A las puertas del 8M, un estudio elaborado por Ipsos sobre el estado de opinión de la población de 32 países acerca del feminismo y sus implicaciones, señala que España encabeza la lista de países europeos más concienciados en torno a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
En nuestro país, más de la mitad de la población (53%) se identifica como "feminista": nueve puntos más que hace sólo cinco años (44%). Hoy en día, Portugal (46%) y Francia (45%) se sitúan muy por detrás de España. Al mismo tiempo, los que no se adscriben a esta etiqueta han bajado hasta el 36%.
Sin embargo, al ritmo que crece la concienciación en torno a la igualdad y la justicia de género, se está produciendo un efecto colateral, que es la creencia de que estos fundamentos políticos estarían propiciando la discriminación de los hombres. Se trata de una opinión que comparte, también, el 53% de la población: de aquellos que piensan así, el 61% son varones y el 44% son mujeres.
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Sin embargo, la radiografía se complica si atendemos a que el 58% de la población en España, sólo por detrás de Portugal (67%), reconoce que la igualdad de género está reportando beneficios para hombres y mujeres, un grado de concienciación que a nivel internacional supera por poco la mayoría (53%).
La lucha por la igualdad supone un cambio de paradigmas en muchos sentidos: ¿Puede llegar a verse como un elemento polarizador de la convivencia? Sea como fuere, tanto a nivel global como nacional, impera la convicción de que las mujeres no lograrían la igualdad sin la contribución de los hombres. Así lo piensan nueve de cada diez personas en el mundo y un 61% de los encuestados en España.
El grado de compromiso por la igualdad
Esos datos se relacionan con una capacidad social creciente para detectar el sexismo. El estudio pone de relieve que, en la media global, un 27% de las personas han observado comportamientos sexistas en su entorno más cercano: un porcentaje que se eleva hasta el 38% en el caso de España, situándose como el segundo país europeo donde más se producen, sólo por detrás de Portugal (41%).
Además, un 15% admite haber presenciado casos de discriminación sexista en el entorno laboral, situándose a la cabeza de la lista europea junto a Italia, mientras que un 10% reconoce haber sido testigo de acoso sexual.
En cuanto a qué puede hacer cada persona para combatir la desigualdad, en la media de los 32 países analizados, un 56% señaló que había pasado a la acción y un 37% admitió no haber emprendido ningún cambio específico en su vida.
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A nivel global se observan cambios de tendencia en la manera en que se afronta el machismo: un 32% mantiene conversaciones abiertas sobre igualdad con sus amigos y familiares; un 21% pone freno a quien, en su entorno, hace comentarios sexistas; un 21% habla de las desigualdades entre hombres y mujeres en su entorno laboral. En un nivel más extremo, un 12% afirma haberse enfrentado a un acosador sexual en el momento preciso.
Cabe destacar que la igualdad y sus derivados han aumentado su presencia en las conversaciones que se producen entre familiares y amigos en España, formando parte del día a día del 35% de la población. Es un dato, el del 2023, que supone un repunte de 17 puntos porcentuales en sólo cinco años.