Varios meses pensando en el destino, varias semanas preparando el equipaje, varios días cerrando las maletas y, por fin, faltan pocas horas para disfrutar de las vacaciones. El tiempo ha pasado y es el momento de descansar, pasear, leer, hacer ejercicio o descubrir nuevos paisajes, no obstante, organizar una escapada familiar puede suponer todo un desafío. 

Elegir un destino adecuado para pequeños y adultos no siempre es fácil. ¿Es seguro el lugar? ¿Nos gustará la comida? ¿Es suficiente con el botiquín básico? ¿Será muy largo el trayecto? Para despejar cualquier tipo de duda, la información previa antes de marchar por el mapamundi es esencial para disfrutar de unas vacaciones donde prime la construcción familiar y no el desacuerdo general. 

En función de la edad

Priorizar las necesidades infantiles y adaptarse a la edad de los más pequeños es el objetivo de estas vacaciones. Por ejemplo, sería desaconsejable una escapada de aventura a un lugar remoto donde las actividades a realizar fueran incursiones en la selva amazónica o excursiones peligrosas si este viaje fuera con un niño de pocos años. 

Por el contrario, si la salida es con adolescentes, hacer caminatas en medio de la naturaleza y participar en la construcción del itinerario puede suponer toda una aventura. El increíble Valle de Ordesa, en Huesca o la zona del Matarraña en Teruel, son escapadas que abren los pulmones y permiten conocer la increíble variedad paisajística y natural de nuestro país. Siempre dependerá de la personalidad de cada muchacho y variará según la edad y la inquietud cultural. 

¡Vamos con coche!

Si la elección es a nivel nacional, las opciones de destinos se amplían tanto que son inabarcables y las propuestas pueden variar desde la visita a diferentes pueblos del norte como el recogimiento que ofrecen las zonas rurales. Obviamente, la criatura no debe de marearse en el vehículo porque si no, el desplazamiento puede ser un tormento. Un destino costero ideal es la Playa de Los Enebrales, en Punta Umbría, Huelva, o la Playa de la Malvarrosa, en la ciudad de Valencia, donde, además, se puede visitar el Bioparc y el Oceanogràfic. 

Oceanografic de Valencia JCmotive

Para el trayecto hasta el destino, las paradas son prácticamente obligatorias para descansar, comer, cambiar el conductor y refrescarse. Hay que tener en cuenta que, amenizando el trayecto, los kilómetros se hacen más cortos, así que sería ideal buscar canciones infantiles, jugar a las adivinanzas, proponer chistes cortos y distraer a los más pequeños con juguetes aptos para su edad. 

¡El primer viaje en avión!

¡Qué emoción subir por primera vez a un avión! Aunque el bebé sea pequeño, hacerle sentir parte de esta experiencia es primordial para que la viva con alegría y normalidad. Un buen suministro de cuentos o, incluso, manualidades como la plastilina o los juegos en familia pueden distraer a los niños. Otra alternativa que ponen en práctica los padres con los que se ha consultado para elaborar este artículo es incluir en la maleta unos auriculares aptos para la edad del pequeño para que pueda oír su música, la que escucha normalmente para dormir o para relajarse.

Estar pendientes de los horarios para no volar a horas intempestivas y desestabilizar su sueño es otra idea útil para despegar sin nervios, y hacer estos primeros trayectos a lugares donde la duración del vuelo no exceda las tres o cuatro horas también ayuda a evitar el cansancio. Las islas Canarias o las islas Baleares pueden ser buenos destinos a la hora de iniciarse en los viajes familiares con niños.

¡Nos vamos al extranjero!

¿Vais a viajar a países fuera de una Unión Europea? Entonces, es fundamental llevar siempre la documentación necesaria. Una técnica infalible y recomendada por todas las personas que viajan es guardar en uno de los bolsillos de la maleta las fotocopias de los DNI y pasaportes de todos los miembros de la familia. De esta manera, en caso de pérdida o robo de los documentos originales, siempre se puede acreditar la identidad del turista.

Además, es aconsejable valorar las diferentes opciones que brindan los seguros de viaje y tener toda la información sobre la asistencia y cobertura sanitaria del lugar elegido. Consultar en el Ministerio de Sanidad si son necesarias las vacunas para visitar el país y preparar un buen botiquín acorde con el lugar es imprescindible cuando se viaja al extranjero con niños. Marruecos o Túnez son países muy hospitalarios y cercanos que reciben a los niños con una sonrisa. También se encuentran cerca de España y la conexión aérea es muy buena. 

La mejor compañía

Lara cumple tres años en junio y acaba de volver de un viaje a Egipto con sus padres. Según Ana, su madre, la pequeña se lo ha pasado mejor que ellos. "Cuando preparamos el viaje, elegimos los hoteles en función de calidad y no escatimamos dinero en los lugares donde comimos. Aunque Lara no le hizo mucho caso a las Pirámides o los Templos, fue muy feliz estando con nosotros y nosotros disfrutamos mucho estando con ella".

Padre e hija en la pirámide de Keops en Giza iStock

Las conclusiones a las que llega el matrimonio después de realizar este viaje con su hija es que a los niños de una edad determinada no les hacen falta muchas actividades lúdicas: ellos disfrutan de las cosas más sencillas. En este caso, Lara fue muy feliz probando sabores que no conocía o refrescándose con su madre en la piscina del barco que cruzaba el río más largo del mundo. 

Hacer la maleta

Hay que pensar bien que necesitan los niños y reducir a lo indispensable todos los artículos que no sean prioritarios. Además de las diferentes mudas diarias y las que se cogen "por si acaso", un buen consejo es informarse si el hotel o el apartamento elegido dispone de lavadora para poder utilizarla durante la estancia. Este detalle reduce la maleta y deja espacio para otros objetos que pueda necesitar el bebé, como los accesorios del baño, el neceser, los biberones o los chupetes. 

El clima y la improvisación 

Preparar la maleta viene precedido del clima en el destino. Con una temperatura cálida es más fácil hacer la maleta: la ropa de verano ocupa menos espacio, aunque es posible que se necesiten más cosas. Por ejemplo, si el lugar tiene playa o se va a disfrutar de actividades acuáticas, habría que dejar espacio para una toalla de microfibra y unas gafas de bucear. Si, por el contrario, se va a viajar a Islandia, da igual la época de año que se elija, siempre será imprescindible llevar una chaqueta impermeable y unos buenos calcetines. 

Sea donde sea el destino, es una tarea de los padres promover que los más pequeños tengan ilusión por las cosas que van a ver o por las personas que van a conocer. Otra buena idea es que dibujen los momentos que más les han gustado de la jornada en una libreta personal donde vayan anotando el día a día. Con la ayuda de los padres, escribir sus opiniones, guardar las entradas de los monumentos que han visitado y a la vuelta, incorporar fotografías de su experiencia. 

Esto creará un bonito recuerdo que irá en aumento a medida que el pequeño vaya viajando y, una vez se tiene en cuenta los consejos mencionados, hay que dejarle espacio a la improvisación y a la aventura: no hay que olvidar que ¡son vacaciones!