La sonrisa, ese inocente gesto de simpatía y amabilidad que todas en alguna ocasión hemos esbozado ante situaciones agradables de la vida, podría ser el mismo que te esté impidiendo escalar en la pirámide de poder de tu empresa. O quizás, no.
Existe una teoría desarrollada por Eagly y Karau en 2002 que habla sobre la congruencia del rol hacia las mujeres líderes. En esta se expone de manera abierta que las habilidades de un líder están asociadas de manera directa con características masculinas, y por consiguiente, son lo opuesto por definición a los rasgos femeninos.
La empatía, la flexibilidad ante el cambio, la escucha y un enfoque de trabajo más humano, características asociadas a la mujer de manera generalizada, parecen penalizar a la hora de que una cúpula te perciba como 'apta' para estar al frente de la dirección. Solo un 6% de grandes directivos, son mujeres. Pese a lo bajo del porcentaje, hemos conseguido escalar en 2 puntos desde 2018, lo que demuestra un cambio en el paradigma y plantea una opción: brindar tu mejor y más honesta sonrisa podría ser la llave de tu nuevo despacho como directora de una gran empresa.
Sonrisa de una líder
"En entornos laborales, saludar o iniciar una conversación con una sonrisa abre puertas, predispone a la comunicación y al intercambio de opiniones, ya que puede ser interpretada como una invitación al diálogo y la escucha" explica la psicóloga Gabriela Paoli.
La sonrisa de una mujer líder es una manifestación de su autenticidad y confianza. María Auxiliadora Martín, Fundadora de la Comunidad Mujeres Líderes de América, recuerda una anécdota personal: "En una ocasión, una de mis colaboradoras se acercó a mí muy nerviosa después de cometer un error en un proyecto importante. En lugar de mostrar enfado, le sonreí y la invité a tomar un café para hablar de lo sucedido. Durante nuestra conversación, compartí una experiencia similar que viví en el pasado, y cómo aprendí de esa situación".
Como líder, la empatía es un factor fundamental. "Mi sonrisa y disposición para compartir experiencias no solo aliviaron su ansiedad, sino que también le mostraron que todos somos humanos y que los errores son oportunidades de crecimiento" concluye la Fundadora de la Comunidad.
En su caso, ser simpática y empática es una condición que vive como una fortaleza que las mujeres en puestos de poder deben aprovechar. "A menudo se cree erróneamente que la firmeza y la simpatía son cualidades opuestas, pero en realidad se complementan. Ser simpática no significa ser débil, significa ser auténtica y estar dispuesta a conectar con los demás", concluye.
Una idea que apoya Paoli, "sonreír no quita seriedad, conocimiento, status, competitividad, experiencia o importancia, al contrario, aporta frescura, amabilidad, apertura, que es sin duda mucho más motivante y estimulador a la hora de trabajar en ciertos contextos. Sonreír no debería ser un sinónimo de superficialidad, poca responsabilidad o dejadez".
"No creo que no se pueda ser compasiva y fuerte al mismo tiempo"
Jacinta Ardern
Alineada con esta idea final de la psicóloga, Martín nos trae al presente una de sus citas favoritas de Jacinda Ardern, la ex primera ministra de Nueva Zelanda: "Me han criticado por no ser lo suficientemente agresiva o asertiva, o tal vez porque soy empática, se asume que soy débil. Rechazo totalmente esa idea. No creo que no se pueda ser compasiva y fuerte al mismo tiempo".
Suma un apunte personal, "esta perspectiva resuena profundamente conmigo, ya que creo firmemente que la empatía y la simpatía son cualidades de un liderazgo efectivo. He comprobado que ser así permite tomar decisiones difíciles de una manera que respeta y valora a las personas involucradas" concluye.
Este gesto puede resultar un elemento clave a la hora de promover la comunicación efectiva y construir un ambiente laboral saludable. La expresión de nuestras emociones positivas no limita nuestra competencia, sino que la expande, el secreto del éxito es encontrar el equilibrio entre ser fuerte y accesible. "Lejos de restar profesionalismo, puede mejorar la percepción de competencia y accesibilidad, proyectando una imagen de seguridad y confianza" aporta la líder americana.
Liderazgo femenino
Pese a que algunas corrientes defienden que "el liderazgo no tiene género" y de cierta manera teórica es cierto, pues el género es de quienes lo ejercen, al hablar de liderazgo femenino nos referimos a ese tipo de guía capaz de empatizar con su equipo siendo un referente empático, flexible y también respetable.
"Las redes de apoyo y hacer comunidad generan un aspecto fundamental para las mujeres: el apoyo mutuo. La empatía y la cercanía son características valoradas en el liderazgo moderno, especialmente en tiempos de incertidumbre y cambio. Su integración permite a las líderes conectar con sus equipos a un nivel más profundo, fomentando la lealtad y el compromiso". Las ideas de María Auxiliadora Martín no son meras creencias.
Un estudio desveló que aquellas organizaciones lideradas por personas empáticas tienden a retener el talento un 20% más y que sus empleados muestran un 30% más de satisfacción laboral. De esta manera, se fomenta la lealtad y se impulsa la productividad.
Madeleine Albright dijo: "Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no se ayudan entre sí" y Martín añade a la estelar cita que "esto refuerza la idea de que el liderazgo femenino empático y cercano fomenta la solidaridad y el apoyo mutuo".
La sonrisa es parte de las conocidas como soft skills, "es un signo de apertura, optimismo y amabilidad, y es muy beneficioso a la hora de liderar equipos, así como gestionando situaciones adversas" comenta la psicóloga.
Paoli incide en que es fundamental prestar atención a la comunicación no verbal. La sonrisa es parte de ella y su impacto positivo no escapa de los entornos laborales. Y concluye con una cita personal. "Cada gesto en su contexto".