Japón es el país más longevo del mundo por algo. Desde tiempos ancestrales, sus habitantes se han esforzado por cuidar su cuerpo y su mente desde un punto de vista muy filosófico.
De hecho, los proverbios japoneses son una de sus muestras de cultura más conocidas en todo el mundo: tienen consejos y moralejas para todas las situaciones que te puedas imaginar. Y confiesan que funcionan.
Más allá de los proverbios, los japoneses cuentan con un completísimo recetario de la felicidad, que se compone de métodos como el Ukeireru, el Kintsugi, el Oubaitori o el kaizen. Estos abordan diferentes problemas vitales como el amor propio, los conflictos con tu pareja, el buen aprovechamiento del tiempo o la búsqueda de motivación. ¿Quieres descubrirlos? A continuación, la llave de la felicidad japonesa.
Para elevar tu amor propio
La primera de las recetas que te presentamos es el conocido como Ukeireru, y se centra en conseguir una buena relación consigo misma y un sentimiento de amor propio. Aunque, según el psicólogo estadounidense Scott Haas, el Ukeireru "significa mucho más que autoaceptación, es la aceptación de las relaciones en nuestras familias, en la escuela, en el trabajo, en nuestras comunidades… significa aceptar también a los demás", señala. De esta manera, se puede contribuir a fomentar el amor propio.
La raíz de la palabra hace referencia a la actitud que adopta una madre que recibe algo de su hijo, y simboliza una metáfora sobre acoger lo que viene dado, lo que tenemos y lo que nos traerá la vida. De esta manera, y como añade Scott Haas, "el tiempo se ralentiza", ya que se disfruta de él.
Para poner en práctica esta receta japonesa, solo es necesario acostumbrarse a realizar pequeños actos cotidianos que fomenten el remanso y la paz. Por ejemplo, tomarse un tiempo para comer y beber lentamente, disfrutar de la naturaleza, darse un baño caliente, caminar, dormir…
Para relaciones de parejas
Además del amor propio, el recetario japonés de la felicidad contempla el amor de pareja. Y, para este, se creó el kintsugi hace más de 400 años. Dicho método hace referencia a la forma de sobrellevar los conflictos de pareja, y se traduce como "reparación dorada".
El método kintsugi surgió cuando, hace cuatro siglos, el gobernante samurái de Japón rompió su cuenco favorito y un artesano unió las piezas con una mezcla de laca y oro, para ensalzar que lo que un día estuvo roto también forma parte de la historia de ese cuenco. Y no solo eso, sino que su color dorado lo hace más valioso.
Esta es una metáfora que habla sobre aceptar los defectos y las imperfecciones mutuas, y hacer de ellos una virtud. Es la manera de decir a nuestra pareja que no hace falta ocultar las debilidades, sino aceptarlas y trasformarlas en algo de lo que sentirse orgulloso. Por ello, este método fomenta la empatía y el emprendimiento mutuo, además de buscar un crecimiento personal y en pareja.
Para valorar lo que tienes
Como una de las potencias más novedosas del mundo, Japón también tiene recetas para las necesidades que han ido surgiendo a lo largo de los siglos, como las que nos han traído las nuevas tecnologías y las redes sociales. En este caso, los japoneses se han centrado en la envidia y las comparaciones absurdas que se dan en el plano digital, sobre todo tras la creciente oleada de influencers.
De esta manera, el debate sobre quién tiene más estilo, más presencia con las marcas, las mejores vacaciones o una relación ideal con su pareja están a la orden del día entre muchos de los usuarios de Instagram o Facebook.
Y, para quitarnos la manía de compararnos con otras personas, está el Oubaitori. Este concepto, traducido al japonés, es una mezcla de las palabras que designan a los árboles del cerezo, la ciruela, el melocotón y el albaricoque, ya que se entiende que cada florecimiento tiene su propia belleza y no son comparables entre sí.
Para llevar esta receta de la felicidad a la práctica, se deben aplicar cinco sencillos pasos: ser amable contigo mismo, ser agradecido con lo que tienes, cambiar la forma en la que usas las redes sociales, comprender que cada uno tiene sus propias circunstancias e inspirarte en el éxito de otros.
Para sentirte realizado
Por último, la cuarta y última receta de la felicidad japonesa es la llamada como kaizen, y se conoce como la regla del minuto. Además, nació en Japón y fue descrita por Masaaki Imai, un teórico organizacional y consultor de gestión japonés. Este método se puede aplicar en el ámbito laboral, en los estudios, puede servirte para realizar hábitos saludables o pequeñas acciones como hacer la cama o reciclar.
El kaizen o la regla del minuto consiste en dedicarle un minuto al día a aquella tarea que llevas posponiendo tiempo porque te da pereza realizar o porque no encuentras motivación suficiente. De esta forma, el cerebro asume la tarea sin gran oposición, ya que es un periodo muy corto de tiempo.
Además, según la teoría de William James, uno de los padres de la filosofía moderna, si se repite este acto durante 21 días se convertirá en rutina, debido a que ya estará interiorizada.
Estos métodos son solo un ejemplo de la gran sabiduría tradicional japonesa, que pareciera un recetario de la felicidad. En él podrás encontrar todo tipo de consejos y filosofías: desde cómo controlar tu azúcar con vinagre de arroz, hasta cómo saber sobrellevar los problemas con tu pareja de la mejor manera posible.