Es lógico sentir que la vida es una competencia constante contra el reloj, corremos al trabajo, llegamos tarde a la universidad, se nos ha olvidado la cita en el dentista o el despertador no ha sonado y nos hemos quedado dormidos. Un día más. Estamos rodeados de tareas que cumplir, objetivos a los que llegar, vamos de un lado a otro, hacemos mil cosas y parece que nunca tenemos un segundo para respirar. Buscamos reducir esta sensación, pero muchas veces no encontramos tiempo para las actividades que pueden conseguirlo. Otras, simplemente, no sabemos cómo podemos relajarnos y llegar a un estado de paz mental.
En un repaso a los datos combinados de Eurostat, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), el Banco Mundial, Reuters y el Fondo Monetario Internacional, entre otras instituciones, España figura como quinto país con mayor nivel de estrés entre los miembros de la Unión Europea. Lo que hace mucho más común, que cada día vivamos con la sensación de que el mundo se hace pequeño, o va demasiado rápido, en comparación a nosotros.
Este sentimiento trae consigo miles de consecuencias, que varían en cuanto a cómo y en qué nivel lo experimentemos, como dolor de cabeza, caída de cabello, insomnio, mala memoria o, directamente, efectos que interfieren directamente con nuestra vida cotidiana, como la dificultad de concentración, toma de decisiones y la imposibilidad de ser productivos.
En este punto, pensamos en cómo las personas han podido dejar a un lado este sentimiento, para centrarse en su vida cotidiana. Ya no solo quienes nos rodean, sino todos esos empresarios de éxito que tienen que lidiar con cargas enormes, que están constantemente expuestos al público y el mínimo acto que se salga de la línea puede desembocar en un desastre. Más que pensar cómo lo hacen ellos, podemos, simplemente, aplicar sus técnicas a nuestra vida diaria.
Dentro de todas las reflexiones que proponen referentes de este siglo, hay una de ellas en la que muchos coinciden: la poca relevancia que tiene el armario en sus rutinas. Es el caso de personalidades como Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y actual CEO de Meta, que viste sin grandes lujos, el fundador de Apple, Steve Jobs, al que recordamos con un jersey negro y unos vaqueros y también, Bill Gates, cofundador de Microsoft que defiende que la ropa es normalmente una fuente de gastos excesivos e "innecesarios".
Qué es la teoría del armario
La teoría del armario es un método simple que surgió a partir de que el empresario Bill Gates quiso entender por qué se genera el estrés y la baja productividad en los ambientes laborales. Tal y como hemos explicado, no ha sido el único que ha implementado esta mentalidad en su rutina, ya que cuando nos fijamos en personas de su misma talla, podemos poner sobre la mesa sin equivocarnos que todos pensaron en un momento determinado cómo influenciaba la ropa a su vida.
Esta mentalidad no es otra cosa que evitar perder tiempo cuando nos vestimos por las mañanas, reduciendo el número de posibilidades que tenemos para elegir un outfit, lo que permite ahorrar tiempo y dedicarlo a aquello que creamos prioritario. El armario de Bill Gates, se basa en, simplemente, básicos esenciales. Lo que se conoce en estos últimos años como armario cápsula.
Si simplificamos esta teoría al máximo podemos obtener la viva imagen de lo que era Steve Jobs, todos los días el mismo atuendo. Pero incluso, personalidades como Barack Obama entendieron cómo no decidir todos los días qué ponerse podían cambiar por completo su estrés a lo largo del día. Para el medio Vanityfair, el expresidente lo confesó: "Verás que solo llevo trajes grises o azules. Estoy tratando de reducir las decisiones. No quiero tomar decisiones sobre lo que como o uso. Porque tengo muchas otras decisiones que tomar".
La ciencia ha demostrado que tener un armario sobrecargado y desordenado genera estrés, lo que a la larga puede ser perjudicial para la salud y el cerebro. De hecho, nuestros cerebros tienen una reserva limitada de energía para tomar decisiones. Decidir cada mañana qué ponernos no es "verdaderamente importante", sino que es algo que podemos eliminar, al menos, evitarlo por las mañanas.
Según esta teoría, únicamente deberíamos tener un armario con lo esencial, un solo abrigo para los días de invierno o las mismas camisetas para el verano. Algo tan fácil como esto, es clave para Gates a la hora de disminuir el estrés a la larga y focalizarse en la productividad. Ese tiempo que ganamos podemos dedicarlo a otras cosas y además, evitamos ese sentimiento de tensión y agobio si no tomamos una decisión rápida.
Llevar siempre la misma ropa o tener siempre un mismo estilo al que poder recurrir tiene un gran sentido. Al final, es una cuestión de organización y de comodidad. Con este método, el empresario asegura tener "menos estrés" a lo largo del año, algo que de forma indirecta le lleva también a ser más productivo. Además, defiende que te hace tener una apariencia identificable y asegura que nunca más llegaremos tarde por no saber qué ponernos.