El término del amor, etimológicamente hablando, proviene de la palabra latina con su mismo nombre, que significa afecto o inclinación. No obstante, a lo largo de la historia ha ido evolucionando, adquiriendo diferentes significados según el contexto, cultura o, incluso, influenciado por el propio progreso de la sociedad.
De todos los tipos de amor que existen, el que más ha evolucionado es el que rodea a las relaciones sentimentales. Antiguamente, lo normal era tener pareja a una edad temprana, en ocasiones demasiado, y al poco tiempo acabar casados y con hijos. En plural, que era lo más común.
Hoy en día, la situación ha cambiado por completo. Según el INE, en nuestro país hay 14 millones de solteros y el 47% de los hogares están compuestos por una persona o por parejas sin hijos. El matrimonio, por otro lado, no está exento a cambios, porque la mitad de los españoles no se casa.
La cosa puede ir a más, y es que, según el último informe 'Transformación y crisis de la institución matrimonial en España ', elaborado por el Observatorio Demográfico del CEU (con datos del INE y Eurostat), en torno al 50% de los españoles jóvenes y de mediana edad no se casaría nunca, y un porcentaje similar de matrimonios españoles acaba en divorcio.
Las cifras pueden ser estremecedoras para muchos, pero más teniendo en cuenta que hasta 1970 más del 90% de los españoles se casaba. Según los informes, hay muchos motivos por los que la población parece rechazar el amor, los hijos o el matrimonio y deciden vivir otro tipo de amor, como el que reina en las relaciones LAT.
Tipos de pareja: las relaciones 'LAT'
Las parejas LAT o, por su traducción en español, 'vivir juntos, pero separados', se refiere a aquellas personas que tienen una relación íntima, pero eligen vivir en lugares diferentes. Algunas deciden elegir en un mismo edificio, otras en la misma calle, en casas cercanas o simplemente no tener presente esa cercanía extrema en cuanto a domicilios.
Es algo que hemos visto durante mucho tiempo, pero de forma contraria, es decir, aquellas parejas que están separadas, pero viven juntas (LTA). Sin embargo, la gran diferencia es que mientras a estas últimas les gustaría no convivir —de forma general—, las parejas LAT creen que el estar en casas separadas es la clave de su éxito.
En España, se calcula que mantienen una relación LAT alrededor del 8% de las parejas y deciden hacerlo por varias razones, financieras, personales o ambas, pero cada vez más intencionales. Por mucho que haya a quienes les sorprenda este suceso, lo cierto es que el error está en lo que hemos aprendido durante toda la historia.
Todas estas personas que han tomado la decisión de vivir separados de forma permanente creen que este arreglo fomenta su mejor conexión romántica y, de hecho, confían en que es el 'nuevo' secreto para una relación e incluso un matrimonio duradero, saludable y feliz.
Sin embargo, sí hay un tipo de relación que predomina en España son las llamadas DINKS. Una tendencia cada vez más habitual que consiste en, básicamente, aquellas parejas que no tienen hijos o ya no viven en casa.
Las parejas 'DINKS'
El término DINKS identifica a un modelo familiar donde las parejas tienen dos ingresos y no tienen hijos en casa o sus hijos ya viven fuera. Estas parejas suelen contar con una situación financiera estable, y al no enfrentar los costes asociados con la crianza de hijos, tienen tanto recursos económicos como tiempo para gastar en ocio y otras áreas.
Bajo la etiqueta DINKS, en España, se agrupan individuos con trabajos bien remunerados, que tienen la capacidad de viajar varias veces al año, adquirir bienes inmuebles o hacer inversiones significativas.
Aunque puede parecer un concepto moderno, en realidad se originó en Estados Unidos en la década de 1970. Desde entonces, este modelo ha ganado popularidad a nivel global, marcando presencia en países como China, Argentina, Chile y Brasil.
En España, Extremadura encabeza la lista de comunidades con más familias DINKS, con un 18%. Le siguen Cantabria con un 16,7% y Galicia con un 16,6%. En contraste, Madrid registra el porcentaje más bajo, con solo un 13,5% de estas familias.
¿Por qué han surgido este tipo de parejas?
Como ya hemos comentado, el amor ha evolucionado tanto a lo largo de los años que parece que hoy en día estamos viviendo algo completamente diferente a lo que vivieron nuestros padres o abuelos. Esta evolución tiene diferentes motivos, a los que se añade las nuevas tecnologías o la economía actual.
Las redes sociales han cambiado casi cada aspecto de nuestra vida diaria, desde cómo nos informamos hasta cómo interactuamos con nuestros seres queridos. No podemos negar que tienen un sinfín de ventajas; sin embargo, algunas de sus desventajas, aunque busquemos desmentirlas, son evidentes.
Según Doris Soberanis, especialista en terapia de pareja y docente de la Universidad del Valle de México, la predominancia de la tecnología y las redes sociales ha provocado que la 'vida privada' se convirtiera en 'vida pública', y esto último, ha llevado a la transformación del amor en pareja.
Las redes sociales han eliminado la línea de privacidad. Estamos acostumbrados a compartir todo en ellas, donde estamos y con quién. Incluso, esto puede llegar a provocar comportamientos tóxicos, como el porqué mi pareja ha ido a este lugar sin avisarme, por qué no sube fotos conmigo o quién es la persona que aparece en la foto.
Hemos dejado de encontrar a nuestras parejas en la calle porque ahora existen aplicaciones que lo hacen por nosotros. Aunque esto para un grupo de personas sea una ventaja, facilita el ocultamiento de la personalidad, que se emplea para la conquista.
Todo ello está añadido a más inconvenientes, como la imposibilidad de perder el contacto con tu ex, la facilidad de ser infiel por medio de mensajes o videollamadas, la comparación constante o, incluso, el espiaje. Además de prestar mucha menos atención a formar una conexión emocional.
Este tipo de hábitos han llevado a las relaciones a optar por parejas tipo LAT, para evitar que este tipo de comportamientos tóxicos incidan directamente en la relación. Viviendo en casas separadas, pueden concentrarse y priorizar sus propias necesidades.
No obstante, las parejas DINKS parecen regirse por otros motivos para no tener hijos. Entre ellos está la economía. En el año 2021, un total de 13,1 millones de personas, es decir, el 27,8 % de la población española, estaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social.
Un factor económico
Los temas financieros influyen directamente a la situación sentimental de la mayoría de las parejas. De hecho, el dinero es una de las causas más comunes de ruptura y divorcio.
Los hijos tienen muchos cuidados. No solo tienes que comprarles pañales cuando son pequeños, sino también priorizar todo aquello que necesiten para tener una vida digna y feliz. Todo ello supone dedicar una gran parte del sueldo mensual, que no todo el mundo puede o quiere hacer.
Las parejas DINKS, en cambio, tienen una mayor estabilidad financiera. Al tener dos ingresos y sin hijos que mantener, este tipo de parejas es habitual que disfruten de una mayor estabilidad financiera, lo que les permite ahorrar una mayor cantidad de dinero, además de invertir en sus respectivos futuros y disfrutar de un nivel de vida más cómodo.
Al combinarse ingresos más altos con menos gastos relacionados con los hijos, sumado a tener más tiempo disponible, hace que se pueda disfrutar de una mejor calidad de vida. De esta manera, las parejas bajo este modelo familiar pueden dedicar el sueldo a fomentar esa conexión por medio de viajes o aventuras.