La sociedad en la que vivimos nos ha llevado a muchos de nosotros a creer que la felicidad es algo que hay que buscar. Por muchos avances que hayan revolucionado la tecnología y la ciencia, todavía muchas personas no han encontrado la respuesta acerca de donde encontrar el bienestar total, sin saber que buscarla en los placeres materialistas, es un error. La verdadera felicidad no está en una meta o resultado, si no en cómo vivimos nuestra vida e interactuamos con el mundo que nos rodea.
Este estado de ánimo es tan subjetivo que las personas pueden encontrarlo en diferentes circunstancias, personas y momentos. Mientras que hay gente que encuentra felicidad cuidando a los demás, en las conexiones espirituales, pasar tiempo en la naturaleza o estar en constante aprendizaje, otras muchas lo descubren en actividades, relaciones o empoderamiento personal.
Lo cierto es que muchos factores relacionados con la felicidad están fuera de nuestro control, como la genética y las circunstancias de la vida; sin embargo, a pesar de ello, existen ciertas técnicas conscientes a nuestro alcance que pueden proporcionar un impulso confiable. Y están lejos de ser lo que buscamos cuando el estado de bienestar se aleja de nosotros.
[La filosofía japonesa del Kintsugi para encontrar la felicidad y superar cualquier problema]
La felicidad no solo está definida por los intereses de cada persona, sino que cada país tiene su propio secreto para encontrar, trabajar o mantener la felicidad. Desde el Xingfu de China, que consiste en buscar lo que nos aporte un verdadero sentido de propósito hasta el Petta reddast, en Irlanda, que promete que al final todo saldrá bien, cada una de las personas que sigue estos movimientos busca el mismo final: el bienestar absoluto.
Si hay un país que conoce la felicidad plena y lucha por conservarla es Japón, donde la cultura y las tradiciones milenarias esconden secretos para una vida plena. Para ellos, el bienestar es algo que sale de dentro, un estado emocional y duradero, sentirse bien con ellos mismos como manera profunda sin la necesidad de llevar una vida espectacular. Además de esta filosofía, el país del sol naciente cuenta con diferentes técnicas que todos podemos adoptar.
Este es el sencillo hábito japonés para despertarse más feliz
En Japón, hay diferentes factores importantes que en otras partes del mundo son relevantes, pero no fundamentales. Uno de ellos es el silencio. La ausencia de ruido y los eufemismos o afirmaciones vagas tienen en la comunicación japonesa una importancia vital. El haragei es, literalmente, el arte de usar el vientre (nuestro interior) para interpretar a otras personas sin usar el habla.
La tradición Zen, que tiene raíces en el budismo, es un elemento crucial de la cultura japonesa y se enfoca en la atención plena y la concentración en el presente, lo que a menudo se logra a través del silencio. En su cultura, está muy valorado y forma parte de una de las técnicas más sencillas por las que logran llegar hasta la felicidad y el bienestar, a través de la paz interior.
Esta importancia del silencio les lleva a mantener una rutina antes de dormir y es dedicar tiempo a actividades tranquilas y con mucha ausencia de ruido. En muchas ocasiones, cuando tenemos preocupaciones, ansiedad, cansancio o no dormimos bien aunque queramos y nos sintamos agotados, es porque nuestro cerebro permanece demasiado activo. Los japoneses buscan eliminar ese estado.
Existen muchas actividades tranquilas y silenciosas que podemos realizar antes de meternos en la cama, como la meditación o la lectura, pero una de las que destaca es el yoga. Esta actividad para dormir propone dedicar apenas diez minutos a respirar de manera relajada, algo que puede ayudar a conciliar el sueño de una manera más rápida, sencilla y, sobre todo, despertar más sereno y feliz. Además, esta actividad también permite que nuestro cuerpo se relaje.
Otros hábitos que realizan los japoneses para ser más felices
Además del silencio, los japoneses tienen una filosofía muy extensa que les hace mantenerse en un estado de bienestar. Todas ellas las practican de forma constante para nunca alejarse de la paz interior, pero también de una tranquilidad física que pueden controlar.
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La importancia del orden. Para los japoneses ya no solo es importante el orden en el hogar y espacios físicos, sino también en la mente. Procurar disminuir el estrés y promover una sensación de control, que podemos conseguir a base de organización y preparación previa para que las ideas no se nos acumulen y nos estresemos antes de tiempo.
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El baño nocturno. Los japoneses se toman un baño a diario antes de acostarse, el ofuro o bañera japonesa es un lugar para relajarse y calmarse con el sonido del agua, donde también interviene el silencio y la paz interior.
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Reflexionar por las noches. Así como organizamos nuestra mente antes de que suceda, los japoneses velan por reflexionar sobre el día cuando cae la noche y enfocar la mente en lo positivo.
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Una sopa en la cena. Tal y como pasa con el baño, la sopa es algo fundamental en la rutina nocturna de los japoneses. En especial, la sopa miso, relacionada con la longevidad y que aporta diferentes beneficios, entre los que destacan un efecto reconfortante y calmante, ideal para terminar el día.