Según un análisis que combina datos de Eurostat, Reuters, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, entre otras instituciones, España se situaba, en 2022, como el quinto país con los mayores niveles de estrés de toda la Unión Europea. Siendo tres de cada diez españoles quienes reconocen que tienen problemas de salud mental.

Un tercio de los españoles lidian con problemas de ansiedad crónica y estrés constante debido al ritmo acelerado de la vida actual, en el que convivimos con la prisa del día a día, la búsqueda de la perfección en diferentes ámbitos como el laboral o académico y todas las circunstancias que pueden aparecer de forma repentina.

Todos estos datos no son nada más y nada menos que el motivo por el que la sociedad actual busca una vía de escape, como acudir a profesionales o cambiar su perspectiva de vida y dedicar tiempo a ver qué parte de nuestra vida tenemos que cambiar para reducir ese estrés. Una de las soluciones que puede ayudarnos, según algunos expertos, es el niksen, el arte holandés de no hacer nada.

Vivimos con el acelerador pisado. No solo corremos a todas partes, sino que incluso cuando tenemos tiempo libre escuchamos el audio en modo rápido y pasamos los vídeos para llegar cuanto antes al final. Caemos en la trampa de hacer y hacer sin tan siquiera pararnos a pensar cómo estamos mientras vamos corriendo a todas partes

Si hay un país que ha podido darse cuenta de ello son los Países Bajos, donde siguen el arte del niksen, una táctica cada vez más efectiva para combatir el estrés y vivir una vida feliz. Lo más sorprendente de todo es que para conseguirlo, no tenemos que hacer nada.

En qué consiste el 'Ninksen'

En España, psiquiatras como Marian Rojas Estapé han recomendado el niksen como una manera de soltar el pie del acelerador. "Los grandes pensadores, médicos, investigadores y filósofos proponen volver al descanso como método para bajar el ritmo frenético que nos hemos impuesto", comparte la experta en sus redes sociales.

Niksen es un término holandés que se traduce literalmente como 'no hacer nada' o 'estar sin hacer nada'. A primera vista, esto puede parecer simple o incluso perezoso, pero en realidad es una práctica consciente y deliberada de relajación que se ha convertido en una herramienta valiosa para mejorar el bienestar general.

El concepto se originó en los Países Bajos; sin embargo, en un mundo cada vez más acelerado y demandante, los holandeses reconocieron la necesidad de contrarrestar el estrés y el agotamiento mental con períodos de inactividad intencional. No se trata de procrastinar o perder el tiempo de manera ineficaz, sino de permitir conscientemente que la mente y el cuerpo descansen sin la presión de ser productivos o de cumplir con expectativas específicas.

La práctica puede implicar simplemente sentarse y mirar por la ventana, acostarse en el sofá y dejar que la mente divague, o incluso dar un paseo sin un destino particular. La clave es que estas actividades no están dirigidas hacia un objetivo concreto ni están planificadas con anterioridad. A diferencia de otras prácticas de relajación como la meditación o el mindfulness, que requieren cierto grado de concentración o enfoque, el niksen es completamente libre y permite a la mente vagar libremente.

Uno de los beneficios más significativos de niksen es su capacidad para reducir el estrés. En nuestra vida cotidiana, estamos constantemente bombardeados por estímulos y obligaciones que mantienen nuestro cerebro en un estado de alerta casi constante. Esta sobrecarga de información y expectativas puede llevar a niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés, lo que a largo plazo puede tener efectos perjudiciales en la salud mental y física.

"Necesitamos volver a dar cabida en nuestra vida a la pausa mental, a la contemplación, a la reflexión... y, por otro lado, aprender a instaurar lo que yo llamo 'rutinas vitamínicas', es decir, esos hábitos que nos ayuden a mantener cierto orden vital", explica Marian Rojas.

Además, niksen puede aumentar la creatividad y la capacidad de resolución de problemas. Cuando permitimos que nuestra mente se relaje y divague, a menudo hacemos conexiones inesperadas y encontramos soluciones innovadoras a los problemas. Este estado de pensamiento libre y sin restricciones puede dar lugar a momentos de inspiración y creatividad que no se producirían en un entorno más estructurado y enfocado.

En una sociedad que a menudo valora la productividad por encima de todo, tomarse el tiempo para simplemente ser y no hacer nada puede parecer contraintuitivo. Sin embargo, los estudios han demostrado que el tiempo de inactividad es crucial para la recuperación emocional y mental. Permitirnos momentos de niksen puede mejorar nuestro estado de ánimo, aumentar nuestra resiliencia emocional y ayudarnos a mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.

Niksen también promueve una mayor conexión con uno mismo y con el entorno. Al estar en un estado de inactividad consciente, tenemos la oportunidad de prestar atención a nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales. Esto puede llevar a una mayor autocomprensión y a una mejor gestión de nuestras emociones. 

¿Cómo puedo 'no hacer nada'?

Implementar niksen en la vida diaria no requiere cambios drásticos ni una gran cantidad de tiempo. Puede comenzar con pequeños momentos a lo largo del día, como tomar unos minutos para mirar el cielo, escuchar música sin hacer nada más, o disfrutar de una taza de té sin distracciones. Lo importante es hacerlo de manera intencional y sin culpa, reconociendo el valor y la necesidad de estos momentos de inactividad.

Para muchos, no hacer nada no es tan sencillo como parece. De hecho, puede resultar un tanto complicado quedarse sentado y mirar por la ventana, por ejemplo. Para ello, lo ideal es dedicarle unos minutos cada día e ir aumentando si es posible los minutos de inactividad, reservando idealmente una noche a la semana sin citas ni obligaciones.

Mientras que la atención plena se trata de estar presente en el momento, el niksen se trata más de sacar tiempo para simplemente ser y estar, incluso dejar que su mente divague en lugar de concentrarse en los detalles de una acción.