El tipo de hogar más común en España es aquel formado por una pareja, con o sin hijos, que representan un 54 % del total. De los 18 millones de hogares que hay, 3,91 millones están formados por parejas sin hijos, 2,98 millones, por parejas con un solo hijo y 2,76 millones por matrimonios con dos hijos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
A pesar de que estemos lejos de vivir otro baby boom, es cierto que este 2024 las cifras de natalidad no son malas. En enero y febrero de este año hubo un total de 53.080 nacimientos, con una media de 885 al día, lo que supone un incremento del 2,83% respecto al mismo periodo del año anterior, de acuerdo con los datos del organismo ya citado.
Este leve crecimiento supone que aún hay quienes piensan en la maternidad y paternidad: qué nombre poner en el caso de que salga chico, qué apellido va a ir primero o bajo qué principios se construirá la crianza. Este último punto es uno de los más complejos y, de forma general, en el que más fallos se pueden cometer, dando como resultado comportamientos sobreprotectores, ahora conocidos como crianza helicóptero.
Qué es la crianza 'helicóptero'
El término "padre helicóptero" se utilizó por primera vez en el libro Entre padre y adolescente del Dr. Haim Ginott de 1969. En la obra, un adolescente cuenta que su madre lo vigila como si fuera un helicóptero. Con el paso del tiempo y con la llegada de diferentes amenazas, como las redes sociales, el concepto se popularizó.
Hoy en día, se refiere a aquellas parejas que llevan un estilo de crianza sobreprotector y muy involucrado. Al igual que un helicóptero, los padres o miembros de la relación vuelan sobre sus hijos, involucrándose en todos los aspectos de su vida, incluso en los más íntimos. Y aunque este comportamiento en cierta forma sea habitual, cuando se da en exceso puede ser muy perjudicial.
Lo cierto es que la mayoría de los padres quieren lo mejor para sus hijos, por lo que de forma general hacen todo lo posible por ser excelentes proveedores y protectores. Este profundo amor puede incluso empujarlos a ser un poco exagerados; sin embargo, la crianza helicóptero va más allá.
Los padres helicóptero prestan una atención extrema a todo lo que rodea a sus hijos, actividades, tareas, amistades y tiempo libre con el fin de protegerlos del dolor y la decepción, pero también para 'ayudarlos a tener éxito', limitando su libertad de movimiento o de actuación.
Tienden a sentirse muy incómodos, incluso cuando sus hijos están en entornos seguros. Estos padres quieren proteger a sus hijos de cualquier daño, fracaso y decepción, lo que les lleva a ejercer control y vigilancia de cerca el comportamiento de sus hijos para apaciguar estas ansiedades.
Si bien este comportamiento puede ser apropiado para bebés y niños pequeños, los padres helicóptero continúan con este patrón a medida que sus hijos crecen y entran en la edad adulta. De manera similar, también pueden tener rasgos de padres quitanieves, que eliminan todos los obstáculos para sus hijos.
Según un estudio de 2018, este tipo de comportamiento en la infancia está asociado a diferentes problemas en la adolescencia. Los investigadores descubrieron que una crianza excesivamente controladora de un niño a los 2 años se asociaba con una peor regulación emocional y conductual a los 5 años.
Aunque los padres helicóptero tienen buenas intenciones, sus comportamientos pueden causar daño a sus hijos y continuar a medida que se hacen adultos. Este tipo de interferencia excesiva puede privar a los niños de la capacidad de construir relaciones saludables y habilidades de socialización, así como de tomar decisiones o resolver problemas cuando se ven solos.
Este enfoque intenso puede afectar negativamente la salud mental del niño, especialmente cuando entra en la edad adulta, una etapa que generalmente se dedica a establecer la autonomía.
Los expertos explican que, además, esta crianza ha aumentado en los últimos años. Los teléfonos móviles con acceso a Internet y geolocalizadores impulsan a los padres a monitorear a sus hijos, por lo que les es mucho más sencillo tener esa necesidad de saber dónde están.
Los inconvenientes de la crianza 'helicóptero'
La crianza comprometida tiene muchos beneficios para el niño, como sentimientos de amor y aceptación, mayor confianza en sí mismo y oportunidades de crecer. Sin embargo, cuando esta crianza se ve regida por el miedo y la desconfianza, puede provocar grandes problemáticas.
El principal problema de la crianza sobreprotectora es que resulta contraproducente. Los niños pueden terminar haciendo cosas a escondidas e, incluso, pueden llegar a pensar que sus padres no confían en ellos, por lo que también conduce a una falta de confianza.
Si el padre o la madre siempre están ahí para arreglar los problemas del niño (o para prevenirlos desde el principio), el niño nunca va a aprender a afrontar la decepción, la pérdida o el fracaso.
Los padres que siempre se ocupan de atar los zapatos, limpiar los platos, preparar el almuerzo, lavar la ropa y supervisar el progreso en el colegio, incluso cuando los niños ya son mental y físicamente capaces de realizar la tarea, impiden que ellos mismos dominen estas habilidades, por lo que les convierten en dependientes.
Para que los niños se desarrollen, a menudo es necesario que fracasen y aprendan de sus errores mediante el método de ensayo y error. La crianza sobreprotectora limita la capacidad de los niños para aprovechar esta oportunidad y, de hecho, las investigaciones sugieren que este tipo de comportamientos pueden atrofiar el desarrollo cognitivo y emocional del niño.