España es el país más vulnerable al cambio climático de Europa. El verano 2023 fue el más cálido desde que tenemos registros y, aunque esta temporada el clima esté siendo más moderado, es cierto que el termómetro parece subir cada día. Especialmente, cuando nos vamos a dormir.
La ola de calor ha tenido un impacto significativo en el bienestar de miles de españoles, especialmente en el ámbito del descanso. Las temperaturas nocturnas, que en muchos casos no bajan de los 25 grados, han dificultado enormemente el poder conciliar el sueño, creando lo que se conoce como "noches tropicales".
Esta situación se ha vuelto particularmente complicada en regiones tradicionalmente calurosas como Andalucía, Murcia o Extremadura, pero también en áreas que normalmente disfrutan de temperaturas más moderadas. Por ello, hay quienes ya están recurriendo a diversas estrategias para intentar sobrellevar estas noches difíciles, como método del egipcio: utilizar sábanas húmedas y frías en la cama.
En qué consiste el 'método egipcio'
El calor extremo no solo causa incomodidad física, sino que también altera los patrones normales del sueño. La dificultad para mantener una temperatura corporal adecuada durante la noche provoca interrupciones del sueño y dificulta la transición hacia esas etapas más profundas del descanso, como la fase REM, que es esencial para la recuperación del cuerpo y la mente.
El uso de ventiladores y aires acondicionados ha aumentado considerablemente; sin embargo, no todos tienen acceso a estos recursos debido a su coste energético. Otros optan por métodos más tradicionales, como ducharse con agua fría antes de acostarse, usar ropa de cama ligera y colocar sábanas húmedas en la cama para refrescarse, como sugiere el método egipcio.
El método egipcio es una técnica tradicional que muchas personas han comenzado a usar para mantener la frescura durante las noches calurosas. Esta técnica se inspira en prácticas antiguas utilizadas en regiones cálidas para combatir el calor y, por tanto, poder conciliar el sueño y tener energía al día siguiente.
La esencia del método radica en el uso de agua y tejidos ligeros para reducir la temperatura corporal antes y durante el sueño. Es tan sencillo como introducir nuestras sábanas bajo el agua fría de la ducha y escurrirlas por completo hasta que queden frescas y húmedas, pero sin gotear. Una vez hayamos obtenido ese resultado, lo único que tenemos que hacer es colocarlas en la cama.
Además, el método egipcio puede complementarse con otras prácticas para maximizar su efectividad. Por ejemplo, podemos mantener las ventanas abiertas o usar un ventilador para permitir la circulación de aire, lo cual ayuda a enfriar las sábanas ya húmedas, así como a mantener un flujo constante de aire fresco en la habitación.
Para aquellas personas que son sensibles a la humedad o prefieren no tener contacto directo con un paño mojado, una alternativa es colocar una toalla húmeda sobre una silla o colgarla cerca de la cama. Esto también contribuye a refrescar el ambiente, ya que el aire que pasa sobre la toalla ayuda a bajar la temperatura de la habitación.
El método egipcio no solo es una solución práctica y económica para combatir el calor nocturno, sino que también es ecológica, puesto que no requiere el uso de aparatos eléctricos como el aire acondicionado. Esto lo convierte en una opción atractiva para quienes buscan reducir su consumo de energía, al tiempo que mantienen el confort durante las noches calurosas.
Aunque el método egipcio es simple, su efectividad puede variar según las condiciones climáticas y la humedad relativa del ambiente. En zonas con alta humedad, la evaporación del agua es más lenta, lo cual puede reducir la sensación de frescura. Aun así, en la mayoría de los casos, este método proporciona un alivio significativo frente al calor, permitiendo un sueño más cómodo y reparador.