¡Amantes del café y la historia, mujeres adictas a las tardes de tertulia y libros! Budapest se ha puesto de moda y, entre las mil y una virtudes que se encuentran en su haber, las cafeterías y todos los sinónimos que las componen, se han convertido en un icono actual de la ciudad. Si la viajera piensa recalar en ella, no se puede perder la visita a los lugares más espectaculares, más significativos, más bonitos o más populares de la ciudad húngara. 

Quizá para desayunar a primera hora de la mañana, o para descansar a media tarde, lo cierto es que Budapest ha despuntado por tener algunas de las cafeterías más icónicas del mundo. A final del siglo XIX, los edificios de corte clásico se contaban a cientos, pero, pasadas dos Guerras Mundiales y la estela del comunismo, muchos de los auténticos templos del dolce far niente desaparecieron dando paso a una arquitectura más funcional. ¿Cuál es la historia de esta ciudad y donde se encuentran sus principales atractivos cafeteros?

Orígenes y actualidad

Las raíces de Budapest se remontan a la época romana. Los distritos que conforman la ciudad moderna provienen de los tres asentamientos más antiguos conocidos por Buda, Obuda y Pest. Separados por el río Danubio, Buda se convirtió en la capital del país en el año 1361, desbancando a la antigua Obuda, dejando a Pest a la otra ladera del río y dando lugar a una época de floreciente desarrollo. Con la invasión del Imperio Otomano, los turcos introdujeron una bebida exótica totalmente desconocida en estas tierras y, aunque los autóctonos eran reacios a probarla debido a su sabor amargo, con el paso del tiempo, los habitantes de Buda y Pest comenzaron a consumir café de manera frecuente. 

En el año 1686 Budapest pasó a formar parte de los dominios austríacos y la unificación de Obuda, Buda y Pest se declaró definitiva en el año 1873 bajo el nombre con la que se la conoce en la actualidad. Tras la Primera Guerra Mundial se constituyó el Estado Húngaro Independiente y, al acabar la segunda, les sobrevino el meteorito soviético. Con la desestructuración de la URSS en 1989, Hungría recuperó su libertad y en el año 2004 formó parte de la Unión Europea. 

La avenida Andrássy

Las ciudades más monumentales presumen de tener hermosas avenidas diseñadas para expandir su belleza al resto del mundo y rendirle honor a quien pasa por ellas, ya sean personas que desfilan en un acto protocolario o viajeras inquietas que se desplazan desde la otra parte del mundo. En Budapest, la avenida Andrássy es una de las calles más elegantes y distinguidas. La presencia de sus exuberantes casas o edificios, así como las exclusivas tiendas que la copan, hacen de ella un lugar prácticamente obligatorio para la turista. 

El café Müsvész.

Ubicado en el número 29 de esta monumental avenida, el café Müsvész combina el confort que tanto se precia en la actualidad, con un estilo anticuado que perdura debido al mobiliario original de su interior. 120 años de historia rodean esta elegante y ornamentada cafetería, cuyo ambiente recuerda la transición del cambio de siglo. 

Los mejores mazapanes

Muy cerca de la avenida Andrássy, en la calle Vörösmarty, el café Gerbeaud sigue vendiendo los mejores mazapanes de la ciudad. Aunque su fecha de fundación esta fijada en 1858, el lugar saltó a la fama cuando en 1880 el repostero suizo Emile Gerbeaud presentó sus tartas de crema al estilo parisino y sus bombones de cereza con coñac. Desde entonces, la reputación de este lugar sigue el alza. 

Las 300 sillas de respaldo alto tapizadas con esmero combinan con las pesadas cortinas que dividen los ambientes. Las lámparas de araña que cuelgan del techo recuerdan esa época en la que la aristocracia paseaba por la ciudad en coche de caballo y se deleitaba con una taza del mejor té. 

El imponente Nueva York

La opinión de los clientes es la mejor carta de presentación y el New York Palace goza de muchas y muy variadas. Las nuevas tecnologías permiten a la viajera constatar antes de errar y, si se dirige a algún portal de sugerencias, comprobará cómo el local goza de un éxito constante. 

New York Palace.

Además de la decoración diseñada en dos niveles de manera ampulosa, las opciones de desayuno son muchas, desde los platos más tradicionales a los más modernos sin el olvidar el café, con su gran variedad de sabores y aromas. Descansar en un antiguo palacio galardonado en el año 2011 con el título de 'El café más bello del mundo' es una experiencia que solo se puede disfrutar si se reserva una mesa con antelación. 

Párisi Udvar Hotel Budapest 

Ubicado en el interior del majestuoso hotel con el mismo nombre, las imágenes hablan por sí solas. Este hotel cafetería se divide en dos secciones, el Párisi Passage Café donde se pueden probar los menús del día, y el Párisi Passage Brasserie, que ofrece almuerzos y cenas para los huéspedes y los locales. La cocina abre todos días y la vinoteca es igual de maravillosa que su decoración

Párisi Passage Café.

Los arcos estilo art-noveau persiguen la estela de los detalles en color dorado y bronce que se elevan hasta los bordes de las vidrieras. Este local encantador y encantado tienen una doble personalidad: en los momentos diurnos despliega una paz y tranquilizad envidiable, mientras que, cuando cae la noche, los pasillos se agitan al son de las cocteleras

La decoración húngara 

Muchos siglos antes de que se bautizaran a los recuerdos turísticos como souvenirs, los peregrinos, como la española Egeria, recibían detalles y regalos de los lugares por donde transitaban. Obispos, monjes, vecinas o pastoras agasajaban la presencia de los extranjeros con frutas, dulces, aceite, mapas u objetos tallados en madera. Esta era una práctica muy extendida en la antigüedad y un acto obligatorio registrado en los dictados de la hospitalidad. 

Hoy en día, la viajera también puede llevarse una parte de Budapest en la maleta con un objeto muy particular. La decoración es el pilar fuerte de este país y, las casas, reacias a dejarse influencia por a la moda nórdica que aboga por líneas blancas y rectas, se parece más a una caja llena de rebosantes bombones. 

El mejor recuerdo

Por los distintos barrios de la ciudad y, más en la parte de Pest que en la de Buda, hay numerosas tiendas de artículos de hogar que tienen todo lo necesario para la casa, desde cortinajes de terciopelo en tonos rojos y marrones hasta pañoletas para encima de los sofás con notables bordados de flores de colores parecidas a las que había en la casa de todas las abuelas.

Tiendas de souvenirs en el Mercado Central.

Uno de los objetos que más llama la atención del menaje culinario que venden las ferreterías y tiendas locales es la cafetera de loza que utilizan los aquincenses en su día a día. Compuesta por una base de metal que imita a la cafetera italiana y un recipiente de cerámica con forma de tetera inglesa, este objeto es perfecto para la sobremesa familiar cuando, después de la comilona, la cafetera se desmonta y se presenta en la mesa con un estilo único y funcional. 

Sin duda, después de haber recorrido las cafeterías más bonitas de la ciudad y haber degustado la mitad de los cafés del mundo, este regalo será el colofón perfecto para recordar la escapada a las tierras de Buda y Pest.