Cuáles son tus objetivos o metas profesionales como repostera a corto y largo plazo?
Me gustaría seguir trabajando con más restaurantes y también quiero abrir mi propia cafetería. También, algo que siempre he querido hacer es una exposición. Me gustaría exponer mis postres en un local para que la gente pueda verlos. Sería como una especie de museo en el que los pasteles figuren como piezas de arte.
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Y ¿cuáles son tus objetivos o metas profesionales como repostera a corto y largo plazo?
Me gustaría seguir trabajando con más restaurantes y también quiero abrir mi propia cafetería. También, algo que siempre he querido hacer es una exposición. Me gustaría exponer mis postres en un local para que la gente pueda verlos. Sería como una especie de museo en el que los pasteles figuren como piezas de arte.
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Para terminar Steffana, ¿que le dirías a alguien que se quiere desempeñar como repostero a nivel profesional pero que no sabe por dónde empezar?
Le diría que no tenga miedo, que no se deje convencer por la idea de que de esto no se puede vivir. Si de verdad tiene pasión y sabe que es lo suyo le diría que le ponga horas.
Es una profesión que implica sacrificios, va a tener que trabajar los fines de semana y, a veces, levantarse a las tres de la mañana, que es lo que yo hago ahora, pero al final todo merece la pena. Y también que trate de diferenciarse, hay muchos pasteleros y para sobresalir hay que tener imaginación y buscar siempre la calidad.